En el sector del motor, como en el de la vivienda, la cultura del alquiler en España está poco arraigada. La compra de coches nuevos o de segunda mano supone uno de los principales gastos de las familias, que ven cómo su nuevo coche pierde un 20% de su valor al salir del concesionario. Precisamente, el renting es una opción que busca solucionar la rápida devaluación de estos productos. Introducido en España en 1985, el renting hoy representa sólo el 15% de las matriculaciones de coches nuevos, aunque las cifras aumentan cada año.
Renting de coche
El renting de coches es un contrato mercantil de arrendamiento a largo plazo mediante el cual una empresa de renting, un fabricante o una entidad financiera compra un vehículo según las preferencias del cliente y lo pone a su disposición previo pago de una cuota mensual.
El acuerdo fija un kilometraje y abarca gastos como mantenimiento, reparaciones, seguro, y más. Existen dos tipos principales de renting:
- Renting fijo: consiste en contratos de media o larga duración donde el arrendatario puede elegir el modelo del vehículo que va a estrenar. Esta opción es ideal para quienes buscan estabilidad y prefieren tener un coche específico durante un período prolongado, disfrutando de las ventajas de un vehículo nuevo sin la necesidad de adquirirlo en propiedad.
- Renting flexible: no impone un compromiso de duración, permitiendo al cliente devolver el coche cuando ya no lo necesite. En esta modalidad, se paga únicamente por los días de uso del vehículo, sin enfrentar penalizaciones por cancelación anticipada. Esta flexibilidad es particularmente beneficiosa para quienes tienen necesidades de movilidad cambiantes o proyectos temporales.
Para las empresas, el renting supone un beneficio financiero a largo plazo, evitando desembolsos grandes, gastos de seguro y mantenimiento, y sin cargar con el endeudamiento del coche en el balance contable. Las cuotas son deducibles fiscalmente si el coche está relacionado con la actividad de la empresa. Para los autónomos, también es deducible en el Régimen de Estimación Directa del IRPF si es necesario para su actividad. Sin embargo, para los particulares, los beneficios son menores, ya que el IVA de la cuota no se puede deducir de la renta.
Coches de renting vs. coches comprados
El renting de coches ofrece numerosas ventajas. Todos los costes derivados del uso del vehículo, como matriculación, seguro, mantenimiento, reparaciones y cambio de neumáticos, están cubiertos, lo que permite un ahorro significativo en gestiones y trámites. Además, al finalizar el contrato, el arrendatario puede desentenderse del vehículo sin preocuparse por su venta. Esta opción también facilita el acceso a coches nuevos, incluso para aquellos que no pueden permitirse comprarlos. Sin embargo, entre sus desventajas se encuentra el hecho de que el coche nunca será propiedad del arrendatario y que la cancelación del contrato antes de tiempo puede resultar en sanciones económicas.
Por otro lado, comprar un coche también tiene sus ventajas. El vehículo es de propiedad del comprador, lo que permite amortizarlo durante años y personalizarlo según sus gustos y necesidades. No obstante, esta opción presenta desventajas significativas como la rápida devaluación del coche, que pierde un 20% de su valor al salir del concesionario. Además, el propietario asume todos los costes adicionales de mantenimiento, reparaciones, seguro e impuestos. Finalmente, gestionar la venta del coche cuando se desea cambiarlo puede ser un proceso complejo y costoso.
La mejor opción entre comprar y optar por el renting depende de las necesidades y situación financiera del usuario o empresa. Con la creciente oferta y flexibilidad del renting, cada vez más personas y empresas en España están considerando esta opción como una alternativa viable a la compra tradicional de vehículos.