En un mundo donde la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad y los hábitos de consumo evolucionan hacia opciones más conscientes, el alquiler de ropa emerge como una solución innovadora y práctica. Este mercado, que combina economía, ecología y moda, ha encontrado un nicho creciente entre quienes buscan lucir prendas únicas sin acumular excesos en sus armarios.
Lend the Label representa el espíritu de esta transformación. Fundada en 2021 por Blanca Mayoral Díaz y la que era su socia, la empresa nació del deseo de ofrecer una alternativa accesible y sostenible al consumo de ropa de lujo. Lo que comenzó como un proyecto pequeño, con apenas 17 vestidos y un piso de estudiantes como base de operaciones, se ha convertido en un referente del sector. Blanca Mayoral, tecnóloga de formación y visionaria por vocación, comparte con nosotros la historia de cómo Lend The Label ha redefinido el concepto de vestirse para ocasiones especiales, los desafíos que enfrentó en su recorrido y su mirada hacia el futuro.
¿Cómo surgió la idea de Lend the Label?
Lend the Label nace oficialmente en 2021, aunque la idea se gestó en 2020 durante la pandemia. Yo venía del sector farmacéutico y, tras terminar un contrato en una financiera, había planeado tomarme seis meses sabáticos. Sin embargo, el COVID-19 canceló mis planes de viajar. Una amiga que había vivido en Australia y trabajaba en moda me comentó sobre un modelo de negocio basado en el alquiler de ropa de lujo. Aunque la moda no era mi pasión, investigué el mercado en España y noté que existía un vacío: solo había una empresa similar, pero no ofrecía lo que yo creía que nuestra generación realmente buscaba. Decidimos hacer encuestas de mercado para entender mejor las necesidades y validamos la idea.
Inicialmente, pensamos en un modelo para alquilar ropa cotidiana, como un ‘Glovo’ de ropa, donde los clientes pagarían lo que acostumbramos a comprar cuarenta o cincuenta euros por conjuntos diarios, por seis o siete euros. Sin embargo, no funcionó. Luego nos enfocamos en prendas de lujo para eventos, aquellas que la gente no podía permitirse o no quería acumular en el armario. Con apenas 17 vestidos, una impresora y lo poco que habíamos ahorrado, montamos el proyecto. Nuestros padres nos ayudaron económicamente para crear la web, y en julio de 2021 lanzamos Lend The Label. Nuestra visión era crear un "armario compartido", promoviendo la moda circular y alargando la vida útil de las prendas. Lo mejor que hicimos fue la selección de producto, no paramos hasta tener la colección que consideramos perfecta y definitiva.
¿Cómo fue la acogida?¿Hubo retos iniciales?
Fue complicado al principio. Trabajábamos desde nuestro piso de estudiantes porque no teníamos un espacio, un showroom. Las clientas eran escépticas; algunas pensaban que éramos una estafa. Entonces, muy poca gente había escuchado hablar del alquiler de ropa.
Todo lo que ganábamos lo reinvertíamos en comprar más vestidos. También lanzamos la sección The wardrobe, donde las clientas podían poner en alquiler sus propios vestidos. Aunque inicialmente dudamos que funcionara, tuvo buena acogida y nos permitió ampliar la oferta. Además, conseguimos un local en la calle Velázquez, en Madrid, como showroom temporal, lo que nos ayudó a ganar confianza. Al principio, regalábamos casi todo: el alquiler, los envíos. Fue un esfuerzo económico importante para dar a conocer el modelo, pero empezamos a crecer cada vez más; y hasta hoy, que ya tenemos tienda en Justicia -barrio de Madrid perteneciente al distrito Centro-.
“Lend the Label nació oficialmente en 2021, aunque la idea se gestó en 2020 durante la pandemia”
Echando la vista atrás ¿Qué factores crees que han impulsado el auge de Lend the Label y del alquiler de ropa en España en general?
El final de la pandemia fue clave. Hubo un ‘boom’ de eventos que se habían acumulado, e igual gente de nuestra generación, de entre 24 y 34 años, se encontró con que tenía 10-15 bodas al año. Era inviable comprar un vestido para cada ocasión. Además, en nuestro caso, como te he dicho anteriormente, seleccionamos muy bien los productos, con inteligencia: vestidos de temporada, de marcas reconocidas, a precios muy competitivos. Alquilar un vestido de 300 euros por 50 euros era muy atractivo.
También influyó el apoyo de influencers. Al final, nuestro objetivo es ofrecer piezas exclusivas que o las consigues en Lend the Label o no las consigues, como un vestido de Paco Rabanne de temporadas pasadas. Esto atrae a creadoras de contenido que buscan algo único, lo que ha generado confianza y visibilidad.
También el de la Reina Letizia...
Sin duda. Es un honor enorme. Aunque no se traduce directamente en ventas, trabajar con la Casa Real nos ha dado credibilidad y confianza ante nuevos clientes. Ha sido una experiencia muy profesional y cercana, similar al trato que ofrecemos a cualquier otra clienta.
¿Cómo describirías el target actual de Lend the Label?
Al inicio, nuestro público eran mujeres entre 24 y 30 años. Ahora, hemos ampliado el rango: tenemos clientas desde los 18 años, para graduaciones o puestas de largo, hasta mujeres mayores que nos conocen a través de sus hijas o nueras. Sin embargo, seguimos enfrentando retos en el tema del tallaje. La mayoría de nuestras prendas son de tallas pequeñas, reflejo del perfil de las clientas más jóvenes. Una de nuestras metas para 2025 es ampliar tanto la variedad de productos como las tallas disponibles.
“Estamos creciendo de forma exponencial de un año al siguiente. Ahora mismo el mercado está creciendo en torno a un 10% de forma anual”
En Europa hay empresas de alquiler de ropa que trabajan bien por suscripción o por eventos ¿Qué modelo de negocio maneja Lend the Label?
Actualmente, nos enfocamos en el alquiler para eventos puntuales. Sin embargo, en enero 2025 lanzamos packs de alquiler, similares a una suscripción. Con esto, el cliente podrá pagar una cuota y tener acceso a un número específico de vestidos al año, ofreciendo una experiencia más flexible sin el compromiso de una suscripción fija.
¿Has considerado expandir la empresa al mercado masculino?
Lo estamos estudiando. El alquiler de ropa masculina, como trajes de etiqueta, ya está desarrollado en España, pero requiere una sastrería especializada, algo que se escapa de nuestra experiencia. Estamos explorando colaboraciones con empresas del sector para crear sinergias.
¿Qué perspectivas de futuro tiene la empresa?
Estamos creciendo de forma exponencial de un año al siguiente. Ahora mismo el mercado está creciendo en torno a un 10% de forma anual y, en concreto, el mercado de segunda mano de venta europeo, lo está haciendo en un 20%. Lend the Label crece al 300% de media. Aunque el mercado europeo de alquiler aún está en desarrollo, creemos que para 2030 tendremos cifras más claras sobre su alcance real. También, como te digo, hemos introducido la venta de segunda mano, enfocada en prendas para eventos, y ya hacemos envíos internacionales. Queremos seguir ampliando nuestro stock, tallas...La sostenibilidad y la economía seguirán siendo el eje de nuestro modelo.
Con todo ¿Cuál puede ser vuestro mayor desafío ahora?
El principal reto sigue siendo cambiar la mentalidad del consumidor. En España, la gente valora lo barato pero a veces no percibe el alquiler como un ahorro. Por ejemplo, hay personas que se gastan 250 euros en un vestido que usarán una vez, pero consideran caro gastarse esa misma cantidad en tres vestidos de alquiler. También falta conciencia sobre la sostenibilidad. Nuestro mensaje se enfoca en destacar que el alquiler no solo es una opción sostenible, sino también económica.


