Entender las fases de la retención de la información puede mejorar significativamente la eficiencia del aprendizaje, ya sea en un entorno académico, en el desarrollo profesional o en el crecimiento personal. A continuación, una exploración detallada de estas fases de la retención de la información y sus implicaciones.
Escuchar: 5% de retención de la información
Cuando la información se recibe únicamente a través de medios auditivos, como una conferencia o un pódcast, la tasa de retención es notablemente baja, alrededor del 5%. Esta fase demuestra los desafíos que enfrentan los receptores del mensaje que sólo escuchan y resalta la necesidad de métodos más atractivos para mejorar la retención, como puede ser un apoyo visual de una presentación, infografías o gráficas.
Leer: 10% de retención de la información
Leer material, ya sean libros, artículos o contenido digital, mejora la retención ligeramente, hasta un 10%. Esta fase subraya la importancia de los recursos escritos, pero también sus limitaciones cuando se utilizan de forma aislada.
Combinar lectura y escucha: 20% de retención de la información
La tasa de retención sube al 20% cuando se combinan la lectura y la escucha. Esta fase es común en entornos como las aulas, donde los alumnos escuchan las lecciones y simultáneamente siguen las diapositivas o los libros de texto. A pesar de la mejora, este método aún deja una brecha significativa en la retención del conocimiento.
Observar demostraciones: 30% de retención de la información
Cuando los destinatarios del mensaje observan una demostración o un ejemplo, la retención aumenta al 30%. Los apoyos visuales y los ejemplos prácticos hacen que los conceptos abstractos sean más concretos y comprensibles, mejorando así la memoria y la comprensión.
Debatir información: 50% de retención de la información
Participar en debates o discusiones sobre la información aumenta aún más la retención al 50%. Es crucial distinguir entre debatir y discutir; lo primero implica un intercambio constructivo de ideas, lo que refuerza el aprendizaje al fomentar la participación activa y el pensamiento crítico; discutir, por su parte, es el intercambio de opiniones y argumentos, a menudo acalorado y emocional, con la intención de persuadir a la otra persona. A diferencia del debate constructivo, que busca el entendimiento mutuo, las discusiones pueden terminar sin resolución.
Aplicar conocimientos: 75% de retención de la información
Aplicar lo que se ha aprendido lleva a una tasa de retención del 75%. Esta fase pone en valor la eficacia de las experiencias y la aplicación práctica para asentar el conocimiento.
Enseñar a otros: 90% de retención de la información
La cúspide de la retención de la información, con un 90%, se logra enseñando la información a otros. Enseñar requiere una comprensión profunda del material, ya que implica explicar conceptos de manera clara y responder preguntas. Esta fase no solo refuerza el conocimiento del instructor, sino que también beneficia a los alumnos que reciben la instrucción.
Entender estas fases de la retención de la información puede transformar las estrategias educativas y de desarrollo profesional: como en el entorno educativo, donde integrar demostraciones, debates y aplicaciones prácticas puede mejorar significativamente los resultados de los estudiantes; en el área profesional fomentar que los empleados participen en programas de enseñanza y mentoría puede mejorar la retención de habilidades y el conocimiento organizacional; además, las personas pueden mejorar la eficiencia de su aprendizaje aplicando estas fases en su día a día.
Al aprovechar estas fases de retención de la información se logra una comprensión más profunda y duradera de nuevos conceptos, lo que lleva a una educación y desarrollo personal más efectivos.



