Gastronomía

El Bierzo, enclave mágico

El Botillo es el santo y seña de la gastronomía berciana

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Por María Zarzalejos

El Bierzo era, desde la época de los visigodos, refugio de anacoretas y monjes, de forma que lo convirtieron en una Tebaida. De los cenobios allí fundados salieron figuras como San Valerio y San Fructuoso, cuyas vidas ejemplares sirvieron de modelo a varias generaciones de monjes. Llegó a haber hasta veinte monasterios, algunos de ellos existentes ya en el siglo X. 

La explotación minera desde los romanos, la presencia importante de los Templarios, ser tramo del Camino de Santiago y el paisaje plagado de viñedos, castaños, valles y ríos ofrecen al viajero una oportunidad única. El regalo de esta naturaleza favoreció el crecimiento de numerosos frutos y el ingenio se puso en marcha para la elaboración de productos que han llegado hasta nuestros días y que también hay que descubrir y disfrutar. 

“Huyen las márgenes sinuosas, los castaños y los nogales, vides y olivos, plantas y viveros del Mediodía que este privilegiado rincón leonés acoge y fecunda delante de las nieves perpetuas. Y a Florinda le parece escuchar cómo galopa el corcel fogoso donde el señor de Bembibre lleva en sus brazos a Beatriz, desmayada; las monjas, los abades, los caballeros del Temple, los religiosos del Císter, la enseña de la Cruz desplegada al viento en torres y almenas; todas las imágenes de pasión, bravura y de fe que han arraigado los historiadores y los artistas en el eremítico país del Bierzo, derramaban su romántico perfume en la imaginación vagabunda de la viajera…” (‘La Esfinge Maragata’. (1914). Autora: Concha Espina)

Gastronomía Berciana

Si hay un santo y seña de la gastronomía berciana es la indicación geográfica protegida (IGP) Botillo del Bierzo, un embutido que contiene las costillas y el rabo del cerdo con su magro correspondiente (se pueden añadir lengua, carrillera…) y diversas especias. Toda esta mezcla, llamada mondongo, se embute en la tripa del cerdo, en concreto, el ciego, se ata y se tiene al menos un día al humo natural del fuego. Después, se seca.

Un párroco de Bembibre escribió una larga descripción lírica del botillo y su elaboración. Termina su poesía así: “Gustas tanto que te llaman plato típico del Bierzo, ‘bocato di cardinali’, de gastrónomos ensueño y esencia de la ambrosía cocido en pote y con grelos. Si, además, la cocinera arregla bien los cachelos, como él no hay nada en el mundo. ¡Resucita hasta a los muertos!”. En el mes de febrero se celebra en Bembibre, desde el año 1973, el Festival Nacional de Exaltación del Botillo.

En esta poesía se citan los cachelos y los grelos o nabiza (los brotes verdes de los nabos), esto nos lleva a recordar platos gallegos, una influencia que se dará en otras elaboraciones por su cercanía a Galicia. En El Bierzo se suele preparar con patatas (cachelos), chorizos bercianos y repollo (berza), aunque la verdura no siempre está presente. Al botillo se le considera una variante de la Androlla gallega, así como el del botelo, butiello o butelo elaborado en Lugo.

Los cachelos, compañeros imprescindibles del botillo, se elaboran con las patatas de la zona y que son protagonistas de la cachelada berciana, que es un guiso de patatas y chorizo. Sin perder el hilo de la influencia gallega en la cocina berciana, el pulpo y el congrio tienen una presencia tradicional, así como la freisolada, que son una tortitas muy parecidas o casi iguales a las filloas.

El pimiento asado del Bierzo, amparado por IGP, tiene su Virgen. Una canción popular del siglo XIX menciona que, en la fiesta de la Virgen de la Encina, patrona de Ponferrada y del Bierzo, sacan a la imagen las cuatro pimenteras de Ponferrada. Fueron las amas de casa bercianas quienes iniciaron la tradición del pimiento asado del Bierzo; por eso se las llamó pimenteras. La primera industria conservera nació en 1818 en Villafranca del Bierzo.

Los pimientos asados se consumen de muchas maneras, en ensalada o formando parte de numerosos platos, como la empanada berciana, de masa de pan y cuyo relleno típico es de acelgas, patatas, chorizo, lomo adobado… El guiso de gallina con chorizos del Bierzo es típico de La Virgen del Camino.

Otros platos muy tradicionales son la chanfaina berciana, que se hace con callos de ternera y vaca, habas blancas y patatas; la ensalada con productos de Corullón; los pimientos de Columbrianos y la tarta de almendra del Camino de Santiago (típica de Molinaseca). Los embutidos como el chorizo son sobresalientes, sin dejar de lado la cecina de vaca de El Bierzo.

La cecina es carne de vacuno deshuesada sometida a un proceso de salazón y curado al aire y al humo de leña de roble o encina. En algunos casos, la carne de vacuno se aromatiza con ajo, sal, pimentón y orégano. Se degusta cortada en lonchitas cortas y muy finas y una opción es regarla con unos hilos de aceite de oliva virgen extra antes de servirla. En la Edad Media era un bocado de reyes.

La abundancia de ríos, no sólo en El Bierzo, sino en toda la provincia de León, tienen a las truchas como sus protagonistas. Se preparan de muchas maneras: al ajoarriero, fritas, a la berciana, sopa de ajo con truchas…

Las frutas más bercianas son la manzana y la pera. La denominación de origen protegida (D.O.P.) Manzana Reineta del Bierzo ampara esta fruta, introducida en la época romana. Pero, de una forma más contundente y extensiva, hay que situarla en los monasterios y en sus huertas adyacentes a lo largo de los siglos XII, XIII y XIV, coincidiendo con el auge de las peregrinaciones jacobeas. Dadas sus características, las manzanas son muy adecua das para compotas, asadas en el horno y mermeladas.

El Bierzo cuenta con un recetario muy contundente, como los platos típicos de Nochevieja: el jamón de Peñalba, el cordero de Acebo, las perdices de las Danzas, las ensaladas con productos de Corullón, los pimientos de Columbrianos, la tarta de almendra del Camino de Santiago (típica de Molinaseca), los cigarros dulces de Quilós y de Carracedo…

La pera conferencia de El Bierzo, protegida con Marca de garantía, es de piel verde y gris, de aspecto mate, de buen tamaño y de pulpa jugosa y dulce. Además de consumirse en fresco, estas peras son estupendas para cocerlas con vino en almíbar o en compota.

Las cerezas bercianas están amparadas por Marca de Garantía y, además de disfrutarse frescas, es muy típico elaborar las cerezas en aguardiente y no hay que dejar de disfrutar de una mermelada de cerezas. Los castaños centenarios forman parte del paisaje berciano, así como las higueras forman parte secular mente de los huertos familiares.

Las castañas bercianas, con Marca de Garantía, tienen su fiesta especial en El Bierzo: los magostos. Esta fiesta tiene, al parecer, un origen pagano. Se celebra alrededor del día de Todos los Santos, en torno al fuego, donde se asan las castañas. De las castañas se obtiene una harina que tradicionalmente se utilizaba para elaborar gachas, con leche y sal. Las frutas de sartén o trozos de masas dulces, de diferentes formas, se fríen en aceite y se espolvorean con azúcar o con miel o tortas calientes o frías. Pero también se comercializan exquisiteces como el puré de castañas cocidas para platos de caza; las mermeladas; el marrón glacé (castaña endulzada), postres e incluso licores y cerveza.

Los higos se consumen en fresco o en almíbar y se elaboran con las variedades de breva, boñigar, doñigal, melar y zafari, con elaboración artesanal y con un proceso minucioso y detallista. La comida no estará completa hasta disfrutar de alguno de los quesos artesanales de cabra o de vaca elaborados en El Bierzo. Los lazos de san Guillermo de Ponferrada, de hojaldre y almendra, son estupendos para tomar un café y un licor en la sobremesa. Con las mieles de castaño, zarzamora, madroño terminan de poner el dulce punto final a este rápido repaso a la gastronomía berciana.

El guiso de gallina con chorizos del Bierzo es típico de La Virgen del Camino

Parada y Fonda en El Bierzo

Paisajes, monasterios y pueblos con encanto que mantienen la arquitectura tradicional

Conocer y describir todos los paisajes, monasterios, pueblos con un gran encanto que mantiene la arquitectura tradicional llevaría muchos días, así que nuestras recomendaciones serán escuetas para que el viajero las pueda descubrir.

Molinaseca, por donde pasa el Camino de Santiago, con hermosas casas señoriales.

Compludo, un lugar histórico, porque, además de que San Fructuoso levantó un monasterio, está la famosa herrería de Compludo, que se ha datado en el siglo VII y que sigue funcionando. Es muy bonita.

Ponferrada en origen se llamó Pons Ferrata (Puente de Hierro) que levantó en su día el obispo Osmundo para que pudieran pasar los peregrinos jacobeos. ya que su puente de hierro tenía unas cadenas y para pasarlo había que pagar un portazgo. El castillo es un icono de la ciudad, ya que primero perteneció a los Templarios, después a los condes de Lemos y, al final, los Reyes Católicos lo agregaron a la corona. Importante la Basílica de la Virgen de la Encina, patrona de la ciudad y de todo el Bierzo. Si hay tiempo, merece la pena desviarse a Otero de Ponferrada, donde está la iglesia románica de Santa María de Vizbayo.

Valle del Silencio. Desde Ponferrada, por la LE-504, nos encontraremos con San Esteban de Valdueza con el paisaje del Valle del Oza; Valdefrancos, San Clemente de Valdueza, donde se puede admirar la arquitectura berciana; Santiago de Peñalba, con su iglesia mozárabe, en una zona paisajística espectacular, como es el Valle de la Valdueza. El pueblo es de cuento, cuidado al máximo en sus calles y casas. Se puede visitar, andando, la cueva de San Genadio.

Quien esté acostumbrado a andar, puede disfrutar de la Tebaida Berciana, recorriendo 15 km. En este paisaje idílico nació el primer movimiento eremítico y monástico de la Península, un fenómeno que se comparó con lo ocurrido en el egipcio valle de Tebas donde se fundaron los primeros eremitorios cristianos. De ahí surge el nombrede Tebaida Berciana al territorio que abarca el Valle del Silencio y de los ríos Oza y Compludo.

Al bajar de Santiago de Peñalba, coger la desviación para dirigirse a Montes de Valdueza, pueblo berciano que hay que recorrer y llegar al Monasterio de Montes de Valdueza o, lo que es lo mismo Monasterio de San Pedro de Montes, con una historia que hay que conocer y que fue todo un referente por el cultivo de vides. Sus dominios en el siglo XII fueron de una gran importancia.

Las Médulas. Conjunto minero con un paisaje extraterrestre como resultado de las explotaciones mineras de los romanos. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Villafranca del Bierzo. Su origen está ligado a la fundación del Monasterio de Santa María de Cluniaco y a la llegada de los monjes de la Orden de Cluny en el año 1070. Su objetivo era atender a los peregrinos jacobeos y fueron los que introdujeron el cultivo de la vid. La actual Colegiata de Santa María de Cluniaco (S.XVI) está levantada sobre la original.

En Villafranca se podrán admirar casas nobiliarias, calles con mucho sabor, pero la Iglesia de Santiago, románica, es única con su Puerta del Perdón, ya que los peregrinos enfermos que no podían continuar el Camino comulgaban en las escaleras de la Puerta y conseguían las gracias jubilares como si hubieran llegado a Santiago de Compostela.

El Monasterio de Carracedo forma parte del ayuntamiento de Carracedelo. Este monasterio es un vergel de frutas, hortalizas y viñedos y hay abundancia de chopos, sauces y álamos. Fue considerado como el primer Real Sitio de España en el siglo XII, cuando doña Sancha mandó restaurarlo, el Monasterio alcanzó un enorme prestigio en todo el Norte de España; tuvo un gran poder económico, gracias a las numerosas donaciones de reyes y nobles, como era habitual en esa época. Ejerció jurisdicción sobre muchos monasterios de Galicia, Asturias y León, además de algunos de los bercianos. Aledaño está el palacio de doña Sancha.

Cacabelos. Precioso pueblo e importante enclave del Camino de Santiago francés.

Reserva de la Biosfera de Los Ancares. Los Ancares están formados por tres valles; el del río Burbía, el río Ancares y el río Cua. Las carreteritas de acceso no son nada fáciles y es mejor no encontrarse con ningún coche que venga en sentido contrario. Pueblos que hay que ver: Vega de Espinareda, Candín, Villasumil, Pereda de Ancares, Tejedo de Ancares, Balouta, Puerto de Ancares, Súarbol y Pionerdo.

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