Revista Capital

Interiorismo 2025: naturalidad, texturas y tecnología en equilibrio perfecto

A través de miradas expertas, desgranamos las claves que están modelando los espacios interiores en este 2025

Por Marta Menéndez

El diseño de interiores en 2025 atraviesa un momento de madurez, en el que confluyen la tecnología, la sostenibilidad, la funcionalidad y la necesidad creciente de bienestar. El hogar ha pasado de ser un simple espacio habitacional a convertirse en una extensión de nuestra identidad, estilo de vida y valores. En esta nueva era, marcada por los aprendizajes postpandemia y una conciencia ambiental cada vez más extendida, el interiorismo deja de estar dictado por tendencias pasajeras para enfocarse en lo sensorial, lo artesanal, lo natural y lo tecnológicamente inteligente.

Para entender esta transformación, desde Revista Capital conversamos con dos referentes del sector: Desmond Poggio, CEO de Deslan Interior Design, e Irina Urriola, arquitecta, interiorista y responsable de Innovación en Aquí tu Reforma. A través de sus miradas expertas, desgranamos las claves que están modelando los espacios interiores en este 2025.

Una paleta cromática que respira naturaleza

Los colores de este año no buscan impactar, sino abrazar. La selección cromática actual responde a una necesidad emocional: la de encontrar refugio y equilibrio en medio de un mundo hiperconectado y cambiante. Los interiores se tiñen de tonalidades que evocan calma, naturaleza y sofisticación atemporal. Según Desmond Poggio, "los tonos Verde Oliva y Terracota son los estrella. El primero transmite serenidad; el segundo, calidez". Esta combinación no sólo aporta una base armónica y terrosa, sino que además permite crear ambientes versátiles que funcionan tanto en estancias relajadas como en espacios más formales.

Irina Urriola amplía la paleta señalando que los "beiges cálidos están reemplazando a los grises fríos". Este cambio implica una apuesta clara por la calidez, el confort y la sensación de hogar. Los blancos, lejos de perder relevancia, se consolidan como fondo neutro ideal: "otorgan luz, amplitud y una base neutra que armoniza con cualquier estilo". Además, en climas cálidos o espacios pequeños, continúa siendo la opción favorita.

El uso de acentos cromáticos profundos como el verde bosque o el azul marino se convierte en una forma de introducir profundidad y sofisticación sin romper la coherencia del espacio. En este sentido, el color deja de ser decorativo para convertirse en herramienta emocional.

Vuelta a los materiales nobles y honestos

El 2025 marca un regreso definitivo a los materiales nobles. No se trata simplemente de estética, sino de una búsqueda por lo auténtico, lo natural, lo que conecta con nuestros sentidos. En este contexto, la madera natural, la piedra, el barro cocido, el lino y los metales no tratados se transforman en protagonistas de un nuevo lujo: uno que es sobrio, sincero y emocional. "Se da prioridad a materiales como madera, mármol, arcilla y cerámica, con la menor intervención posible", explica Poggio. Esta apuesta se manifiesta en superficies texturizadas, acabados mate, vetas visibles y un uso consciente de la imperfección como elemento de belleza. La idea de que "menos es más" se traduce en una selección cuidada de materiales que hablen por sí solos.

Irina Urriola:
"Los clientes buscan materiales que no sólo sean estéticos, sino también saludables y sostenibles"

En palabras de Urriola, "los clientes buscan materiales que no sólo sean estéticos, sino también saludables y sostenibles". La pintura a la cal, por ejemplo, además de su acabado artesanal, permite que las paredes respiren. Los morteros de arcilla aportan textura, color natural y una sensación táctil que enriquece la experiencia espacial.

Aunque lo industrial sigue presente, especialmente en elementos estructurales o como contraste estético, la balanza se inclina hacia lo orgánico. Como resume Poggio, "la virtud está en encontrar el equilibrio entre lo natural y lo industrial".

Texturas que narran historias

El interiorismo contemporáneo ha elevado las texturas al rango de protagonistas. Ya no son simples detalles decorativos: ahora forman parte esencial de una narrativa espacial que busca activar los sentidos y crear atmósferas inmersivas. La estética cede paso a una experiencia multisensorial, donde la vista y el tacto dialogan de forma constante.

Las superficies planas dejan de ser la norma. En su lugar, emergen paredes que respiran movimiento: microcementos con estrías marcadas, estucos venecianos de acabado vibrante, morteros con huellas visibles y papeles pintados con relieves discretos que capturan la luz de manera singular. A ello se suman paneles tridimensionales y molduras arquitectónicas que convierten muros y techos en escenarios expresivos.

Una innovación destacada es el sistema XGlass de la firma italiana LAGO, mencionado por Desmond Poggio. Esta tecnología permite imprimir digitalmente sobre cristal, generando superficies con texturas visuales impactantes que combinan precisión tecnológica con una fuerte carga sensorial. El resultado: acabados únicos que despiertan la percepción sin añadir peso físico.

La riqueza está en el contraste. Maderas en bruto, linos arrugados, cerámicas sin esmaltar y barro cocido se mezclan con yeso liso, tejidos vaporosos o acabados satinados. Como explica Irina Urriola, "la combinación de texturas suaves y rugosas genera un confort visual que equilibra el espacio y enriquece su lectura táctil". En definitiva, se trata de diseñar espacios que no solo se miran, sino que se sienten.

Mobiliario: diseño funcional, sostenible y con identidad

En 2025, el mobiliario ha dejado de ser un simple conjunto de piezas funcionales para convertirse en una declaración de intenciones. Refleja un cambio profundo en la manera en que consumimos y habitamos: los usuarios son cada vez más informados, exigentes y conscientes. Ya no se conforman con lo estético; buscan una conjunción equilibrada entre diseño, funcionalidad, sostenibilidad y autenticidad.

La tendencia dominante es la del lujo silencioso o quiet luxury, donde las piezas no buscan impresionar a primera vista, sino transmitir calidad a través de la sutileza: maderas nobles, ensamblajes precisos, texturas cálidas y acabados cuidados que perduran en el tiempo. "El cliente de hoy no quiere renunciar a nada: busca diseño personalizado, funcionalidad, sostenibilidad y calidad", señala Desmond Poggio, reflejando esta nueva madurez del consumo. En respuesta, los sistemas modulares ganan terreno, permitiendo una adaptabilidad real a hogares en constante evolución.

Desmond Poggio:
"La virtud está en encontrar el equilibrio entre lo natural y lo industrial"

Irina Urriola, por su parte, pone el foco en el retorno de lo artesanal y lo natural. "Vemos un auge de muebles realizados con maderas recicladas, bambú, fibras vegetales y textiles orgánicos", explica. Esta elección no es solo estética, sino también ética y emocional: conecta con valores de respeto por el entorno, pero también con la necesidad de habitar espacios que reconforten.

La biofilia -el impulso innato de conectar con la naturaleza-, se incorpora de forma orgánica en el diseño. Estanterías con vegetación integrada, jardineras estructurales, formas curvas inspiradas en elementos naturales: todo contribuye a generar un entorno emocionalmente nutritivo. El resultado son espacios donde el mobiliario no impone, sino que acompaña y refleja la identidad de quienes lo habitan. Cada pieza cuenta una historia. Se valora lo único, lo hecho a medida, lo que no puede replicarse en masa. El diseño se vuelve emocional, subjetivo, profundamente humano.

Sostenibilidad: del discurso a la acción

La conciencia ecológica ya no es una moda. Es una demanda estructural. Tanto fabricantes como consumidores están tomando decisiones más alineadas con la sostenibilidad, aunque aún persisten tensiones entre deseo y presupuesto. "La sostenibilidad es un valor esencial, especialmente para las nuevas generaciones", afirma Poggio. La certificación FSC en maderas, materiales reciclables, producción de bajo impacto y diseño de larga durabilidad son hoy variables ineludibles en cualquier proyecto contemporáneo.

Sin embargo, Urriola introduce un matiz importante: "La sostenibilidad se prioriza si no compromete precio, estética o funcionalidad". Esto ha generado una sofisticación del concepto: hoy se vincula con la salud (pinturas sin tóxicos, materiales antibacterianos), el confort (mejor aislamiento) y la eficiencia (sistemas de climatización optimizados).

En definitiva, se impone una sostenibilidad pragmática. No se trata solo de "ser verde", sino de crear hogares más sanos, duraderos y eficientes.

Irina Urriola:
"La planificación y el acompañamiento profesional son clave, incluso en los cambios más pequeños"

Espacios postpandemia: flexibles y cálidos

La pandemia marcó un punto de inflexión en la manera de vivir los espacios. El hogar dejó de ser únicamente un refugio para transformarse en epicentro de la vida cotidiana: oficina improvisada, gimnasio casero, aula escolar, lugar de ocio y descanso. Esa multifuncionalidad no fue un fenómeno pasajero, sino un cambio estructural que sigue influyendo en el diseño contemporáneo.

Hoy, la demanda va más allá de lo estético: se prioriza el confort real, tangible, cotidiano. "Se buscan sofás de calidad, buena luz natural, espacios adaptables", afirma Desmond Poggio, subrayando un nuevo enfoque centrado en el bienestar integral. El mobiliario ya no se elige solo por su forma o color, sino por cómo se integra en dinámicas de vida más complejas y cambiantes.

En sintonía, Irina Urriola destaca la importancia de la versatilidad espacial. "Los ambientes deben transformarse según el momento del día o la actividad. Una zona de lectura puede convertirse en espacio de trabajo o en rincón de juego infantil", señala. La flexibilidad ya no es una ventaja, sino una condición esencial del habitar contemporáneo. El diseño interior, por tanto, se vuelve más estratégico: distribuciones híbridas, muebles móviles, particiones ligeras y soluciones inteligentes que permiten modificar el espacio sin renunciar al orden ni al confort.

Un dato revelador: la cocina, históricamente el corazón del hogar, hoy se defiende como uno de los últimos bastiones de privacidad. "El 61% de nuestros clientes prefiere cocinas cerradas o semicerradas por una cuestión de olores, ruidos y recogimiento", explica Urriola. A pesar del auge del concepto abierto, persiste la necesidad de reservar ciertos espacios a una intimidad más controlada. Es una muestra de cómo la funcionalidad y la tradición pueden convivir armónicamente en los nuevos modelos de vivienda.

Tecnología e inspiraciones globales: del diseño digita a la experiencia "phygital" o la estética Japandi

La tecnología ha dejado de ser una herramienta auxiliar para convertirse en un pilar del diseño interior. Desde el uso de IA hasta la implementación de entornos virtuales, la digitalización mejora tanto el proceso creativo como la experiencia del cliente. "La IA permite hacer el diseño digital más accesible", indica Poggio. Esto se traduce en visualizaciones en 3D, simulaciones de ambientes, renders instantáneos y presupuestos automatizados. Urriola amplía el concepto a una experiencia "phygital": "Usamos IA, LiDAR, blockchain y realidad virtual para integrar lo físico y lo digital en un mismo ecosistema de reforma".

Desmond Poggio:
"La virtud está en encontrar el equilibrio entre lo natural y lo industrial"

Esta transformación está democratizando el interiorismo, al hacerlo más comprensible, personalizable y eficiente para el usuario final. Por su parte, las influencias internacionales están más presentes que nunca en los hogares españoles. El diseño ya no responde a un estilo hegemónico, sino que toma elementos de distintas culturas para generar espacios únicos y coherentes. En Deslan Interior Design, el diseño italiano sigue marcando el paso. "El Salone del Mobile de Milán es el evento más influyente del sector", recuerda Poggio. A ello se suma la elegancia escandinava, que sigue siendo referente en sobriedad y funcionalidad.

En Aquí tu Reforma se apuesta por un enfoque más ecléctico: el Japandi (japonés-escandinavo) por su serenidad y materiales nobles; el Contemporáneo Mexicano por su identidad y calidez; el Mediterráneo minimalista por su luz y frescura; el estilo Modern Organic por su funcionalidad relajada, y el Tropical Urbani para hogares más expresivos.

Esta diversidad revela una conclusión clara: el estilo dominante es el que responde a la vida real de quienes habitan el espacio.

El poder de lo mínimo

Más allá de todo lo anterior, nuestros expertos coinciden en que no siempre es necesario un gran cambio para transformar un espacio. A veces, un solo gesto bien dirigido, un papel pintado con textura, una lámpara escultórica, una obra de arte local o unos textiles renovados; basta para alterar la atmósfera de un hogar. "Una pieza bien seleccionada puede transformar un ambiente", afirma Poggio. Urriola lo respalda: "La planificación y el acompañamiento profesional son clave, incluso en los cambios más pequeños".

Porque habitar con intención no requiere excesos, sino sensibilidad. En 2025, el diseño interior se teje desde lo cotidiano: elecciones conscientes, materiales honestos y espacios que nos reconectan con lo esencial. A veces, basta con mirar distinto, y cambiar lo justo, para empezar a vivir de otro modo.

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