iglesia catolica

El segundo día del Cónclave amanecía con entusiasmo entre los presentes desde primera hora en la Plaza de San Pedro. Las votaciones de la mañana no permitieron el nombramiento del sucesor de Francisco. Ambas se resolvieron con fumata negra para resignación de los fieles desplazados a Roma. Los 133 cardenales, tras no sacar siquiera un claro favorito, aunque con más agilidad que la primera votación de la tarde del miércoles, se retiraron a almorzar a Santa Marta. A primera hora de la tarde, en torno a las 16:00h, los purpurados volvían a la Capilla Sixtina con los ojos de todo el mundo puestos sobre el micro-estado. Roma esperaba impaciente. Pietro Parolin, Tagle, O’Malley, Zuppi... entre los favoritos al puesto. Los 133 cardenales llegan a un consenso. Tenemos nuevo papa. 18:08h y la fumata blanca asoma por la chimenea de la Capilla Sixtina entre vítores, alegría y repique de campanas. Habemus papam.
En Roma, cuando un Papa muere o dimite, todo se detiene, incluso su tráfico. A partir de este miércoles, el Vaticano vive un paréntesis en el tiempo. Es una tradición blindada por siglos: el cónclave ha comenzado. Un total de 133 cardenales, venidos de 71 países, han entrado esta mañana en la Capilla Sixtina para encerrarse hasta elegir al nuevo pontífice. No hay favoritos evidentes, no hay fumata prevista, pero sí hay algo claro: el sucesor de Francisco será elegido en un contexto de división, expectativa y bastante más confusión de la que suele admitir públicamente la Iglesia. Sin móviles, sin asesores, sin prensa, comienza el ritual del encierro; una liturgia de papeletas, humo y oración. Dos votaciones por la mañana, dos por la tarde. A cada intento fallido, una fumata negra. Y cuando se alcance la mayoría de dos tercios (89 votos), el humo blanco anunciará al nuevo obispo de Roma. El primero podría llegar esta tarde, pero todo apunta a que, como siempre, será negro. La primera votación no suele ser más que una toma de contacto. Fotografía: Europa Press La lista de nombres que circulan en los pasillos vaticanos no invita a las apuestas seguras. Pietro Parolin, actual secretario de Estado, figura como el candidato con más apoyo inicial, pero también como el que menos entusiasmo genera. No se le atribuyen más de 40 votos en la primera ronda. Es un perfil diplomático, con buenos modales y pocas sorpresas, algo que gusta a muchos y desespera a otros. Tras él se mencionan a menudo los nombres del maltés Mario Grech, el filipino Pablo Virgilio David, el estadounidense Robert Prevost y el francés Jean-Marc Aveline. Todos, en cierto modo, comparten el mismo problema: tienen apoyo, pero no el suficiente. El cónclave de 2025, más…
Ante el fallecimiento del papa Francisco es inevitable que la Iglesia -y el mundo- empiece a cuestionarse qué pasará en los próximos días o meses, abriéndose de nuevo el debate sobre cómo se elige a un nuevo Pontífice: es mucho más que un simple acto administrativo; hablamos de un acontecimiento que une tradición, historia y fe en un proceso riguroso y simbólico. Cada voto y cada señal de humo cuentan una historia de compromiso y esperanza, reafirmando el papel central del Pontífice en la dirección espiritual de millones de creyentes. Así, el cónclave se erige como uno de los rituales más fascinantes y enigmáticos del mundo religioso, donde el silencio y la meditación dan paso a un renovado mensaje de fe y continuidad. Te contamos cómo funciona el protocolo. Tras la renuncia o el fallecimiento de un papa, el Colegio de Cardenales se reúne en el Vaticano para dar inicio al cónclave, un retiro de deliberación en completa privacidad. En este escenario, los cardenales se encierran en la Capilla Sixtina, aislados del mundo exterior, para debatir y votar de forma secreta en busca de un consenso. La ley canónica exige que se alcance una mayoría de dos tercios, lo que garantiza que el candidato seleccionado goce del amplio respaldo del Colegio. El cónclave se erige como uno de los rituales más fascinantes y enigmáticos del mundo religioso Uno de los momentos más simbólicos de este proceso es la quema de las papeletas. Al final de cada ronda de votaciones, los votos se depositan en una urna y, tras ser contados, se procede a quemarlos en una gran pira. La emisión del humo ha adquirido un significado profundo: el humo negro indica que aún no se ha alcanzado el consenso necesario, mientras que el humo blanco anuncia la elección de un…
El estado de salud del papa Francisco continúa siendo el centro de la atención mediática. El Pontífice fue diagnosticado de una neumonía bilateral, consecuencia de una bronquitis que motivó su ingreso hospitalario; un asunto que ha marcado un punto de inflexión en el seguimiento de su condición médica. La situación actual del máximo responsable de la Iglesia continúa generando inquietud, ya que cada minuto sin nuevas noticias incrementa la preocupación sobre su evolución y la posibilidad de complicaciones adicionales. Ante este panorama, la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha comunicado en un comunicado esta mañana que "la noche ha transcurrido bien", haciendo hincapié en que "el Papa durmió y está descansando". En la última analítica de sangre de la que informó el Vaticano este pasado domingo, se había apreciado una "insuficiencia renal leve" que en ese momento estaba "bajo control". Francisco también está siendo sometido a oxigenoterapia. No obstante, los especialistas advierten que, pese a estos momentos de aparente estabilidad, el papa no está fuera de peligro y recuerdan que se trata de un paciente frágil. Las últimas evaluaciones han evidenciado que, además de la neumonía, el Pontífice presenta signos de insuficiencia renal leve, lo que añade complejidad a su cuadro clínico. El seguimiento intensivo que se ha instaurado es una respuesta directa a la gravedad del estado del papa. Las autoridades vaticanas han adaptado su agenda, reduciendo algunas apariciones públicas y compromisos, con el objetivo de ofrecerle el descanso y la atención médica necesarios para prevenir complicaciones mayores. Los parámetros hemodinámicos, aunque se mantienen estables por el momento, se continúan vigilando de cerca en cada revisión. En definitiva, mientras el equipo médico continúa monitoreando cada detalle de su evolución, la comunidad global se mantiene en vilo, esperando que las medidas adoptadas permitan estabilizar la situación y asegurar que…
El vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Fernando Giménez Barriocanal, manifestó este lunes que “se están desaprovechando más de 600 millones de euros, los que se quedan en el limbo por los contribuyentes que no marcan en su declaración de la renta ni la casilla de la Iglesia católica ni la equis de ‘otros fines sociales”. Así lo subrayó en una entrevista en Servimedia donde recalcó que “es una pena, porque ese dinero es una buena forma de hacer el bien” y, “en su conjunto, es un dinero que está generando un enorme valor social”, dijo en referencia a los dos apartados. Por ello, hizo una llamada de atención a los contribuyentes, en especial a quienes estos días hacen la declaración del IRPF por primera vez “para que se acuerden” de marcar esas casillas. “Que sepan que van a pagar lo mismo, que no les van a devolver menos dinero por marcar la casilla y que o deciden ellos o ya decidirá el ministro de Hacienda qué hacer por ellos”, recordó al conjunto de contribuyentes. Giménez Barriocanal también se dirigió “a quienes no van a pisar en su vida una iglesia salvo el día en que vayan a enterrar a un familiar”, pues “les gustará que ese día la iglesia esté decente y que haya un servicio adecuado”. El responsable económico de los obispos españoles remarcó que “son dos asignaciones distintas, pero complementarias”, pues “marcando las dos se ayuda el doble” y es “la única partida” en la que los ciudadanos “podemos elegir el destino”. No obstante, lamentó que el porcentaje de declarantes que señalan esa opción ronde el 35%, situación para la que encuentra factores como la “voluntad” de no hacerlo de los propios ciudadanos, “la capacidad económica” de quienes no llegan al mínimo establecido…