sostenibles

“El uso de toda solución tecnológica implica riesgos de ciberseguridad inherentes a la misma”  En estos últimos años vemos cómo bajo el nombre de smart cities o ciudades inteligentes, y la puesta en marcha de soluciones tecnológicas aplicada a sus infraestructuras y su gestión, prometen poblaciones más sostenibles, conectadas, optimizadas y seguras.   Y a simple vista, las smart cities deberían ser más seguras que las ciudades actuales, gracias al uso de soluciones tecnológicas para prevenir, mitigar e impedir problemas relacionados con accidentes, delincuencia o ataques organizados.   Ahora bien, ¿cómo contribuye la tecnología a afrontar los retos de seguridad de las ciudades modernas? Básicamente, a través de la recogida y análisis de datos procedentes de cámaras y sensores. Recientemente, un estudio del McKinsey Global Institute señalaba que la gestión del big data procedente de cámaras, sensores y terminales podría reducir el crimen entre un 30 y un 40%, y el tiempo de respuesta a emergencias hasta un 35%.   Precisamente, en el caso de la seguridad ciudadana, el empleo de cámaras, sistemas de protección y de control de accesos proporciona a los cuerpos de seguridad información en tiempo real sobre altercados en espacios públicos y delitos cometidos en la calle, pero también sobre venta ambulante ilegal, plantaciones ocultas, obras realizadas sin autorización, vertidos ilegales, entre otras actividades ilegales o delictivas.  Hemos visto que la capacidad de recoger y gestionar información que ofrece la tecnología permite grandes avances en el camino hacia la construcción de ciudades más seguras. Pero no debemos perder de vista que el uso de toda solución tecnológica implica riesgos de ciberseguridad inherentes a la misma, lo cual nos lleva a preguntarnos qué riesgos específicos de seguridad tienen las smart cities que no sufran las ciudades tradicionales y si verdaderamente podemos lograr una ciudad seguridad al 100%.   Pero si el lector quiere profundizar más en los tipos de ciberataques…
Endesa prevé unas inversiones de 25.000 millones entre 2021 y 2030 para aprovechar las oportunidades derivadas tanto del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la 'hoja de ruta' del Gobierno para abordar la transición energética en la próxima década, así como de los fondos para la recuperación postCovid que llegarán de la Unión Europea, según la visión a 2030 para la compañía presentada como novedad dentro de la actualización de su plan estratégico 2021-2023. De este esfuerzo inversor de la energética, el 40% tendrán por destino aumentar el parque generador renovable, con la meta de alcanzar más de 18.000 megavatios (MW), con la incorporación de más de 10.000 MW adicionales a los operativos del grupo a cierre de 2020. Mientras, otro 40% irá destinado a la red de distribución, lo que elevará la base de activos regulados de redes desde los 11.600 millones de euros a los 13.000 millones de euros al final del periodo. Con este plan de inversión Endesa pretende que su porcentaje de producción libre de emisiones de CO2 alcance el 80% a final de la década. Así, la senda de descarbonización se acelerará respecto al plan anterior, que preveía que en 2030 se emitieran 140 gramos de dióxido de carbono por kilovatio/hora de electricidad producida. Un umbral que ahora se reduce a 95 gramos, un 80% menos respecto a 2017. Fin del carbón en 2027 La compañía dirigida por José Bogas prevé igualmente acelerar todavía más en el cierre del carbón, en línea con su matriz Enel, y habrá cesado completamente todas sus operaciones de generación con esta tecnología, dentro y fuera de la Península Ibérica, en 2027. Dentro su plan estratégico para el periodo 2021-2023, Endesa aumentará un 25% el volumen de sus inversiones para los próximos tres años, en relación al plan…
Madrid, 8 de octubre. Con el objetivo buscar soluciones sostenibles para la ciudad de Madrid, los días 27 y 28 de octubre tendrá lugar el evento online “Denkraum Madrid: ciudades habitables y sostenibles”, que organizan Impact Hub Madrid y BMW Foundation Herbert Quandt. Denkraum, que en alemán significa “espacio para pensar”, es una iniciativa de BMW Foundation Herber Quandt, nacida en 2016 para construir una visión positiva del futuro. Su objetivo es explorar cómo se abordan los desafíos económicos, sociales y ambientales en algunas ciudades europeas. Madrid es la tercera parada en este viaje, que previamente ha tenido lugar en Ámsterdam y en Atenas. La Fundación BMW Herber Quandt e Impact Hub Madrid llevan cinco años colaborando, y su alianza parte de la creencia compartida de que los líderes de todo el mundo pueden cooperar para impulsar un cambio positivo hacia la Agenda 2030 de Naciones Unidas. “Denkraum Madrid” analizará los desafíos relacionados con el ODS 11: Ciudades y Comunidades Sostenibles, focalizando el interés en aspectos concretos que atañen especialmente a Madrid. Para ello, se contará con expertos de diversos sectores como la movilidad, la tecnología, la arquitectura o la alimentación. Durante los dos días del evento, los participantes tendrán la posibilidad de reflexionar sobre las necesidades innovadoras que necesita la ciudad en clave de sostenibilidad y movilidad. La sesión inaugural contará con la participación de Diana Morato, directora digital en Totum Group y antes directora ejecutiva en CIRC, Deliveroo y Zipcar; y de José Francisco García, director de Desarrollo en IED Innovation Lab y profesor en el master de Gestión de Patrimonio y Paisaje Urbano de la universidad de Zaragoza. Mientras que Daniel Trurán, director general en ebbf y embajador BCorp, profesor en escuelas de negocio y cofundador de Impact Hub Madrid, moderará las sesiones de los equipos de trabajo…