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Método Montessori: un enfoque integral de educación

Descubre cómo el método Montessori promueve un desarrollo integral en niños mediante un entorno preparado, actividades dirigidas y la observación científica

Método Montessori
Por Nuria V. Martín

El Método Montessori, desarrollado por la médica y educadora italiana Maria Montessori a finales del siglo XIX y principios del XX, representa un modelo educativo revolucionario que ha perdurado y evolucionado a lo largo de los años. Su objetivo primordial es liberar el potencial de cada niño para que se autodesarrolle en un ambiente estructurado, promoviendo un desarrollo integral en capacidades intelectuales, físicas y espirituales.

La historia de Montessori

Prácticas Montessori

María Montessori comenzó su trabajo con niños marginados en un barrio pobre de Roma y con niños con discapacidades en un hospital. Su método se fundamentó en el respeto hacia los niños y en su capacidad de aprendizaje, lo que la llevó a publicar su obra "El método Montessori" en 1912. Montessori abrió la primera Casa de Niños en Roma en 1907, y su método ganó popularidad rápidamente, extendiéndose a nivel internacional.

El método Montessori se introdujo en Estados Unidos en 1912, impulsado por figuras como Alexander Graham Bell. A pesar de un declive temporal en Norteamérica, el método fue revivido en la década de 1960 por Nancy McCormick Rambusch. Durante la Segunda Guerra Mundial, Montessori fue exiliada a la India, donde continuó su trabajo. La sede de la Association Montessori Internationale (AMI) se encuentra en los Países Bajos, y esta organización sigue capacitando a maestros según las teorías de Montessori.

María Montessori, con su visión innovadora y humanista, ha dejado un legado perdurable en el campo de la educación, destacando la importancia de respetar y nutrir el desarrollo natural de los niños para construir una sociedad más equilibrada y justa.

Principios fundamentales del Método Montessori

Técnica Montessori

El método Montessori se centra en la actividad dirigida por el niño y en la observación clínica por parte del maestro. Esta observación permite adaptar el entorno de aprendizaje a las necesidades y nivel de desarrollo del niño, trabajando sobre bases científicas relacionadas con su desarrollo físico y psíquico.

Montessori identificó seis periodos sensibles: sensibilidad al orden, al lenguaje, a caminar, a los aspectos sociales de la vida, a los pequeños objetos y al aprendizaje a través de los sentidos. Estos periodos sensibles son momentos clave en los que los niños tienen una predisposición natural para desarrollar nuevas habilidades y conocimientos. El método Montessori organiza la educación en grupos de edad específicos, cada uno correspondiente a estos períodos sensibles de desarrollo: 0 a 3, 4 a 6, 7 a 9, 10 a 12, 13 a 15 y 16 a 18.

En el modelo Montessori, el maestro actúa como un observador y guía, ayudando a los niños a desarrollar confianza y disciplina interior. La función del maestro no es transmitir conocimientos, sino facilitar un entorno en el que los niños puedan aprender y crecer a través de la exploración y la experimentación.

El entorno en el método Montessori está cuidadosamente diseñado para ser atractivo y estimulante, facilitando el aprendizaje autónomo. Este ambiente incluye muebles y materiales didácticos de tamaño adecuado para los niños, permitiendo un acceso fácil y promoviendo la independencia. Los materiales didácticos en Montessori están diseñados para ser auto-correctivos, permitiendo que los niños experimenten y corrijan sus propios errores. Estos materiales están diseñados para desarrollar la autonomía intelectual, moral, social y emocional del niño.

Luces y sombras del Método Montessori

El punto fuerte de este método es que las actividades están adaptadas al ritmo de desarrollo de cada niño, fomentando la creatividad y el pensamiento autónomo. Además, estimula el desarrollo de capacidades cognitivas a través de la exploración y la experimentación. Y también, los niños tienen la libertad de escoger sus tareas, promoviendo la autogestión y la responsabilidad.

Sin embargo, la libertad de elección puede llevar a que algunos conocimientos importantes sean pasados por alto. La falta de competencia puede reducir los retos que impulsan el desarrollo. Por lo que los niños pueden sentirse desorientados en entornos educativos tradicionales que no siguen la metodología Montessori.

El método Montessori, más que un simple enfoque educativo, es una filosofía que busca liberar el potencial de cada niño en un entorno preparado y estimulante. A pesar de las críticas y desafíos, su impacto positivo en el desarrollo integral de los niños es innegable, y su aplicación continúa siendo relevante y efectiva en diversas partes del mundo.

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