“Nos hackearon la web de Scotta 1985 en pleno confinamiento y nos pidieron un montón de bitcoins para recuperarla”
“Si todos estamos unidos y tenemos la misma visión, el futuro no me da ningún miedo”
“Somos fieles creyentes de que la durabilidad de las prendas es la base de la sostenibilidad”
Todo comenzó pintando una moto sobre el papel y en el garaje de una casa. Entre amigos y serigrafiando el logo en camisetas, sudaderas y polos, vieron cómo pasar su tiempo sobre dos ruedas y convertir Backslide (nombre originario de la marca) en su modo de vida.
Fue en 2006 cuando Carlos Serra y Felipe Roca se unieron oficialmente en la aventura, pero 2012 se convirtió en el punto de inflexión en el que la marca española de origen sevillano se reestructuró, adoptó el nombre de Scotta 1985 y comenzó a trabajar en su primera línea de ropa. Esta vería la luz en 2014, con su primera tienda en Madrid en el número 31 de la calle Jorge Juan.
¿Qué motivos le llevan a emprender?
Yo, desde pequeño, ya quería montar mi empresa. Todos en mi familia -mi padre, mi madre, mis hermanos, mis tios- han sido emprendedores. Por tanto, siempre rondaba en mi cabeza crear algo. No sabía qué, y nunca pensé que sería una empresa de moda. En casa de herrero, cuchillo de palo. Me he vestido toda la vida con dos looks, como quien dice, así que no tenía ni idea ni de ropa, ni de moda.
¿Cómo surge la idea de fundar Scotta 1985?
Uno de mis socios (en la actualidad ya no lo es) fue el que creó la marca en el 2003 (inicialmente se llamaba Backslide). Dibujó el logotipo, le gustó y decidió registrarlo e iniciar la fabricación de ropa para vender a sus amigos en casa. Dos años después, viendo la buenísima acogida que tenía, mi otro socio Felipe Roca y yo le propusimos montar la empresa de forma “más profesional”, que no solo se vendiera en casa, si no por toda España.
En 2006 constituimos la compañía sin tener ninguno ni idea de cómo funcionaba el sector retail y textil. Al principio dedicábamos solo los ratos libres, ya que los tres trabajábamos por cuenta ajena en otros sectores, hasta que Felipe y yo decidimos dejar nuestros empleos y dedicarnos al 100% al negocio. Con la primera producción nos recorrimos toda España visitando tiendas multimarca y enseñando la ropa. Así fueron los inicios.
Año tras año fuimos duplicando la facturación. No parábamos de crecer. El primer batacazo llegó en 2012, con la crisis. Tuvimos que parar la actividad, y eso nos dio la oportunidad de poder ver las cosas con más perspectiva, mirar desde otro punto de vista. Teníamos claro que la marca funcionaba, que la marca gustaba mucho y era muy demandada, pero teníamos que reenfocar el modelo de negocio.
Estuvimos un tiempo pensando cuál era la mejor manera de volver, y fue a finales de 2013 cuando empezamos con los diseños de la campaña de invierno 2014. En ese momento, aprovechamos para cambiar el nombre de Backslide, un nombre que a nivel de marketing era un drama, porque nadie lo recordaba, a Scotta 1985. El apellido, 1985, viene porque fue el año en que tuve mi primera moto… Las motos son una de mis pasiones.
El éxito no es para siempre y el fracaso no es definitivo. En su caso, ¿ha aprendido más del éxito o del fracaso?
Yo creo que para poder llamarlo éxito todavía me queda mucho, estamos en el camino de lograrlo. Y respecto al fracaso, tampoco creo que haya fracasado en ningún momento. He tenido baches más o menos importantes, pero yo intento aprender de todo.
Sin duda, se aprende mucho más de los baches que de los éxitos.
Los errores que cometes y las zancadillas que te ponen hacen que aprendas mucho más. Además, hacen que seas capaz de crear o de establecer unas bases mucho más sólidas, ya que el éxito es, muchas veces complicado de replicar. Y el fracaso te hace aprender para que no vuelvas a caer.
La crisis de la Covid-19 generó un impacto muy negativo para la mayoría de los negocios, también en la moda. ¿Cómo afectó a Scotta 1985? ¿Funcionó la venta online?
Para nosotros fue muy duro, tanto a nivel personal como a nivel empresarial. Sin embargo, salimos airosos y reforzados. En ese momento, estábamos en pleno proceso de crecimiento, contratando gente, abriendo tiendas… Y, de repente, nos encerraron. Decidimos hacer un comunicado a nuestros clientes y amigos, ofreciendo la opción de poder seguir comprando online, y, ese mismo día, nos hackearon la web y nos pidieron un montón de bitcoins para quitar el virus.
Fue terrible, ya más cosas no nos podían pasar. Estuvimos así un mes y medio largo, mientras otras marcas no paraban de vender y continuaban gracias al eCommerce, nosotros, completamente parados.
Cada día nos planteábamos qué hacer, y, gracias al gran equipo que tenemos, decidimos entre todos seguir adelante. Si teníamos que morir, que fuera con las botas puestas. Hablamos con los bancos y nos endeudamos por encima de nuestras posibilidades. Invertimos muchísimo en marketing y comunicación, en herramientas de automatización, llegamos a contratar a siete personas… En el momento en el que se pudieron abrir las tiendas, fue brutal la acogida que tuvimos.
Todo ello hizo que acabáramos 2020 creciendo un 10,2%, cuando llegamos a pensar que íbamos a perder en torno a un 40%.
¿Cómo define el producto que vende Scotta 1985? ¿Qué valor diferencial aporta con respecto a otras marcas de moda masculina?
Scotta 1985 define a un hombre inconformista, aventurero, deportista y disfrutón de todos los momentos de la vida. Un hombre que apuesta por la calidad, por la comodidad y por el estilo. Y que aprecia los pequeños detalles, tanto en su forma de vestir, como en su día a día.
El valor diferencial con respecto a algunas marcas es que intentamos tener una marca de máxima calidad y sobre todo, máxima durabilidad. Ahora que está muy de moda todo lo “eco”, lo sostenible, nosotros somos fieles creyentes que la durabilidad es la base de la sostenibilidad. Apostamos cada año por dar a nuestras colecciones un punto más de calidad, un punto más de acabado.
¿Cómo ves el futuro? Retos, primicias, nuevas aperturas, moda femenina, etc.
Retos, absolutamente todos. Nuestra meta es traspasar a determinadas marcas. Estamos convencidos de que seremos un referente en la moda masculina sport casual. Primero, a nivel nacional, y después, también a nivel mundial.
Ahora mismo nos encontramos en una expansión nacional muy fuerte, sobre todo a través de El Corte Inglés y franquicias. Solo en este último mes hemos abierto cinco tiendas nuevas en toda España. Y, para el 2023, queremos alcanzar las 20 aperturas.
En cuanto a la proyección internacional, ya tenemos confirmada la primera apertura en Italia en el mes de septiembre, en Roma. En este mismo país, tenemos un plan de expansión para abrir 30 tiendas en los próximos cinco años. También estamos terminando de cerrar acuerdos con México para, en la primavera-verano del 2023, empezar a abrir varios corners en tiendas departamentales. Hemos abierto tienda en Andorra y también 7 corners en Puerto Rico. Es solo el principio. Nuestra idea es crecer, crecer crecer.
Para nosotros es un momento muy dulce a pesar de todas las dificultades y dramas que se dan en el mundo.
Hoy en día, una de las premisas fundamentales para cualquier empresa es la sostenibilidad, un valor que cada vez se busca más en las marcas. ¿Cuáles son las políticas que se llevan a cabo en Scotta 1985 al respecto?
Nosotros somos sostenibles desde el minuto uno. Insisto en que creemos que no hay nada más sostenible que la durabilidad de las prendas. Aun así, utilizamos materiales ecológicos y reciclados, por ejemplo, con botellas sacadas del mar hacemos bañadores. Buscamos técnicas de tintado con las que se consuma menos agua y promovemos el comercio cercano y artesanal. Por ejemplo, nuestras alpargatas de yute, que son top de ventas, se hacen en Levante por mujeres que las cosen y las prensan de manera manual.
Lo que sí hacemos es rechazar materias orgánicas y recicladas que no dan el nivel de calidad que buscamos. No todo lo orgánico es bueno, no todo lo reciclado es bueno. Hay que buscar el material que cumpla con nuestros estándares de calidad y durabilidad.
¿Cómo ve el panorama de la moda en estos momentos, con el boom del eCommerce, la globalización y los cambios de hábitos de los consumidores?
El panorama está muy complicado. Los tiempos están cambiando mucho, cada vez más rápido. Todo se centra en el eCommerce, y nosotros también, quizás más a la digitalización. Sin embargo, creemos mucho en el tendero tradicional, en una atención al cliente mucho más personalizada. Como la base de nuestro negocio es la calidad, por mucho que nos empeñemos en comunicarlo a través de la página web, no es lo mismo, ya que no se ve. Nos gusta que el cliente venga, que pruebe la ropa, que el dependiente le explique…
Apostamos mucho por el eCommerce, es una realidad que las nuevas generaciones cada vez vienen más en esa línea. Hay que aprovechar las ventajas y los beneficios que la venta online te aporta, ya que una marca como la nuestra, hace unos años, el crecimiento hubiera sido muchísimo más lento. Pero también nos damos cuenta que a la gente le sigue gustando tocar y probar la ropa.
¿Qué consejos darías a aquellas personas que quieran emprender un negocio?
No sé si me atrevería. Primero hay que tener bien clara la idea y la meta a largo plazo. Mi consejo es siempre mirar a largo plazo. Hay gente que quiere crear una marca y hacerse rico en 4 días.
Paciencia y tener el foco en la meta, muchísimo trabajo y constancia y creer en lo que haces. Y, por último, creo que debemos estar muy enfocados en el detalle. Creo que la diferencia entre algo bien hecho y lo mejor, es el detalle. Todos los negocios son viables si te empeñas, si pones todo el esfuerzo, y, sin duda alguna, si te rodeas del equipo adecuado.
¿Cuál es tu máxima cuando vienen malos tiempos?
Yo de todo intento sacar la parte buena y, sobre todo, aprender. Scotta 1985 y yo, personalmente, no seríamos lo mismo, sin todo lo malo que hemos pasado. Hubiera sido una empresa muy diferente, no sé si mejor o peor. Mi padre decía cuando era pequeño: “no estés celoso de mi pasado porque soy consecuencia de ello”. Es decir, Scotta 1985 es consecuencia de todos los momentos malos que hemos pasado, también de los buenos, pero sobre todo de los malos.
¿Cómo definirías tu visión de futuro en una frase?
“Equipo y equipo! Cada vez tengo más claro que mis esfuerzos como CEO están puestos en generar equipo, valores, engagement con todos los que forman Scotta 1985.
Estoy convencido de que, si vamos en esa línea, el negocio funciona. Si tienes gente que no está comprometida, los movimientos que hacen dentro de la empresa no están bien dirigidos. Si todos estamos unidos y todos con la misma visión, el futuro no me da ningún miedo.