entrevista

Jaime Ortiz, director comercial y de marketing de Asisa, responde a Capital en un momento en el que la sanidad privada se ha convertido en un complemento de especial relevancia para muchas familias en tiempos de coronavirus. ¿Qué le parece la respuesta de España, como sociedad, a la pandemia del coronavirus? Todavía es pronto para hacer un análisis de la respuesta que han dado las diferentes sociedades a la pandemia. Nos enfrentamos a una crisis global, que afecta a todo el planeta y que ha puesto de manifiesto en todos los países debilidades, errores y, en muchos casos, falta de herramientas para dar una respuesta adecuada. Por lo tanto, esta crisis nos ha pillado a todos desprevenidos en muchos aspectos, como la falta de material de protección, las debilidades de los sistemas de análisis y gestión de datos o las dificultades de coordinación entre los diferentes niveles de las administraciones. A pesar de todas las dificultades, durante la pandemia los profesionales sanitarios han demostrado una vez más su profesionalidad, su capacidad para dar respuesta a la enfermedad y su compromiso para cuidar la salud de nuestra sociedad en un momento especialmente complicado. En su opinión, ¿qué aprendizaje podemos sacar de la crisis de la Covid-19? La pandemia ha demostrado que tenemos un sistema sanitario de gran calidad, pero que tiene algunas debilidades que debemos corregir. Entre ellas, la coordinación entre los diferentes niveles administrativos. Además, la crisis ha mostrado la necesidad de contar con una reserva nacional estratégica de material sanitario y con sistemas más ágiles y eficaces de gestión. Un tercer aprendizaje es la importancia de contar con un sistema sanitario que movilice con rapidez y eficacia todos los recursos disponibles, sean públicos o privados. ¿Detectan una mayor preocupación de los españoles por su salud? La pandemia ha incrementado…
La transformación de Cellnex Telecom desde su salida a Bolsa (6 de mayo 2015) es única en el mercado español. Fruto de una estrategia de diversificación y de crecimiento inorgánico -fundamentalmente, mediante adquisiciones- y de la apuesta por la innovación, ha pasado de ser una empresa con presencia en un único país (España) y con una única línea de servicio (radiodifusión) a estar presente en 10 mercados y convertirse en el operador de infraestructuras de telecomunicaciones líder en Europa. José Antonio Aranda, director de Innovación y Estrategia de Producto de la compañía, señala a Capital que el 5G será la espoleta que consolidará la transición de una compañía de “torres” de telecomunicaciones a una empresa proveedora de equipos y otros servicios. Siempre, eso sí, de la mano de los operadores móviles. ¿Qué papel juega la innovación en el crecimiento de Cellnex Telecom? La innovación es un pilar para Cellnex. De hecho, diría que es “el pilar”. Durante todos estos años hemos incorporado nuevas formas de entender la innovación, nuevos servicios y productos a nuestra oferta y nos hemos diversificado internacionalmente. Cellnex era una empresa centrada en servicios de radiodifusión en un único país. Ahora es una compañía que opera en 10 países y es el principal operador de infraestructuras de telecomunicaciones de Europa. Además, hemos incorporado poco a poco la denominada como innovación abierta. Empezamos a tener relación con startups, a compartir mucho más conocimiento y a participar en foros internacionales. Somos una referencia, esto nos permite establecer procesos como empresa referente en determinados consorcios. ¿Qué soluciones innovadoras marcarán el futuro de las infraestructuras de telecomunicaciones? Vemos varias tendencias. Creo que Cellnex puede pasar de tener un rol más pasivo, de proveedor de infraestructura, a otro más activo con el 5G, como proveedor, además, de equipos. Esta nueva tecnología de…
Los bancos ya no son como los de antes. Esta afirmación, con cierto tinte nostálgico, no es menor, puesto que el desarrollo tecnológico ha desembocado en la creación de nuevos agentes en el sector como son las Fintech bancarias. Es ahí donde ha desembarcado MyInvestor, un neobanco con pocas comisiones y muchos servicios que busca dar un golpe sobre el tablero establecido. Gabriela V. Orille, coCEO de MyInvestor, desvela a Capital los detalles de una entidad que defiende haber democratizado el sector. Si se mira con perspectiva, MyInvestor nació en 2017 y, en solo tres años, ha sumado una gran variedad de ofertas y servicios para sus clientes. ¿Cómo ha sido esta ajetreada evolución del banco? La idea surge alrededor de 2016. Veíamos cómo en países como Reino Unido o Estados Unidos tienen una mayor tradición en la inversión, ya que sus ciudadanos son mucho más proactivos en el uso de figuras como los “roboadvisors”. Por eso, pensamos en lo que podríamos lanzar desde Andbank en este nicho. Así, el 28 de septiembre de 2017 lanzamos My Investor como un roboadvisor, aunque luego nos llamamos neobanco para que la gente se familiarizase más. Y de ahí fuimos creciendo. Vimos una oportunidad en el mundo de las hipotecas, con la nueva Ley Hipotecaria, y esa figura comenzó a interesar a muchos españoles. No obstante, muchos de nuestros clientes nos preguntaban también por otros servicios como los fondos y, en base a sus sugerencias, introdujimos los fondos de gestión activa, y luego los de gestión pasiva, con los que conseguimos democratizar este sector. Antes te pedían una gran cantidad de dinero para invertir en grandes fondos, ahora puedes tener un Amundi desde 10 euros. Y entonces llegó la decisión de MyInvestor de gestionar también los fondos… Sí. Decidimos darle una vuelta y…
Comer. Sólo leer esta palabra a mucha gente le puede abrir el apetito. No obstante, esta acción tan primaria del ser humano también puede traer consigo determinadas acciones irresponsables que no tienen en cuenta, por ejemplo, la situación de inanición por la que millones de personas mueren anualmente en el planeta o la sucesión de una cadena que perjudica al medio ambiente. Hablamos del desperdicio alimentario, una realidad que cada año equivale a 1.600 toneladas de comida desperdiciada, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Unos datos que dan que pensar y ante la que han surgido recientemente iniciativas para lograr que esta cifra baje casi sin darnos cuenta. En este punto entra en juego Too Good To Go, un movimiento europeo surgido en Dinamarca en el año 2016 que, desde 2018, está presente en España con el objetivo de combatir esta situación. Pero, ¿realmente somos cada vez más conscientes de la necesidad de no desperdiciar comida? “Sí, sin duda, creo que nuestra app es una prueba de que es posible no desperdiciar y que las personas cada vez están utilizando este tipo de soluciones”, explica a Capital Madalena Rugeroni, directora general de Too Good To Go en España y Portugal, quien ha visto cómo en cuestión de tres años en nuestro país ya hay “más de dos millones de personas” que “salvan comida”. Porque de eso va Too Good To Go, de conectar con alguno de los 6.000 restaurantes, supermercados o tiendas de alimentación colaboradoras con esta aplicación y adquirir por un mínimo precio de entre tres y cinco euros parte del excedente –lo llaman packs– que tienen ese día. El objetivo: lograr que esa comida no termine en la basura. “Nuestra misión es trabajar con cualquier tipo de comercio que tenga…
La agenda verde está presente en los objetivos gubernamentales de todo el mundo y en el de muchas empresas que ven en la sostenibilidad una garantía a largo plazo. No obstante, ¿opina igual la población? Los datos de Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que busca cuidar el medioambiente a través del reciclaje y el ecodiseño de los envases en España, afirman que sí, que el 80% de los españoles reciclamos. Una cifra con la que luchan a diario desde esta organización y sobre la que Capital quiere saber más. Para ello, Nieves Rey Hernández, directora de Marketing y Comunicación de Ecoembes, nos desgrana cuáles son los retos más presentes de nuestro país en este concepto. Según los datos de Eurostat, España en 2016 estaba a la cola de Europa en cuanto a materia de reciclaje. ¿Hemos mejorado? ¿Somos los españoles personas conscientes de la necesidad de reciclar? La mayor parte, sí. En España llevamos reciclando 22 años y el acelerón que hemos demostrado todos en los últimos años ha sido espectacular. Comenzamos diciendo que había un contenedor en la calle y que había que reciclar, pero eso ya no hace falta. El 80% de los ciudadanos nos dice que recicla. Lo que nos queda ahora es seducir a ese otro 20% de los ciudadanos. Ese es nuestro gran reto: llegar a los más negacionistas y seducirles para que estén en el lado bueno. Como directora de Marketing y Comunicación, ¿cree que el boca a boca y la educación desde la escuela, la mejor campaña de MK por el reciclaje que se puede hacer? La educación ambiental no es una campaña, es algo que tenemos que hacer. En Ecoembes, desde siempre, hemos trabajado en los colegios porque sabemos que los niños eran la mejor excusa para llegar a sus…
El sabor de una gominola es inconfundible: su dulzor, su recuerdo a nostalgia e ingenuidad pueril… En definitiva, un cúmulo de sensaciones que vienen asociadas a momentos determinados de la vida de cada persona. No obstante, más curioso es descubrir –si cabe– que en la mayoría de las ocasiones todos esos instantes de felicidad infantil han estado asociados a una marca murciana cuyo origen reside en una fábrica de licores. ¿Posible? Real. ¿O acaso no le suena de nada Fini? Esta empresa nacida hace casi medio siglo en Molina de Segura es la encargada de distribuir golosinas actualmente a más de 100 países. Quién se lo iba a decir a Manuel Sánchez, su fundador, quien “montó una empresa de licores y a la vez se fijó en el sector de las golosinas” para finalmente decantarse por la producción de éstas. Así lo narra a Capital su hijo, Antonio Andrés Sánchez, el actual presidente de Fini, quien argumenta que este proyecto nació como “una pequeña fábrica de chicle artesanal” en cuyos inicios “no esperaba conseguir llegar hasta donde nos encontramos ahora mismo”. “Éramos muy pocos, pero como iba funcionando, fuimos aumentando poco a poco las líneas de producción y contratando trabajadores”, explica Sánchez, que vio cómo su padre fue desarrollando aquellos primeros chicles grageados y de carrete para el mercado nacional, pese a que ahora es él quien maneja un catálogo amplísimo de una multinacional con filiales en Estados Unidos, Brasil, Colombia, Italia, Chile, Reino Unido, Francia, Portugal y Perú. Y no sólo eso. Ahora también es él quien se dedica a innovar y a crear dichas golosinas. “Para hacerlas es necesario que pensemos como lo hacen los niños”, señala éste para apuntar que sus reuniones de creación son “realmente divertidas”. Y es que no es tan fácil como parece. “Los…
Por Marta Díaz de Santos. Las redes sociales y los influencers viven su época dorada y continúan siendo un fenómeno en expansión, como en su día lo fue Hollywood y sus grandes estrellas. Convertidos en el mejor escaparate de una marca, los influencers o creadores de contenido representan a toda una generación de millennials a los que han cautivado por su aroma de libertad. También son los prescriptores de una sociedad dirigida. Pasar por sus canales es un ritual y han creado su propio reality privado (un zoom en sus vidas que desafía el pudor). Pero, ¿qué es realmente lo que nos engancha de ellos? ¿Su cercanía? Si algo ha permitido la democratización de Internet es que la gente que sabe de algo, y además sabe comunicarlo, lo pueda hacer desde su casa con un móvil. Su pasión por contar historias los ha llevado a dominar la comunicación global y se mantienen en alza, siendo el mejor canal de creación de valor para las marcas y generando un enorme impacto en las decisiones de compra de los consumidores. No es de extrañar, por tanto, que las empresas se los “rifen” para prescribir sus marcas. Plataformas como Instagram, YouTube o Tiktok se han convertido en el reino de esta revolución absolutamente disruptiva... y María Pombo lleva su corona. Con casi dos millones de seguidores sólo en Instagram, María Pombo ya es una marca en sí misma gracias, en parte, a su agencia de representantes liderada por Daniela Rodríguez, una empresaria venezolana a quien la propia influencer recurrió hace unos años para que la acompañase en su camino al estrellato. Hablamos con ella y con los otros socios cofundadores de la agencia Soy Olivia, Javier García Gallo y Eduardo García Alier, para entender cómo funciona un negocio que arrancó hace tan sólo…
El Doctor Juan Abarca atiende a Capital en un momento en el que la pandemia de la Covid-19 busca su pico de contagios y fallecimientos en España. En los siete días anteriores a la entrevista, el coronavirus ha segado la vida de más de 700 personas, y, desde el inicio de la crisis, las cifras oficiales contabilizan alrededor de 55.000 fallecidos. El Instituto Nacional de Estadística (INE) indica, no obstante, que en 2020 España registró un exceso de mortalidad de casi 84.000 personas. ¿Cómo cree que está siendo la respuesta del sistema sanitario español a la pandemia? La respuesta del sistema sanitario es impecable. Creo que, con los recursos que tiene y la disponibilidad de personal, no ha podido responder mejor. la entrega y el compromiso de todos es incuestionable e intachable. Otra cosa es si englobamos dentro de nuestro sistema sanitario a las autoridades políticas, que han fallado en cuestiones como la supervisión o la coordinación. ¿Cómo se gestiona un volumen tan grande de infectados sin dejar de lado al resto de patologías y paciente? Si no tienes recursos para todo, es muy complicado. La tercera ola nos ha obligado a suspender cirugías que ya estaban programadas, las patologías que producen una disminución de la supervivencia de los pacientes son más urgentes. Tenemos que elegir, y nuestros recursos son más limitados. ¿En qué situación se encuentran los pacientes que demandan servicios sanitarios y no pueden recibirlos? ¿Son los grandes olvidados de la crisis de la Covid-19? No son los grandes olvidados, los sanitarios les recordamos desde el principio. Ya desde marzo sabíamos las consecuencias que esto iba a tener en el sistema sanitario, a través de estudios que reflejaban el impacto que previsiblemente podrían tener el resto de las patologías. Hay estudios que dicen que ha habido un 50…
La Administración de Joe Biden pretende dejar atrás el recuerdo de Donald Trump con medidas progresistas, también en el ámbito comercial. Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España desde el año 2002, recorre con Capital la historia de la relación entre ambos países en los últimos años y analiza el futuro de la misma. La crisis de la Covid-19 puso fin a una etapa de crecimiento económico importante en EE UU. ¿Qué podemos esperar de Biden en el terreno económico? Veremos una mayor carga impositiva, aunque no creo que se alcancen los niveles de presión fiscal que hubo con el Gobierno de Barack Obama. Además, podemos prever una mayor regulación en sectores como el bancario, por ejemplo. La economía estadounidense ha mostrado una gran fortaleza durante la pandemia, y esto podemos verlo en el comportamiento de las bolsas. Se ha visto afectada en algunos aspectos de su actividad, pero va a resurgir con mucha fuerza en cuanto la vacunación sea más generalizada. Los fundamentales siguen siendo muy fuertes, con una gran eficiencia y productividad en sectores clave. Antes de la Covid-19, EE UU estaba prácticamente en pleno empleo. El tejido empresarial, especialmente las pymes, va a quedar tocado, no se puede negar, pero asistiremos a algunos planes de gasto público que incentivarán al sector privado. A Trump se le calificó como proteccionista en el ámbito comercial y siempre se recordará su “guerra comercial” con China. En su opinión, ¿la estrategia comercial de EE UU en los últimos años ha sido acertada? Yo estoy a favor del libre comercio. La decisión que menos se ha entendido en Europa es la de los aranceles que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha permitido que EE UU imponga a Europa por las subvenciones de algunos países europeos…
Andar, caminar, pasear. Todos estos verbos tienen una acción común, pero ninguna de ellas podría realizarse con total comodidad de faltar una superficie que amortigüe la pisada. Por eso un zapato no solo es un acompañamiento, un complemento, es un elemento esencial para el perfecto cuidado del ser humano. Esto en Mascaró lo saben muy bien y sus 103 años de vida les avalan. Porque, además, comodidad no es incompatible con diseño y belleza. Su calzado es su gran virtud, su gran estandarte, y no es extraño mirar hacia abajo y observar entre los transeúntes modelos de esta conocida marca menorquina. Pero detrás de ella hay mucho trabajo, muchas personas fabricando artesanalmente cada pieza –la cual lleva entre sesenta y cien procesos–, y a la cabeza de todas Lina Mascaró, la presidenta de Grupo Mascaró, que este pasado 2020 fue nombrada Empresaria del Año por CaixaBank. Todo un reconocimiento a un esfuerzo diario que ya suma tres décadas de un camino empresarial del que no pudo escapar. “Tanto mis hermanas como yo empezamos a respirar muy temprano el negocio familiar”, reconoce a Capital Mascaró, quien explica a esta revista cómo “los representantes que venían de San Sebastián o Zaragoza una semana se quedaban en casa, con lo cual cenabas con ellos, desayunabas con ellos...” y así era imposible escaparse al aroma del sector del calzado. Aunque Lina Mascaró huyó, emprendió su camino, hasta que su padre “empezó a presionar para que volviera”. “Yo estudié ciencias empresariales y al incorporarme a la EF empecé en el departamento financiero y a ratos ayudaba a mi padre en el departamento comercial que él dirigía”, apunta ésta. Sin embargo, “poco a poco me di cuenta de que lo que a mí me gustaba era vender, estar con los clientes, el producto, asistir a ferias,…