Dos de cada cinco trabajadores han perdido nivel de bienestar como consecuencia de la crisis de la Covid-19, según un informe de BCG
Decir que la pandemia ha trastornado el panorama mundial del talento, el empleo y los recursos humanos es quedarse definitivamente corto. En los primeros días de la Covid-19, las empresas se apresuraron a determinar cómo mantener la seguridad de sus empleados, la forma de trabajar y los espacios en los que hacerlo. En muchos casos, además, los directivos y altos cargos tuvieron que decidir qué trabajadores eran esenciales en un entorno de restricciones generalizadas.
Por su parte, los empleados se esforzaron por equilibrar las responsabilidades del hogar y el trabajo, al tiempo que lidiaban con los efectos reales de una crisis sanitaria desgarradora. Sus efectos económicos han sido demoledores, y se traducen en la pérdida de aproximadamente 200 millones de empleos en el mundo, según resalta la consultora Boston Consulting Group (BCG) en su último informe “Executive Perspectives”, titulado “Invertir para ganar talento”.
En la actualidad, el mundo aún no ha vencido a la Covid-19, y los problemas de talento siguen siendo un reto considerable en todas partes. Tras cerca de 18 meses de pandemia, el mundo ha podido hacer un balance de las tendencias globales más amplias y ha adquirido cierta perspectiva sobre lo que se necesita para restablecer el statu quo en el entorno laboral. O, más bien, para mejorarlo. Según el estudio de BCG, los directivos y altos cargos deberían considerar una serie de implicaciones y lo que significan para sus organizaciones.
Pérdida de puestos de trabajo
Una tendencia crítica, como consecuencia de la pérdida de aproximadamente 200 millones de empleos y de las tensiones provocadas por la pandemia, es que la participación global de la fuerza laboral se ha reducido drásticamente. La incertidumbre del último año ha llevado a los trabajadores a reconsiderar su valor, y muchos han optado por quedarse al margen del mercado hasta que se generalice la subida de salarios o las mejores condiciones laborales.
En el caso de EEUU, por ejemplo, los profesionales que están en el ecuador de sus carreras profesionales son el motor de este descenso, ya que muchos han tenido que cuidar de sus hijos o padres. Sin embargo, los temores relacionados con la salud han hecho que algunos profesionales de edad avanzada se replanteen su futuro laboral.
Además, los estímulos gubernamentales y las ayudas públicas han desincentivado la participación de algunos trabajadores con salarios bajos en el mercado laboral, apunta BCG.
Insatisfacción de los empleados
Los empresarios se enfrentan a una dura realidad: sus empleados actuales, o los que podrían serlo, están insatisfechos. El 41% de los trabajadores, según destaca la consultora en su informe, declara haber perdido nivel de bienestar como consecuencia de la pandemia.
El resultado es que la demanda de mano de obra está superando a la oferta, y las empresas de todo el mundo tienen que encontrar nuevas formas de contratar nuevos talentos y retener a su personal actual. La retribución y la flexibilidad siguen siendo las principales preocupaciones de los empleados, que tienen como objetivo la recuperación del bienestar perdido en el último año.
La inclusión y la sostenibilidad, imanes del talento
Aumentar los salarios, ampliar los fondos de bonificación y ofrecer acuerdos flexibles son buenos punto de partida para muchas empresas que desean aumentar sus inversiones en personal, pero las empresas deben hacer algo más si quieren ganar la carrera por el talento. Según BCG, siete de cada diez profesionales afirman que la diversidad y la lucha contra el cambio climático se han convertido en factores relevantes en su búsqueda de empleo.
Así, cada vez más, los empleados buscan trabajar en organizaciones que compartan sus valores. La inclusión y las preocupaciones relacionadas con el clima son ahora factores críticos para la mayoría de los solicitantes de empleo. De hecho, más de la mitad descartaría trabajar para una organización que no se tome en serio la responsabilidad medioambiental y la diversidad, la igualdad y la inclusión (DEI, por sus siglas en inglés).
Programas reales, no solo palabras
Pero incluso las empresas que ofrecen programas de DEI deben volver a comprometerse a crear un entorno inclusivo y acogedor. Las que se limitan a hablar “de boquilla” o a marcar la casilla de este tipo de iniciativas en las encuestas, sin acciones reales, no conseguirán atraer y retener a las personas que necesitan para seguir siendo competitivas en los próximos años. Uno de cada tres trabajadores considera que las iniciativas DEI de sus compañías no son efectivos.
Ganar la guerra por el talento, apunta BCG, significa ampliar la propuesta de valor del empleado ofreciendo incentivos financieros, flexibilidad laboral, impacto social y una cultura sólida. Para seguir siendo competitivas, las empresas deben centrarse en lo que más importa a la reserva de talento actual. Independientemente de las circunstancias, ninguna empresa puede permitirse el lujo de perder esta inversión.