online de alquiler de apartamentos y habitaciones. ¿Novedad? Cada propiedad que ofrece es comprobada por la compañía gracias a lo que ellos denominan runners, que son los encargados de grabar los vídeos o hacer las fotos. “Tenemos este tipo de personal en las doce ciudades de seis países diferentes en los que ya estamos presentes. Nuestra plantilla, compuesta por 71 personas, la integran 24 nacionalidades diferentes”, indica Alejandro Artacho, su CEO. Y añade: “Queremos expandir el negocio a todos los rincones del mundo”. 


De momento no tienen fuerza comercial para penetrar desde dentro en esos mercados, sino que lo hacen a través de internet, aunque no descartan hacerlo en un futuro. “Suelen usar como canal de comunicación básico la web, y diseñan su oferta para que sea multicanal y multilengua”, apunta Jordi Damiá, profesor de Dirección Estratégica en EADA y en la Universidad Polítécnica de Cataluña. En el caso de Uvinum, su modelo es similar al de Amazon, con unos 120 proveedores repartidos por toda Europa (bodegas, tiendas, distribuidores…). “Trabajamos con decenas de freelance y, en el futuro, no descartamos en algún mercado clave tener algún tipo de embajador”, apunta Nico Bour.
Asimismo exprimen al máximo las tecnologías de la información y la comunicación, cuyo uso dominan, a la par que optan por estrategias competitivas cuyos principales pilares son la calidad y la concentración en determinados segmentos. Un ‘modus operandi’ que es visto con buenos ojos. “El hecho de ser una empresa internacional favorece conseguir financiación, aunque en la práctica no es tan sencillo”, advierte Josías de la Espada. Para empezar, y si se quiere allanar el camino hacia la ‘pasta’, el inglés debe formar parte de su ADN. Las páginas web de Sezion o de Spotahome son en la lengua de Shakespeare, los procesos de selección en el portal inmobiliario también, etc.
Intensa innovación. Muchos son los factores que han influido en el desarrollo y consolidación de este tipo de compañías: desde la eliminación de las barreras arancelarias hasta el rápido desarrollo de la tecnología. Con sede en Valencia, y con presencia en Italia, Portugal, Rusia, India, Perú, Chile, Colombia y Costa Rica, la startup Hooptap ha desarrollado una plataforma de gamificación para atraer, activar y retener usuarios, fans, consumidores, empleados y audiencias de televisión o medios masivos. “Nacimos siendo una compañía b2c. Hicimos un programa piloto en España y enseguida nos dimos cuenta que las marcas querían un modelo b2b, lo que rápidamente nos catapultó fuera”, recuerda José Ignacio Florido, su director de Marketing. Esa es otra de las señas de identidad de este tipo de firmas: primero probar, para luego expandir. Pero hay más: también suelen utilizar socios en los mercados de destino. “Nuestro plan estratégico pasa por crecer con partners en cada una de las industrias con las que trabajamos”, añade Florido. Discovery Channel, Consum, Travel Club, Heineken o MasterChef son algunos de sus clientes, logrando incrementar de media un 60% la participación de los usuarios en entornos de marca.
Aprovechar los ecosistemas online, y la interacción en tiempo real, ha sido el trampolín de Elite Business Club. Su objetivo es facilitar e impulsar las relaciones empresariales y económicas entre España, los 20 países de habla hispana de América, Brasil y las principales zonas de influencia del español en Estados Unidos. “Somos un club privado digital donde hacen negocios las personas que toman las decisiones en las compañías”, argumenta Iñigo Manso, presidente y uno de los socios fundadores. Su modelo es el de los clubes británicos del siglo XIX, pero que opera en soporte online, aunque también tiene ramificaciones offline basadas en acuerdos con terceros. “No somos una red social, no queremos recibir ‘spam’ ni ser 200 millones de usuarios. Somos 500 socios y a final de año aspiramos llegar a los 2.000”, concreta su presidente.
Ellos, como cualquier otra empresa, se han topado con piedras en el camino. “Cometimos fallos como abrir una oficina en Roma y en Barcelona que tuvimos que cerrar”, se lamenta Alejandro Artacho. Pero quizás su mayor riesgo sea el hecho de enfrentarse a mercados abiertos, universales, con mayor competencia. “Pueden decir a los inversionistas que son capaces de vender mucho, a millones de personas, pero tienen el riesgo de que son fácilmente copiables”, advierte Jordi Damiá. Pero eso no es óbice para que sus impulsores se arredren. “Tenemos muchas partes del mundo por conquistar”, afirma José Ignacio Florido. “Abriremos en cientos de sitios”, asegura Alex Lopera. Como se ve, ilusión, preparación, y ganas de competir, no les faltan.]]>



