El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) ha publicado los datos del PIB de Argentina correspondientes al cuarto trimestre de 2024, y los resultados son formidables. La economía argentina no solo ha dejado atrás la recesión que la asfixiaba bajo el peronismo, sino que lo ha hecho en medio de un exitoso programa de estabilización macroeconómico. Javier Milei, en su primer año de gobierno, ha logrado un crecimiento sólido, una inflación en retroceso y un mercado laboral en recuperación. Los números hablan por sí solos, y es hora de que los críticos enfrenten la realidad o admitan su sesgo.
Así, en el cuarto trimestre de 2024, el PIB argentino creció un 1,4% respecto al tercer trimestre, lo que, proyectado a un año completo, equivale a un robusto 5,7%. Pero la cifra más reveladora es ésta: el PIB actual supera en un 2,1% al del cuarto trimestre de 2023, antes de que Milei asumiera el poder. Sí, Argentina genera hoy más riqueza que en los estertores del gobierno anterior.
Y para quienes quieran jugar a las trampas estadísticas, alegando que Milei gobernó los últimos 15 días de 2023, el dato es aún más demoledor: el PIB del cuarto trimestre de 2024 también supera al del tercer trimestre de 2023, cuando el peronismo inflaba artificialmente la economía con su ‘plan platita’ electoral. Sin dopaje fiscal, Argentina produce más que nunca.
Por su parte, el consumo privado creció un 3,2% en el cuarto trimestre de 2024 frente al tercero, y está un 2,8% por encima del nivel de finales de 2023. Los argentinos gastan más hoy que bajo el peronismo, y lo hacen con una inflación que ha caído de un insostenible 11% intermensual en noviembre de 2023 a menos del 3% en la actualidad. Durante meses, ciertos ‘economistas’ nos vendieron la fábula de que la inflación bajaba porque el consumo se desplomaba, forzando con ello a los empresarios a reducir precios.
“No hay magia ni hundimiento de la demanda, la inflación se ha desplomado por el ajuste fiscal y la limpieza del balance del banco central, no por un colapso económico”
Los datos del INDEC dinamitan esa narrativa: el consumo sube y la inflación cae. ¿La explicación? No hay magia ni hundimiento de la demanda. La inflación se ha desplomado por el ajuste fiscal y la limpieza del balance del banco central, no por un colapso económico. La teoría del consumo como freno inflacionario pertenece al basurero de las ideas fallidas.
Además, la inversión agregada también evoluciona de manera muy positiva. En el cuarto trimestre de 2024, creció un impresionante 11,3% respecto al trimestre anterior y se sitúa un 1,9% por encima del nivel de finales de 2023. Más aún, este crecimiento intertrimestral supera al del tercer trimestre, señalando una confianza empresarial en ascenso.
La inversión no es solo un número: es el cimiento del crecimiento sostenible. Más capital significa mayor productividad y, a la larga, mejor calidad de vida. Dos trimestres no transforman un país, pero si esta tendencia persiste, Argentina podría estar ante el inicio de una revolución económica. Milei está sentando las bases para que el sector privado, no el Estado, lidere la recuperación.
Asimismo, el mercado laboral también trae buenas noticias. En las 31 principales aglomeraciones urbanas, el número de ocupados alcanzó los 13.596.000 en el cuarto trimestre de 2024, 78.000 más que los 13.518.000 de finales de 2023. Es la cifra más alta desde 2016 (cuando arranca la serie).
La tasa de paro, eso sí, subió al 6,4% desde el 5,7% de 2023, pero no por pérdida de puestos, sino por un aumento de 193.000 personas en la población activa. La economía no ha creado empleo tan rápido como creció la oferta laboral, pero nunca hubo, repetimos, tantos argentinos trabajando en estas zonas.
Por último, los salarios continúan con su recuperación. En diciembre de 2024, la remuneración promedio, ajustada por inflación, era un 3,3% superior a la de noviembre de 2023. Y no porque haya aumentado la desigualdad, pues esta se mantuvo estable respecto a finales de 2023. Más empleo, mejores sueldos, sin disparidad creciente. Los agoreros, otra vez, se equivocaron.
En suma, Milei ha sacado a Argentina de la recesión por la puerta grande. Crecimiento del PIB, inflación controlada, empleo en alza y salarios reales mejorados, todo con un presupuesto equilibrado. Es un logro extraordinario que desmiente a quienes pronosticaban el apocalipsis. Sin embargo, no todo está resuelto. La deuda heredada sigue siendo una espada de Damocles, y su refinanciación será un desafío titánico. Pero lo logrado en 2024 es innegable.
