Las empresas del sector del entretenimiento, desde Disney hasta Warner Bros. Discovery, enfrentan un desafío con la generación Z, que ha apostado por el streaming. Estas compañías están invirtiendo miles de millones para replicar el modelo televisivo a través de sus plataformas, pero es posible que sus futuros clientes no deseen lo que están vendiendo.
Preferencias de la generación Z
Un reciente estudio de Deloitte muestra que los miembros de la generación Z prefieren ver vídeos en redes sociales y emisiones en directo (47%) a programas de televisión (24%) y películas (11%). La diferencia es aún más notable que entre los millennials, quienes prefieren las redes sociales y retransmisiones en directo en un 33%, frente al 27% para programas de televisión y el 18% para películas. Además, según Deloitte, es más probable que la generación Z vea algo basándose en las recomendaciones de los creadores de redes sociales que en el algoritmo de los servicios de streaming.
Millie Bobby Brown, la protagonista de ‘Stranger things’ ha mencionado en una entrevista que no ve películas, ni siquiera las suyas, ya que las encuentra demasiado largas. Esto refleja un problema mayor en la generación Z, que considera las películas estresantes y prolongadas. La clave está en la dopamina. Que no es otra cosa que un neurotransmisor crucial en el cerebro que desempeña un papel fundamental en la motivación, el placer y el refuerzo de comportamientos. Se libera en respuesta a estímulos gratificantes, como la comida, el ejercicio o las interacciones sociales. En el contexto de las redes sociales y el consumo de contenido digital, la dopamina se libera con cada "me gusta", comentario o visualización, creando un ciclo de recompensa que puede llevar a la sobreexposición y la adicción. Este proceso de adaptación del cerebro requiere estímulos cada vez mayores para obtener la misma sensación de placer, afectando la capacidad de disfrutar actividades menos inmediatas y prolongadas, como ver una película.
La generación Z ha crecido con pantallas, consumiendo vídeos cortos, especialmente en TikTok. Estas redes son altamente estimulantes, generando dopamina, el neurotransmisor del placer. Sin embargo, el cerebro se adapta y requiere más estímulo para el mismo efecto, haciendo que contenidos más largos y menos inmediatos no les resulten placenteros. Esta sobreexposición desde una edad temprana ha alterado su percepción del entretenimiento, provocando que prefieran la gratificación instantánea de las redes sociales sobre las narrativas más largas y complejas de las películas.
El éxito de las redes sociales como TikTok, que ha demostrado ser altamente adictiva, juega un papel crucial en esta preferencia. Natasha Dow Schüll, antropóloga y profesora de la Universidad de Nueva York, ha estudiado el comportamiento de los jugadores en los casinos y compara esta conducta con la de los usuarios de redes sociales. Schüll explica que las redes sociales, como las máquinas tragaperras, utilizan un "bucle lúdico" basado en la recompensa intermitente para mantener a los usuarios enganchados. Cada deslizamiento de dedo en TikTok ofrece la posibilidad de una nueva recompensa, generando una descarga de dopamina que refuerza el comportamiento adictivo.
@alvaro_wasabi ¿Usais el movil mientras veis la tele? #guion #streaming
Con estos cambios en las preferencias y comportamientos de consumo, las plataformas de streaming necesitan replantear sus estrategias. Según la encuesta de Deloitte, los principales streamers recurren cada vez más a la publicidad para cubrir los altos costos de producción, pero este enfoque podría no ser eficaz para atraer a la generación Z. Los jóvenes tienen casi tres veces más probabilidades de verse influidos por los anuncios en redes sociales (59%) que por el streaming (18%).
Salud mental de la Genración Z
El impacto de esta adicción no es solo un tema de preferencias de contenido, sino también de salud mental. Las redes sociales han exacerbado los sentimientos de soledad entre los jóvenes, creando una desigualdad entre los perfiles de jóvenes "populares" y "normales". Esta disparidad puede causar inseguridades y afectar negativamente la autoestima de muchos adolescentes, aumentando la incidencia de depresión y ansiedad.
El documental I Am Gen Z, disponible en Filmin, analiza estas consecuencias en profundidad. A través de testimonios de psicólogos, neurocientíficos y jóvenes activos en redes sociales, el documental pinta un panorama preocupante sobre cómo la tecnología ha modificado el comportamiento, el aprendizaje y las relaciones de la generación Z.
La generación Z ha redefinido el consumo de entretenimiento, prefiriendo las redes sociales y sus recompensas rápidas a los formatos tradicionales de televisión y cine. Las empresas del sector deben adaptarse a estas nuevas tendencias y desarrollar estrategias que involucren a esta generación en sus plataformas.