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Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han dado este jueves su visto bueno al acuerdo alcanzado con Hungría y Polonia para que levanten su veto al presupuesto comunitario y el fondo de recuperación, desbloqueando así los 1,8 billones de euros en ayudas para los próximos años. "Acuerdo sobre el paquete presupuestario y el fondo de recuperación. Ahora podemos empezar a aplicarlo y a reconstruir nuestras economías", ha anunciado el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, en un mensaje que ha compartido en la red social Twitter pero en el que no ha dado más detalles.
Polonia y Hungría están cerca de alcanzar un acuerdo con el resto de socios del bloque para levantar su veto al presupuesto comunitario para los próximos siete años y el fondo de recuperación de 750.000 millones con el que los Veintisiete quieren relanzar la economía tras la pandemia de coronavirus. El viceprimer ministro polaco, Jaroslaw Gowin, ha dado por hecho en una rueda de prensa el pacto con Alemania (como presidencia de turno de la UE), pero fuentes europeas han precisado a Europa Press que todavía falta una "confirmación definitiva". En concreto, la solución a tres bandas debe ser validada por el resto de las capitales. Los embajadores de los Veintisiete ante la UE se reúnen esta tarde en la que podría ser la primera oportunidad de evaluar el acuerdo, antes del debate a nivel de jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre de este jueves y viernes. La UE había lanzado un ultimátum a Budapest y Varsovia pidiendo "señales claras" de su voluntad para encontrar una solución al bloqueo y tanto el húngaro Viktor Orbán como el polaco Mateusz Morawiecki han asegurado en las últimas horas que un pacto estaba al alcance de la mano. Si se confirma que Hungría y Polonia levantan su veto, la UE podría comenzar la ratificación de todo el paquete presupuestario, que asciende a 1,8 billones de euros si se suma el Marco Financiero Plurianual (MFP) para el periodo 2021-2027 y el plan anticrisis. Estos dos países han bloqueado la aprobación de ambos instrumentos por el nuevo mecanismo que condicionará el desembolso de fondos europeos al respeto del Estado de derecho, un sistema que consideran "arbitrario" y dirigido específicamente contra ellos. La solución que se baraja desde hace días en Bruselas pasa por mantener dicho régimen de condicionalidad en su forma actual…
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha pedido este jueves en el Parlamento Europeo que el fondo de recuperación comience a funcionar "sin dilación" porque es "extremadamente importante" para apoyar la economía europea. "El paquete Next Generation EU (el nombre que toma el plan anticrisis) debe estar operativo sin dilación, es extremadamente importante", ha expresado ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios de la Eurocámara la misma semana en que Hungría y Polonia han bloqueado su ratificación. La francesa ha destacado que estos recursos "adicionales" podrán facilitar políticas fiscales expansivas en aquellos países con un espacio presupuestario "limitado", por lo que es necesario hacer lo necesario para "permitir un desembolso bien escalonado y efectivo" de estas ayudas, ha recogido Europa Press. A su juicio, el fondo europeo de recuperación es un componente "vital" de la respuesta europea a la crisis, por lo que ha pedido una implementación "rápida" del mismo. "Ojalá esto ocurra pronto", ha dicho, sin mencionar directamente a Budapest y Varsovia. La presidenta del BCE ha señalado que, aunque los últimos anuncios sobre la efectividad de algunos candidatos a vacuna contra la Covid-19 han sido "alentadores", la segunda ola de la pandemia ha conducido a nuevas restricciones que se han sumado a la ya elevada incertidumbre y presentan un "desafío serio" para la eurozona y la economía global. En este contexto, ha recordado que el instituto emisor "recalibrará" sus instrumentos de política monetaria en la reunión de diciembre, pero también ha subrayado la importancia de la política fiscal para apoyar la economía. "Una posición fiscal ambiciosa y coordinada sigue siendo vital", ha señalado. Imprimir
El Gobierno de Hungría ha confirmado su amenaza y ha bloqueado este lunes la puesta en marcha del fondo de recuperación por la vinculación de sus fondos al respeto del Estado de derecho, un movimiento que retrasará aún más la llegada de estas ayudas a los socios europeos. En concreto, tal y como ha recogido Europa Press, el Gobierno de Viktor Orban ha impedido que los embajadores de los Veintisiete ante la UE diese un visto bueno preliminar a la Decisión de Recursos Propios, que debe ser aprobada por unanimidad entre las capitales "Los embajadores de la UE no han alcanzado la unanimidad necesaria debido a as reservas expresadas por dos Estados miembros", ha explicado en la red social Twitter un portavoz del Gobierno alemán, que ostenta este semestre la presidencia de turno de la UE, sin especificar cuáles. Este instrumento legal permite ampliar el presupuesto de la UE para los próximos siete años y también abre la puerta a que la Comisión Europea pueda emitir la deuda con la que financiar el plan anticrisis. Sin que sea aprobada por los Veintisiete no hay posibilidad de sacar adelante ni el presupuesto comunitario ni el fondo de recuperación. Sin embargo, minutos antes de la reunión, el portavoz del primer ministro húngaro Viktor Orban había avanzado la dirección del voto de su embajador. "No fue Hungría quien cambió su posición, que ha sido clara desde el principio. Orban recibió un mandato del parlamento húngaro sobre la dirección que debemos tomar", ha explicado. "La carga de la responsabilidad recae sobre aquellos que han dado pie a esta situación", ha añadid también en Twitter el portavoz húngaro Zoltan Kovacs.
Crédito y Caución señala el riesgo de una devaluación del forint que perjudique la capacidad de pago de hogares y empresas húngaras, muchos de cuyos préstamos están denominados en moneda extranjera. El último informe difundido por Crédito y Caución prevé que el crecimiento de Hungría se desacelere en 2019, en línea con la ralentización del consumo de los hogares y la inversión. La evolución del PIB se situará por debajo del 3% en un contexto de crecimiento de la inflación por encima del 3% en 2018 y 2019. Contener el déficit presupuestario al 3% del PIB es una prioridad para la Administración húngara para evitar las sanciones comunitarias. Sin embargo, el informe prevé que el déficit presupuestario crezca debido a la caída del impuesto de sociedades, las contribuciones a la seguridad social y el IVA. La deuda pública húngara, por encima del 70% del PIB, es una de las más altas de los mercados de Europa Central y del Este, cuyo nivel medio está en el 52%. Según Crédito y Caución la principal debilidad de Hungría reside en su elevado nivel de deuda externa, cercana al 85% del PIB al cierre de 2017. Una fuerte devaluación del forint perjudicaría la capacidad de pago de muchos hogares y empresas húngaros cuyos préstamos están denominados en moneda extranjera. Los superávits por cuenta corriente refuerzan el tipo de cambio, pero el forint sigue siendo altamente vulnerable al sentimiento de los inversores internacionales, influidos por los elevados niveles de deuda externa, deuda pública y el deterioro del marco institucional. Otros riesgos para la economía húngara provienen de la caída de la demanda de la zona euro o el enfriamiento del comercio mundial, que perjudicaría el crecimiento de sus exportaciones.