sistema bancario

El Banco Central Europeo (BCE) ha manifestado que el sistema bancario europeo mantiene un perfil de riesgo sólido con fundamentos robustos, permitiéndole enfrentar el actual entorno geopolítico y macrofinanciero, caracterizado por una elevada incertidumbre. Sin embargo, la entidad advierte sobre la necesidad de que los bancos estén preparados para afrontar retos antes considerados remotos. Las tensiones geopolíticas, junto con los cambios en las políticas comerciales, las crisis climáticas y naturales, y las perturbaciones tecnológicas, acentúan las vulnerabilidades estructurales del sistema. Según el BCE, la probabilidad de eventos extremos de baja probabilidad, conocidos como riesgos de cola, es ahora más alta que nunca. En este contexto, se considera prioritario que las entidades bancarias sean resilientes frente a los riesgos geopolíticos y la incertidumbre macrofinanciera. Esto incluye mantener criterios sólidos de aprobación de préstamos y una adecuada capitalización, además de gestionar prudentemente los riesgos climáticos y naturales. La prueba de resistencia temática de 2026 evaluará escenarios de riesgo geopolítico específicos para cada entidad y su potencial impacto significativo en la solvencia de los bancos Adicionalmente, el BCE pretende asegurar una resiliencia operativa y capacidades de TIC sólidas para gestionar eficazmente los riesgos operacionales. Las reformas contemplan una supervisión más eficiente e integrada en toda la unión bancaria. En cuanto a los requisitos de capital, el BCE ha anunciado una leve rebaja, situándose en el 11,2% de capital de nivel 1 ordinario (CET1) para 2026. Esta es la primera reducción desde 2020, aunque se mantiene por debajo del 16,1% promedio registrado en el segundo trimestre de 2025. Del lado de los requisitos generales de capital, estos se ajustarán al 15,6% de los activos ponderados por riesgo (APR) para 2026, un descenso en comparación con el 15,7% de 2025. Además, se han impuesto recargos por exposiciones dudosas a diez entidades, una reducción respecto a…
La morosidad en el sistema bancario español volvió a alcanzar sus niveles mínimos desde 2008, repitiendo por segundo mes consecutivo esta tendencia histórica. Según los datos del Banco de España, la tasa de créditos dudosos en julio se mantuvo en un 2,92%, igualando la cifra de octubre de 2008. Comparando con julio de 2024, la tasa de morosidad experimentó un descenso de medio punto porcentual, pasando del 3,42% al actual 2,92%. El volumen de créditos dudosos también se vio reducido significativamente a 35.416 millones de euros, lo que supone una bajada de 875 millones de euros respecto a junio y una notable caída de 5.013 millones de euros en comparación con julio de 2024. Este reducido nivel de morosidad se produce en el contexto de una disminución del volumen total de créditos. En julio, el crédito concedido alcanzó los 1,210 billones de euros, lo que representa una caída de 9.041 millones de euros frente al mes anterior, aunque refleja un incremento de 28.099 millones de euros respecto al año anterior. El análisis por tipo de entidades desvela que, en el conjunto de entidades de depósito (bancos, cajas y cooperativas), la ratio de dudosos cerró en 2,83%, presentando una bajada de seis puntos básicos en comparación con el mes anterior y un descenso de 48 puntos básicos en relación al mismo periodo de 2024. Esto se traduce en una disminución de la cartera de créditos dudosos en 872 millones de euros, situándose en 32.831 millones de euros, unos 4.548 millones menos que en el año anterior. Por contra, los establecimientos financieros de crédito observaron un incremento en su tasa de mora hasta el 5,61%, lo que representa un aumento de 19 puntos básicos respecto a junio. A pesar de este aumento mensual, en términos interanuales, se ha producido una reducción de…
Pimec ha instado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a no autorizar la oferta pública de adquisición (OPA) del BBVA sobre Banco Sabadell. Según la patronal, esta operación representa una amenaza para el sistema bancario, el tejido productivo y el equilibrio territorial. A través de un comunicado, Pimec ha reiterado su preocupación, señalando que la concentración bancaria «puede tener graves impactos negativos sobre las pymes», tanto en Cataluña como en el resto del país. Además, ha advertido que una mayor concentración financiera podría reducir drásticamente la competencia y limitar el acceso equitativo al crédito. Esto sería especialmente perjudicial para aquellas empresas que suelen trabajar con diversas entidades financieras para diversificar sus riesgos. A juicio de Pimec, este escenario «solo beneficiaría a una minoría de empresas, dejando a la gran mayoría del tejido empresarial en situación de vulnerabilidad». Pimec ha señalado que la operación supondría «una pérdida de oferta de financiación» Por último, la patronal ha enfatizado que esta situación agravaría la exclusión financiera en zonas rurales y concentraría un exceso de poder económico en pocas manos, un resultado que podría ser devastador para el desarrollo empresarial y económico en el territorio.
“Ha llegado el momento de que los banqueros sean conscientes de su divorcio con la sociedad y se pregunten a qué van a renunciar”  “No eres lo que tú crees ser, eres lo que transmites”. Esa cita no deja de ser una definición de lo que llamamos reputación y ese, hoy en día, es el principal problema de la banca española.  Los bancos se han convertido en el enemigo público número uno para el Gobierno y para la mayoría de la población española.  ¿A qué es debida esa mala reputación? La actividad de cobrar por prestar dinero nunca ha sido muy popular, pero lo cierto es que un buen sistema financiero es clave para el crecimiento económico.  Entre la caricatura del banquero con un puro en la mano y la imagen de un sistema bancario que aporta la sangre del sistema económico hay un abismo. La misma distancia que existe entre los populismos políticos, que presentan a la banca como el gran enemigo del ciudadano, y los banqueros, que achacan su mala reputación a un ‘déficit’ de comunicación.  La realidad actual de la banca no se puede entender sin recordar lo que sucedió en la crisis de 2008. Un tsunami se llevó por delante gran parte del sistema bancario español y, para evitar su hundimiento total, el Estado otorgó ayudas públicas por valor de 54.353 millones de euros. Justo en ese momento empezó el divorcio entre la opinión pública y los banqueros.  Mientras que la opinión pública veía injusto que el Estado salvase a los bancos y no a los ciudadanos, los banqueros consideraron que se trataba de una medida para ayudar a la población. Si se hunden los bancos, los ciudadanos pierden sus ahorros, ese fue su razonamiento. Aquel fue el primer gran desencuentro.  Para salir de la crisis,…