La transformación digital ha sido un paso crucial para la modernización de nuestras empresas y organismos. Ha permitido una mayor conectividad, el acceso a grandes volúmenes de datos y la automatización de procesos que antes eran manuales y costosos. Sin embargo, la digitalización por sí sola ya no es suficiente para responder a las exigencias y desafíos actuales.
Durante los últimos meses, estamos siendo testigos de una aceleración vertiginosa en el desarrollo e implementación de la Inteligencia Artificial (IA) en la mayoría de los sectores económicos. Este fenómeno, que hace poco parecía propio de ciencia ficción, se ha convertido en una realidad omnipresente que está transformando radicalmente la manera en que operamos, tomamos decisiones y competimos en el mercado.
La IA nos ofrece la capacidad de analizar gran cantidad de datos, identificar patrones y tendencias ocultas y tomar decisiones informadas en tiempo real. Esto hace que la eficiencia operativa sea mayor y abre una puerta a innovaciones que pueden transformar sectores enteros, desde optimizar cadenas de suministro en la industria hasta personalizar servicios en el sector salud. Las aplicaciones de la IA son infinitas y sus beneficios innegables.
En este contexto, es crucial reconocer la transformación digital sigue siendo motor esencial en para el desarrollo económico y la competitividad en España. Sin embargo, el mundo sigue evolucionando y no podemos quedarnos estancados en una fase de digitalización que, aunque fundamental, ya no es suficiente. Debemos ir un paso más allá y abordar la ‘Transformación Inteligente’: una nueva revolución que no solo abarca lo digital, sino que integra la sostenibilidad, la inclusión y la IA como pilares para el futuro de la economía.
En un mundo donde los recursos son limitados y las desigualdades palpables, no podemos permitir un progreso que excluya a otros sectores que se comprometen con el bienestar de las generaciones futuras. No podemos hablar de una verdadera ‘Transformación Inteligente’ sin abordar cuestiones como la inclusión, la diversidad o la igualdad de oportunidades, que deben ser valores intrínsecos en cualquier estrategia de modernización.
"El marco regulatorio debe garantizar la transparencia en los algoritmos, la protección de los datos personales y la prevención de sesgos que puedan perpetuar discriminaciones"
Es imperativo que las oportunidades y beneficios derivados de la IA están al alcance de la sociedad, lo que implica que es necesaria una inversión en educación y formación para que los jóvenes y trabajadores puedan adaptarse a los nuevos requerimientos del mercado laboral y la implementación de estrategias afectivas de innovación abierta. Proyectos que fomenten la participación de todos los sectores de la sociedad en la economía digital, como es el caso de los ‘Women Startup Awards’.
La IA debe encaminarse hacia un futuro más sostenible utilizando fuentes de energía renovables y haciendo un uso más eficiente de las mismas, generando soluciones que reduzcan el impacto ambiental, optimicen el uso de recursos y promuevan un desarrollo equitativo.
Es básico establecer marcos regulatorios que garanticen la transparencia en los algoritmos, la protección de datos personales y la prevención de sesgos que puedan perpetuar discriminaciones. Solo así podremos asegurar que la IA sea una fuera positiva que amplíe las capacidades humanas sin socavar los derechos fundamentales.
España todavía tiene la oportunidad de liderar esta nueva fase, pero para lograrlo, es imprescindible el impulso de un cambio profundo y estructural en nuestros sectores estratégicos, como es el caso del turismo. Es urgente aplicar la inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas para transformar el sector, orientándolo a las necesidades del visitante moderno.
El futuro ya está aquí y la ‘Transformación Inteligente’ es el próximo paso en la evolución de la economía y la sociedad, un camino que garantice la competitividad en España y convierta al país en referente a nivel global, no solamente incorporando tecnología, sino de hacerlo de una manera sostenible e inclusiva. Por ello, es crucial que las empresas, las organizaciones y las Administraciones Públicas tengamos consciencia del papel que jugamos en este proceso.