Alfonso Reyes es uno de los mejores jugadores de baloncesto que ha dado este país. Con sus 2,02 metros de altura, Alfonso disputó 18 temporadas como profesional, pasando por Estudiantes (en dos etapas distintas), Málaga, París Saint-Germain (PSG), Real Madrid y Breogán, donde puso punto final a su etapa como jugador profesional en 2007.
El mayor de los Reyes ha dejado apartada su licenciatura en Ingeniería de Caminos para seguir vinculado al baloncesto como presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP), donde continúa defendiendo los derechos de los jugadores y promoviendo el desarrollo del baloncesto en España.
Su habilidad en el poste bajo y su liderazgo le han permitido formar parte de la selección que puso la primera piedra para crear una de las generaciones más laureadas del baloncesto español. Durante su estancia en la selección, Alfonso Reyes participó en dos campeonatos del mundo, los de Grecia 1998 y Estados Unidos 2002, en los que España se clasificó en quinta posición, y en cinco ediciones del Campeonato de Europa: Grecia 1995 (sexto), España 1997 (quinto puesto), Francia 1999 (plata), Turquía 2001 (bronce) y Suecia 2003 (plata).
La experiencia en los JJOO está al alcance de muy pocos. Reyes ha sido uno de los afortunados de poder vivirla y contarla, y 24 años después de su participación en Sídney 2000, nos cuenta cómo es llegar a la cumbre del mundo del deporte desde su perspectiva personal.
¿Cómo te sentiste al ser seleccionado para representar a España en los Juegos Olímpicos?
Después de seis temporadas con la selección, esta llamada fue muy importante para mí. Significó conseguir todo lo que quería lograr en mi carrera deportiva. Uno de los puntos más importantes era ser seleccionado, jugar con los mejores jugadores de nuestro país y lucir esta camiseta. Ya había disputado Europeos y Mundiales, pero unos Juegos siempre son especiales. Pese al resultado, fue todo un orgullo poder disputar unos Juegos Olímpicos.
¿Qué se siente al estar en una ceremonia de apertura?
Mucha emoción. Ver a todos los deportistas de tu país con la vestimenta y una larga cola de profesionales de todas partes del mundo siempre es emocionante. Fue larga, porque te preparas con mucha antelación y es una ceremonia con muchos actos, pero merece mucho la pena. El estadio, el ambiente, las actuaciones… Fue muy emocionante.
¿Cómo se maneja la presión?
La presión de maneja igual en todas las competiciones. Siempre estás nervioso antes del partido. En mi caso, al ser un deporte de equipo, siempre te puedes apoyar en los compañeros y, entre todos, os dais ánimos. Al final siempre sales a por todas.
No cambia mucho entre un campeonato del Mundo o de Europa en el sentido de la responsabilidad y las ganas de hacerlo bien. Es cierto que hay menos equipos en unos Juegos, por lo cual, el nivel es muy alto, pero en términos de competición, te lo tomas con la misma profesionalidad y ganas que con cualquier otra competición con la selección.
"Ir a unos Juegos Olímpicos es lo máximo para un deportista"
¿Cómo fue tu experiencia en la Villa Olímpica?
Dentro de las concentraciones, los Juegos Olímpicos son la competición más incómoda. En el caso de Sídney, estábamos alojados en contenedores de obra acondicionados en los que nos alojábamos por parejas.
Al final es una concentración más. Juegas a las cartas, charlas, te ríes… y después compartíamos la Villa con otros deportistas con los que también nos relacionábamos. Había salas comunes para todos, además, en aquella época, empezó a funcionar Internet y acondicionaron una sala con ordenadores. No había tiempo para aburrirse.
¿Cómo fue tu rutina diaria durante los Juegos?
La rutina era prácticamente la misma durante toda la estancia. En una competición como esta entrenas todos los días, incluso con sesiones de mañana y tarde.
¿Sentiste que la exigencia de los Juegos Olímpicos era mayor a la de otras competiciones en las que has participado?
La exigencia siempre es la misma. En el caso de los Juegos Olímpicos está el aliciente de poder conseguir una medalla, que suena muy bien. En mi familia hay tres medallas olímpicas, todas ganadas por mi hermano (Felipe Reyes), de lo que me siento muy orgulloso también.
Vuestra participación en esos JJOO no fue la esperada después de la plata en el Eurobasket de Francia 1999, ¿cómo se vive una eliminación tan prematura siendo sabedores de la calidad del grupo?
Fue un tropiezo muy grande. Veníamos de una etapa muy buena y tuvimos un tropiezo, pero lo importante es que supimos levantarnos y conseguir volver a la senda del buen juego y hacer muy buenos papeles en otros campeonatos.
Personalmente me quedo con que fuimos la ‘semillita’ de los grandes éxitos que se consiguieron más tarde, sobre todo, en la cuestión del sentimiento de grupo.
- "Nuestra generación fue la ‘semillita’ de los grandes éxitos que se consiguieron más tarde"
¿Qué lecciones aprendisteis de vuestra participación en aquellos Juegos Olímpicos?
Lo más importante que aprendimos es que ganar es muy difícil. Personalmente me llevé una experiencia muy emocionante, empezando por viajar a Australia, que no siempre se tiene la oportunidad y, sobre todo, poder estar con los mejores deportistas del mundo.
¿Cómo ha influido esta experiencia en tu carrera deportiva?
No ha influido, simplemente me queda este gran recuerdo pese al resultado. He podido ser deportista olímpico, que es algo que no puede decir todo el mundo. He seguido ligado a la selección y a los Juegos, ya que mi hermano ha podido disputarlos y llevarse tres medallas.
Dejando de lado conseguir una medalla, ¿Hay un mayor logro que participar en unos JJOO?
Yo creo que no. Ir a unos Juegos Olímpicos es lo máximo para un deportista. Al final vas al comedor y estás compartiendo una hamburguesa con los mejores en sus disciplinas, y eso es una experiencia increíble.
¿Qué consejo le darías a otros deportistas que se preparan para su primera participación en unos Juegos Olímpicos?
Lo único que puedo decir es que disfruten de la experiencia. Llegar ahí ya es un logro inmenso, y hacer un buen papel ya es el siguiente nivel, pero estoy convencido que lo harán. En el caso del baloncesto, primero, tenemos que pasar el preolímpico y clasificarnos, creo que tenemos un equipo muy bien trabajado y podemos hacer un buen papel.