El único hijo varón del presidente más popular de los Estados Unidos y Jackie Kennedy creció bajo el ojo público y se convirtió en el niño que conmocionó al mundo tras el asesinato de su padre (todos recordamos aquella desoladora imagen de Jackie y sus hijos, John apenas tenía tres años, ante el paso del cortejo fúnebre de su padre en Dallas, donde fue asesinado en 1963). John John, como le llamaban cariñosamente los que más le conocían, fue siempre noticia.
Era el más carismático del clan, un tipo divertido, súper atractivo y con una personalidad que atraía a hombres y mujeres por igual. Su juventud estuvo marcada por una lista de conquistas como Daryl Hannah, con quien estuvo a punto de casarse, Cindy Crawford, Sarah Jessicah Parker…, incluso fue relacionado con Lady Di.
Todo cambió cuando conoció a Carolyn Bessette, una estilosa publicista de Calvin Klein con la que se casó en secreto para evitar el acoso de los medios. La discreción les duró poco. Eran la imagen de la pareja perfecta. Jóvenes, ricos, atractivos... El mundo parecía estar a sus pies. Durante aquella época ejerció como abogado, periodista y editor, fundando su propia cabecera, George, en la que hablaba sobre política y estilo de vida.
Las claves del estilo de John John
Lo cierto es que John John fue muchas cosas, entre ellas 'sex symbol' e icono de estilo; un referente en la moda de la época que representaba a la América que empezaba a perderse. Un tipo cuyo estilo sigue siendo imitado y recordado veinticinco años después de su trágica muerte, en un accidente de avioneta en 1999 junto a su mujer y la hermana de ésta.
De su padre heredó su estilo atemporal, clásico y sofisticado. Gracias a su legado, aprendió a lucir los trajes y recuperó algunos de sus complementos más socorridos, como los polos, los cárdigans o las gafas Wayfarer. Sabía cómo llevarlos y dominaba los accesorios, al igual que su progenitor. La clave de esas piezas atemporales reflejaban la personalidad de un tipo clásico que, para sus apariciones en sociedad, apostaba por trajes sastres hechos a medida con corbatas discretas. Su inconfudible sello personal, su elegancia innata y su facilidad por mezclar básicos fue la clave de su éxito.
Pero ser hijo "de" siempre fue demasiado… Quizá por eso, y a diferencia del ex presidente, no tenía miedo a innovar y así lo demostraba durante sus paseos por Nueva York en los que tantas veces fue fotografiado. En su vida privada, John John recurría a la ropa cómoda sin caer en lo informal. Entre sus prendas más socorridas se encontraban los jerséis de punto, las camisas tipo polo y los pantalones color khaki.
Era un tipo que dominaba el estilo más casual y juvenil. Le vimos en infinidad de ocasiones con estilismos 100% sport y así pudieron comprobarlo los vecinos del barrio neoyorquino de Tribecca. También fue el rey de las sneakers, tendencia puntera veinticinco años después, y uno de los pioneros en eso de combinar prendas deportivas con otras más formales; mezclando gorras de béisbol con trajes o pantalones de chándal con jerséis.
Fue elegido "el hombre más sexy del mundo" según la revista People, en 1988; y apodado por la prensa como ‘el nuevo galán del siglo XX’. John John conseguía ese estilo efortless. Es decir, prestaba atención al más mínimo detalle sin que los demás se percatasen. Combinaba chalecos, jerséis de ochos, polos de Lacoste o camisas hippies con chinos o vaqueros. Entre sus favoritos, los Levi´s en colores claros con corte recto.
Parte de su encanto se acentuó cuando Carolyn Bessette irrumpió en su vida. Se casaron en una cita clandestina a la que solo acudieron 35 invitados para evitar el acoso de la prensa, y su relación con ella le consagró como un auténtico style icon. Ella representaba la sencillez y juntos formaron una de las parejas más relevantes de la moda del momento. Su mujer añadía glamour a su figura. Carolyn era elegante, clásica con un estilo sobrio y minimalista, que protagonizaba las portadas de las revistas de la época.
Conocido también como el príncipe de América, su estilo continúa vigente… tanto como lo fue hace más de veinte años. Sólo hace falta echar la vista atrás para impregnarnos del estilo de un gran hombre cuya suerte se truncó en un fatídico accidente de avión.