La sanidad española enfrenta un panorama desafiante pero también lleno de oportunidades. Desde los avances tecnológicos hasta la necesidad de abordar el envejecimiento poblacional y la salud mental, el sector se transforma para responder a las demandas de una sociedad en constante cambio. Tanto el ámbito público como el privado están protagonizando una revolución que redefine el cuidado de la salud, integrando tecnología, sostenibilidad y prevención como ejes principales. Charlamos con el Ministerio de Sanidad, con Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) y con Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
En palabras del Ministerio de Sanidad, este año esperan avanzar en algunas de las líneas estratégicas que se trabajaron el pasado año, como aprobar la modificación del Real Decreto para limitar los sabores en los cigarrillos electrónicos o regular el contenido de nicotina en las bolsas de nicotina. También darán los primeros pasos para modificar la que se conoce como ‘Ley antitabaco’ para ampliar los espacios libres de humo, tal y como recomiendan desde la Comisión Europea, y regular los espacios de venta de cigarrillos electrónicos para proteger la salud de las personas más jóvenes, que son las que más consumen este tipo de productos que aumentan el riesgo de consumir tabaco tradicional.
Por otro lado, esperan que “lo más pronto posible, llegue al Congreso para su trámite parlamentario el Proyecto de Ley para prevenir el consumo de bebidas alcohólicas y proteger de sus efectos a las personas menores de edad”. También afirman tener una batería de medidas, como es el seguimiento y la implementación “del nuevo Plan de Acción Atención Primaria, el nuevo Plan de Acción de Salud Mental o el Plan de Actuaciones frente al Suicidio, o todo el trabajo que se está realizando desde el Comité Institucional de la Iniciativa Marco de Cuidados para mejorar las condiciones de las trabajadoras de los cuidados y la provisión de estos a la sociedad”.
En palabras del presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, las estrategias más efectivas para promover hábitos saludables y prevenir enfermedades en la población española en 2025 son “aquellas que combinan educación sanitaria, campañas de sensibilización y la creación de entornos que faciliten elecciones saludables”.
“Los enfermeros pueden liderar talleres y consultas educativas sobre alimentación equilibrada, actividad física o manejo del estrés, por poner sólo algunos ejemplos. Las intervenciones en comunidades, como los programas escolares o los espacios laborales, también son cruciales, de ahí que figuras como la enfermera escolar o los especialistas en Enfermería del Trabajo también sean muy importantes. Además, el uso de tecnologías, como aplicaciones para seguimiento de hábitos o programas de recordatorios para revisiones sanitarias, será clave en los próximos años”, asegura Pérez Raya.
Ministerio de Sanidad: “Este año esperamos poder aprobar la modificación del Real Decreto para limitar los sabores en los cigarrillos electrónicos o regular el contenido de nicotina”
En palabras de Carlos Rus, presidente de ASPE, en este 2025 el sector de la sanidad privada en España estará marcado por varias tendencias clave que reflejan la evolución de las necesidades asistenciales, los avances tecnológicos y los desafíos estructurales del sistema sanitario. “En primer lugar, esperamos profundizar en una consolidación de la colaboración público-privada. Creemos que es imprescindible reforzar los marcos de cooperación y evitar legislaciones que limiten los conciertos sanitarios, ya que la integración de recursos públicos y privados es esencial para responder a la creciente demanda asistencial”.
Y añade que “en segundo lugar, el enfoque en la experiencia del paciente será central, con la adopción de herramientas digitales y tecnológicas avanzadas. Otra tendencia relevante será la gestión de los recursos humanos, especialmente frente a la escasez de profesionales sanitarios. En este sentido, será muy necesario que el sector público y privado trabajen juntos en la planificación a largo plazo de los recursos humanos, priorizando la formación, la retención del talento y la eliminación de barreras que limiten la movilidad profesional entre ambos sectores”.
Rus apunta que, “por último, la sostenibilidad financiera será un reto. En este sentido, la sanidad privada tendrá que equilibrar los costes crecientes y las expectativas de un reparto justo en la retribución como en el caso de Muface, para garantizar la sostenibilidad del modelo y la de todos los actores que intervenimos en él”.
Aprendizajes tras la pandemia
A raíz de la pandemia de la Covid-19, se integraron una serie de lecciones en la preparación y respuesta del sistema sanitario ante futuras emergencias sanitarias. Según el Ministerio de Sanidad, desde prácticamente los primeros meses de la pandemia, ya se pudo ver, a distintos niveles de la administración y del sistema sanitario, “que había cuestiones que necesitábamos reforzar de cara a futuras emergencias sanitarias”.
“Algunos de estos elementos, y otros más, se recogieron en las conclusiones de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica llevada a cabo a raíz de la pandemia y de la propia Evaluación del Desempeño del Sistema Nacional de Salud durante la emergencia sanitaria. Algunas de estas lecciones se han implementado ya o están en pleno proceso de desarrollo”.
Y apuntan que, “por ejemplo, disponemos ya de una Estrategia de Salud Pública y del Real Decreto que crea la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública, dos hitos importantes que sientan las bases sobre las que trabajaremos en los próximos años. Estamos en fase final de negociaciones del texto del Proyecto de Ley de la Agencia Estatal de Salud Pública que esperemos que pase el trámite final en el Congreso de los Diputados lo antes posible”.
Desde el Ministerio añaden que “también estamos mejorando los sistemas de información en materia de salud para disponer de datos mejores y con mayor agilidad. La reacción en términos de Salud Pública, tanto del Ministerio como de la Comunidad Valenciana, tras la desgracia de la DANA también es un reflejo de la rápida actuación y coordinación entre administraciones que desplegó una serie de acciones para informar a la población, incrementar la vigilancia epidemiológica y tener capacidad de respuesta ante potenciales brotes de gravedad”.
“Lo importante en este momento es finalizar el procedimiento para aprobar a través del Consejo Interterritorial de Salud tanto el Plan de Acción de Salud Mental como el Plan de Actuaciones frente al Suicidio”
Además, “también se ha trabajado para reforzar la reserva estratégica para disponer de los materiales necesarios ante situaciones de emergencias sanitarias. Estos elementos, entre otros, hacen que hoy tengamos una mejor situación en cuanto a la preparación ante emergencias”.
“No obstante, tenemos que actuar también en reducir la probabilidad de que este tipo de emergencias sucedan en frecuencia e intensidad. Esto pasa por repensar nuestra organización social y el impacto que tiene en el medio ambiente y en la biodiversidad. La frecuencia de zoonosis (el salto de un microorganismo infeccioso del ámbito animal al humano) ha aumentado en las últimas décadas y, en la mayoría de los casos, esto es consecuencia de la acción humana en los ecosistemas”, añaden las mismas fuentes. “Por tanto, necesitamos preparar nuestros sistemas sanitarios, pero también debemos protegerlos de este tipo de emergencias reduciendo nuestro impacto en el medio ambiente”, exponen desde el Ministerio.
Según Carlos Rus, la pandemia demostró que la sanidad privada es un pilar del sistema sanitario: “Ha quedado claro su papel esencial, no solo aliviando la carga del sistema público, sino también aportando infraestructura, innovación y recursos. Es hora de dejar de demonizar al sector privado y reconocer el papel esencial que desempeña, como ocurre en otros países de nuestro entorno”.
La digitalización, pilar de la transformación sanitaria
La transformación digital se ha convertido en un motor clave para la evolución del sistema sanitario español. En el ámbito público, la Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud (SNS) lidera esta transición, centrándose en mejorar la interoperabilidad entre comunidades autónomas, optimizar la historia clínica electrónica y reducir las cargas administrativas. Una de las iniciativas más destacadas es el uso de inteligencia artificial (IA) en atención primaria, que permite transcribir consultas y agilizar los procesos, liberando tiempo para una atención más personal a los pacientes.
Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, asegura que la digitalización está revolucionando los cuidados de salud en España al facilitar el acceso a servicios, mejorar el seguimiento de pacientes y optimizar la gestión de datos clínicos. “Los enfermeros jugarán un papel clave, especialmente en la implementación de sistemas de telemedicina y en el seguimiento remoto de pacientes con enfermedades crónicas”, expone.
Y añade que, “para 2025, esperamos avances significativos en herramientas como aplicaciones móviles para el control de salud, dispositivos portátiles para la monitorización en tiempo real y plataformas integradas que conecten pacientes con equipos multidisciplinares. Los retos incluyen la necesidad de formación en competencias digitales, garantizar la privacidad de los datos y evitar una brecha digital que deje fuera a poblaciones vulnerables”.
“El pilar fundamental de la modernización del sistema nacional de salud en materia de digitalización es la Estrategia de Salud Digital del SNS, elaborada en colaboración con las comunidades y ciudades autónomas”
En el sector privado, la digitalización también está jugando un papel crucial. Carlos Rus, presidente de ASPE, destaca la integración de tecnologías como el big data, la IA y la realidad virtual, que están revolucionando la personalización de tratamientos, mejorando diagnósticos y aumentando la precisión quirúrgica. Además, la telemedicina y las herramientas de monitoreo remoto están permitiendo un seguimiento más eficaz y accesible para los pacientes, especialmente en zonas rurales o desfavorecidas. Sin embargo, el reto de garantizar la seguridad de los datos y la privacidad sigue siendo una prioridad para mantener la confianza de los usuarios.
“El sector privado está comprometido con la mejora continua de la atención al paciente y, por ello, la adopción de tecnologías innovadoras es siempre una prioridad. En este sentido, desde hace años estamos viendo una integración creciente de herramientas y nuevas tecnologías. Desde la incorporación de sistemas de inteligencia artificial que ayudan a optimizar los diagnósticos o personalizar los tratamientos, hasta el uso de herramientas como la realidad virtual y la robótica médica para mejorar la precisión quirúrgica y la rehabilitación, la innovación está marcando una diferencia tangible en la calidad del cuidado de nuestros pacientes”, explica Rus.
Por último, el presidente de ASPE asegura que la tecnología está siendo un motor clave para avanzar en la personalización de los tratamientos; aunque, matiza, “si bien es una aliada imprescindible, lo que realmente
incrementa la satisfacción del paciente es que no se pierda el trato humano. Los avances tecnológicos deben ir de la mano con la cercanía, la empatía y la atención personalizada que brindan los profesionales de la salud, que son el verdadero corazón. La tecnología facilita el trabajo, pero es el compromiso y la dedicación de los profesionales lo que marca la diferencia en la experiencia del paciente”.
Salud mental, prioridad ineludible
La salud mental ha emergido como una de las mayores preocupaciones tras los efectos de la pandemia. En España, los casos de ansiedad, depresión y trastornos relacionados con el estrés han aumentado significativamente. Para responder a esta crisis, el Ministerio de Sanidad ha implementado el Plan de Acción de Salud Mental y el Plan de Actuaciones frente al Suicidio, que buscan abordar los determinantes sociales de la salud mental y reforzar la atención comunitaria.
“El Comisionado de Salud Mental está desplegando una agenda que permitirá mejorar la salud mental de la población de una manera integral. Lo más importante en este momento es finalizar el procedimiento para aprobar a través del Consejo Interterritorial de Salud tanto el Plan de Acción de Salud Mental como el Plan de Actuaciones frente al Suicidio”, señalan desde el Ministerio.
“Estos planes tienen la vocación de poner los cimientos para avanzar hacia modelos asistenciales enfocados, por un lado, en los determinantes sociales de la salud mental y el abordaje comunitario de los malestares psíquicos, y de disponer de sistemas de información sobre suicidio que nos permita comprender mejor las diferentes casuísticas y, así, diseñar medidas que incidan sobre las principales causas”, añaden desde el Ministerio.
Y destacan su papel a la hora de crear las Unidades de Salud Mental de Emergencias a raíz del impacto de la DANA en diferentes comunidades autónomas, pero especialmente en la Comunidad Valenciana, que en colaboración con las autoridades autonómicas intervendrán para hacer labores de acompañamiento de las personas afectadas en los próximos meses.
Carlos Rus (ASPE): “Es imprescindible reforzar los marcos de cooperación y evitar legislaciones que limiten los conciertos sanitarios, ya que la integración de recursos públicos y privados es esencial para responder a la creciente demanda asistencial”.
Desde el Consejo General de Enfermería, su presidente Florentino Pérez Raya confiesa a Capital que la salud mental en España está en una situación crítica, con un aumento notable en los casos de ansiedad, depresión y trastornos relacionados con el estrés, especialmente tras la pandemia: “Los enfermeros especialistas en Salud Mental desempeñan un papel crucial en la detección temprana, apoyo emocional y seguimiento de estos pacientes. En los próximos años, se espera una mayor integración de la salud mental en la Atención Primaria y el uso de tecnologías para facilitar el acceso a terapias”. Sin embargo, explica que el principal reto será aumentar los recursos humanos y económicos para atender esta demanda creciente y proporcionar formación específica a los enfermeros en técnicas de intervención psicológica.
Y matiza: “Sin olvidar que la propia salud mental de las enfermeras también está en riesgo debido a la sobrecarga asistencial que padecen. Un problema que reconocen nueve de cada diez enfermeras, según la encuesta que desde el Consejo General de Enfermería presentamos el pasado mes de noviembre y en la que más del 95% de los casi 10.000 profesionales que contestaron consideraba que tiene un volumen de trabajo alto o excesivo y un 88,3% reconocía que esta presión en el trabajo les ha afectado psicológicamente mucho o bastante.
Por su parte, el sector privado también está adoptando un enfoque proactivo. Los centros sanitarios han incrementado sus programas de bienestar emocional, reconociendo la importancia de integrar la salud mental en la atención integral al paciente. A pesar de estos esfuerzos, la escasez de profesionales especializados y la sobrecarga laboral de los sanitarios son problemas estructurales que dificultan la calidad de la atención. Una encuesta reciente reveló que el 88% de las enfermeras en España reconoce que la presión laboral afecta considerablemente su salud mental.
Carlos Rus, presidente de ASPE, indica que el sector está respondiendo de manera proactiva a la creciente demanda de programas de salud mental y bienestar emocional, “reconociendo la importancia de abordar estos aspectos como parte esencial de la atención integral al paciente”.






