La literatura médica destaca la importancia de dormir temprano y mantener un ciclo de sueño regular para una buena salud física y mental. Sin embargo, un reciente estudio del Imperial College de Londres sugiere que los trasnochadores podrían tener ventajas cognitivas. Analizó a 26.000 personas, divididas en “alondras” (madrugadores que alcanzan su máxima alerta hacia el mediodía, rinden más por la mañana y decaen por la tarde.) y “búhos” (noctámbulos que rinden más a partir de la tarde hasta bien entrada la noche, alcanzando su climax de actividad pasada la medianoche). Los resultados indican que los búhos muestran mayor agudeza mental, razonamiento y memoria. Estos hallazgos sugieren que trasnochar podría mejorar el rendimiento cerebral, haciendo a estas personas más lúcidas que aquellas que se acuestan temprano.
Beneficios de trasnochar
Es imprescindible dormir las suficientes horas (entre siete y nueve para el adulto medio) a diario para estar sano. Nadie debería quedarse despierto hasta tarde y perder horas de sueño. Pero si, por tu estilo de vida, uno se puede permitir levantarse tarde, quizá se prefiera acostarte también un poco más tarde, ya que conlleva una serie de beneficios nada despreciables.
Los trasnochadores presentan una función cognitiva superior, con mejor memoria y razonamiento, y una mayor capacidad para resolver problemas complejos y procesar información, lo que les permite desempeñarse mejor en tareas que requieren un alto nivel de análisis y pensamiento crítico. Este grupo tiende a tener un rendimiento cerebral más alto en comparación con los madrugadores, manifestado en una mayor capacidad para mantener la concentración y la atención durante períodos prolongados, lo que es beneficioso en actividades que requieren un enfoque sostenido y detallado. Investigaciones sugieren que estas conductas nocturnas, poco frecuentes en el ambiente de nuestros ancestros, pueden estar vinculadas a una mayor inteligencia, aunque los madrugadores pueden tener más éxito debido a su proactividad y mejores calificaciones en contextos educativos tradicionales.
Los búhos nocturnos pueden mantenerse alerta durante más horas que las personas diurnas. Un estudio de 2009 de la Universidad de Lieja en Bélgica analizó a 15 nocturnos y a 16 diurnos y pidió a los participantes que siguieran sus horarios normales de sueño. Los investigadores midieron su actividad cerebral cuando se despertaban y, luego, diez horas y media más tarde. El estudio descubrió que los participantes obtenían los mismos resultados en el primer test, pero que diez horas y media después de despertarse, los madrugadores tenían menor actividad en las regiones cerebrales asociadas a la atención y al reloj circadiano, en comparación con los trasnochadores.
Varios investigadores de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán descubrieron que las personas nocturnas tenían más probabilidades de desarrollar soluciones originales y creativas ante los problemas que las personas que son más activas por la mañana. La hipótesis es que los trasnochadores pueden ser más creativos porque al quedarse despiertos hasta tarde fomentan el desarrollo de un espíritu no convencional y la capacidad para descubrir soluciones alternativas y originales. La noche parece ser un periodo fértil para la creatividad, especialmente en artistas y escritores, debido a la tranquilidad y la falta de distracciones que ofrece, permitiendo que las personas exploren ideas y conceptos de manera más libre y profunda.
Los trasnochadores tienen una ventaja física con respecto a los madrugadores. Varios investigadores de la Universidad de Alberta comprobaron la fuerza de las piernas de nueve madrugadores y nueve trasnochadores y descubrieron que la fuerza de los primeros era constante a lo largo del día, pero la fuerza de los trasnochadores alcanzaba niveles más elevados durante la noche. Por lo que las personas nocturnas muestran mayor excitabilidad en la corteza motora y en la médula espinal.
La humanidad se divide entre trasnochadores y madrugadores, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. Los estudios recientes del Imperial College de Londres destacan las capacidades cognitivas superiores de los trasnochadores, mientras que otras investigaciones subrayan la importancia de un sueño regular y contante, entre siete y nueve horas, para la salud general. Adaptar las rutinas diarias podría ser clave para maximizar el potencial de cada persona.
