Uso de la inteligencia artificial en la banca
El reciente informe titulado ‘IA: radiografía de una revolución en marcha’, elaborado por Minsait, una unidad de Indra, revela que el 80% de las entidades bancarias ya ha integrado la inteligencia artificial (IA) en sus procesos internos. Este estudio no solo examina el grado de adopción de esta tecnología en el sector bancario, sino que también abarca su aplicación en otras instituciones públicas y privadas.
El informe indica que un 56% de las entidades financieras están enfocando sus esfuerzos en casos de uso específicos, con especial atención a la mejora del procesamiento de transacciones, tales como la gestión de solicitudes y la lectura automática de documentos. Además, se destaca que una de cada tres organizaciones ha comenzado a implementar la IA en el área de gestión de riesgos y cumplimiento, enfocándose en la detección de alertas en procesos como la admisión, concesión y seguimiento de créditos, así como en la prevención del fraude y el blanqueo de capitales.
El director de Servicios Financieros y Seguros en Minsait, Juan Ignacio Fernández Pérez, subraya la importancia de la ciberseguridad en el uso de la inteligencia artificial. Según el informe, un 38% de las compañías del sector están utilizando esta tecnología para detectar amenazas de ciberseguridad y analizar patrones relacionados.
No solo se busca optimizar las operaciones internas sino también enriquecer significativamente la experiencia del cliente
Alrededor del 48% de las empresas encuestadas expresan que uno de sus principales motivadores para adoptar la inteligencia artificial es mejorar el conocimiento y la relación con el cliente final. De acuerdo con los autores del informe, el sector bancario se encamina hacia un futuro en el que la IA será aplicada en diversos eslabones de la cadena de valor, aumentando así la productividad y eficiencia.
Fernández Pérez añade que, en un contexto económico, político y social tan dinámico, es imperativo que las entidades bancarias realicen transformaciones profundas en sus procesos de negocio. Esto es fundamental para mantener la competitividad y adaptarse a las exigencias de los consumidores, así como para optimizar sus operaciones.