Madrid aguarda el regreso de un huracán musical. En julio de 2025, AC/DC, los imbatibles titanes del rock, traerán su leyenda nuevamente a la capital española. La cita promete ser histórica, tanto para los amantes de la música como para la economía madrileña. El eco de sus guitarras, su energía inagotable y su presencia electrizante transformarán la ciudad como lo hicieron en Sevilla el año pasado. Pero en la capital, no cabe duda de que el impacto será aún mayor.
El verano de 2024, Sevilla se convirtió en una olla a presión donde miles de seguidores, locales y forasteros se unieron en un ritual de puro rock. La capital andaluza fue el escenario de uno de los conciertos más esperados de la temporada. Lo que no se vio tras el escenario fue el revuelo económico que produjo la llegada de la banda: reservas hoteleras completas, bares abarrotados, transporte saturado, y una constante vibración que recorrió las calles de la ciudad. Todo ello a su paso, un rastro de euros, y billetes que se multiplicaban con cada riff. Madrid, que ya tiene la costumbre de recibir a los grandes, no quedará atrás en este fenómeno.
La llegada de AC/DC a la capital es una oportunidad para que Madrid se llene de turistas y aficionados de todos los rincones del mundo. Con una demanda hotelera en ascenso, los restaurantes se colapsarán, los bares se vestirán con la bandera del rock, y los comerciantes se prepararán para vender los miles de productos de merchandising que acompañan el paso de la banda. La ciudad, que siempre se jacta de su vibrante vida nocturna, se verá sacudida por una ola de energía.
En Madrid, se espera que esta gira de 2025 sea un catalizador económico importante. El impacto de los conciertos en la economía local, ya palpable en otras ciudades españolas, se verá multiplicado por la magnitud de la capital, que se convertirá en el epicentro del turismo, el negocio de la música y la industria hotelera, con miles de personas dispuestas a gastar en todas las facetas de un evento de tal calibre. Los días previos al concierto se caracterizarán por el bullicio de los fanáticos que invadirán la ciudad, buscando una experiencia más allá del simple acto musical. Los bares y restaurantes, conscientes del evento, ofrecerán menús especiales, bebidas tematizadas y un ambiente único para hacer sentir a cada asistente que está viviendo algo irrepetible.
El concierto promete ser un viaje emocional que atravesará las generaciones, desde aquellos que vivieron su primer concierto en los 70 hasta los que se unen por primera vez a su legión en la actualidad. AC/DC ha aprendido a ser más que una banda; es un fenómeno económico, una marca que genera riquezas, que moviliza a miles y que deja un rastro de nostalgia y dinero dondequiera que va. Madrid lo sabe, y sabe que, aunque no todos puedan estar en el estadio, todos se beneficiarán de la vibrante ola que se extenderá por la ciudad, desde los bares de Malasaña hasta los grandes hoteles del centro. Porque Madrid no es solo el escenario, sino la protagonista de una historia que siempre será recordada como un hito. Un hito que, una vez más, hace grande al rock, a los que lo viven y, por supuesto, a la ciudad que lo acoge.
