"Los usuarios de automóviles tienen ante sí un proceso que ya no va a dar marcha atrás"
Costa Mediterránea de España, 2024. “Papá, ¿has puesto a pre acondicionar el coche?”. Esta ha sido una de las frases que más he escuchado este verano pasado cuando salíamos de la playa hacia el coche con mi familia, y es que es una sensación que no había experimentado hasta que he sido usuario de mi vehículo 100% eléctrico Polestar 2. Esto y muchas cosas más son las que me han confirmado que la combustión ya forma parte del capítulo anterior en la historia de la automoción.
Desde mi punto de vista, no hay necesidad de posicionarse. Recuerdo ver y escuchar por la rampa de Pegaso, en mi querido circuito del Jarama, a un Matra Simca V12 de Le Mans y pensar que es, sin lugar a duda, uno de los sonidos más bonitos que existen para un amante del automovilismo como soy yo. Pero no nos engañemos, el sonido del autobús y los gases que respiramos día a día no tienen nada que ver con esto y por eso estamos viviendo esta época tan privilegiada de cambio y evolución. Ya nuestros antepasados vivieron transiciones como estas, como fue el paso del vapor a la combustión; ahora toca el de la combustión a la movilidad 100% eléctrica.
Puestos a recordar, en la última edición del VEM (feria del vehículo eléctrico de Madrid) vinieron a mi memoria los recuerdos de la primera edición, hace aproximadamente 10 años. Recuerdo coches aparcados en la Plaza de Colón, cada uno con su cargador colocado exclusivamente para la feria. No lo voy a negar, quedaba tanto camino por recorrer que me asaltaban dudas. Pero en estos diez años la historia ha cambiado y mucho. Los vehículos 100% eléctricos ya cuentan con autonomías más que suficientes para cualquier tipo de prueba de conducción.
Ya no hay excusas para no dar el salto a una movilidad sostenible y eficiente; y este es el verdadero motivo que debe motivarnos al cambio: la eficiencia y el alto rendimiento de los motores.
Los viajes entre ciudades son ya una realidad. En Polestar, empresa para la que trabajo, los desplazamientos siempre se realizan con los propios modelos. Unas semanas atrás viajamos a Santiago de Compostela desde Madrid con Polestar 3 y Polestar 4. El resultado fue un viaje ameno de 6 horas y 20 minutos incluyendo dos paradas: la primera para un pincho de tortilla y un refresco y, la segunda, para un café. Total: 20 minutos en la primera parada y 15 en la segunda. Paradas que habríamos realizado igualmente con cualquier otro coche gasolina o diésel.
Desde que estoy inmerso en el mundo del vehículo 100% eléctrico, he podido comprobar cómo se aplica tal cual la curva del Cambio de Kübler Ross. Dicha curva describe las diferentes etapas emocionales que atraviesan las personas cuando se enfrentan a un cambio significativo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. En la transición a la movilidad 100% eléctrica, nos situamos ahora en la etapa de aceptación.
Los usuarios de automóviles tienen ante sí un proceso que ya no va a dar marcha atrás. Ya no es un evento que se nos ha presentado y que no queremos, sino que se trata una realidad, la del coche eléctrico, que nos va a facilitar la vida.
Suele ocurrir que, cuando más prisa tiene uno, el vehículo de combustión se encuentra con la reserva en rojo, con la obligación de tener que pasar por la gasolinera. Con el vehículo 100% eléctrico, teniendo un mínimo de cuidado, esta casuística ha pasado a la historia. Mi mujer y yo hemos acordado que cada vez que alguno de los 2 aparque y el Polestar se encuentre por debajo del 40% de carga de batería, lo colocará a cargar. Teniendo en cuenta que en este proceso tardamos menos de 20 segundos, estamos ahorrando tiempo frente a los 7 minutos aproximados de media que se tarda en echar gasolina a cualquier coche.
La experiencia en un eléctrico choca, sobre todo cuando subo a un vehículo térmico y comparo una tecnología del pasado con la más pura vanguardia. Ya no hay botón de arranque, desaparece la preclimatización, se incrementa el confort de marcha por la ausencia de la caja de cambios…
Como decía Albert Einstein: "La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibrio, debes seguir adelante."
