La Inteligencia Artificial (IA) es capaz de resolver ciertas tareas para las que el ser humano necesita más tiempo. La IA no puede igualar la creatividad que tiene una persona, ni las emociones que genera y provoca un ser humano. Pero las cualidades de la tecnología resuelven esas cuestiones que requieren menos capacidad cualitativa y más capacidad técnica.
Por eso, un informe de Oliver Wyman incide en que la IA plantea los mayores riesgos para aquellos sectores con menos valor añadido y productividad. España se encuentra en una posición delicada, según concluyen los últimos análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en tanto que la productividad del país se ha deteriorado.
Además, la economía española está asentada en varios de los sectores que más sufrirán el relevo de la IA. Concretamente, hablamos del comercio, donde pueden perderse hasta 158.000 empleos en los próximos diez años, según un informe de Randstad. Asimismo, las actividades administrativas y la hostelería serán los siguientes sectores donde más empleos puede sustituir la IA, con 147.000 y 112.000, respectivamente.
Sin embargo, existen otros sectores en los que se crearán empleos. Entre ellos, se sitúan la programación y consultoría, con 76.000 puestos más, además de otras actividades como las telecomunicaciones, los medios y las actividades profesionales, científicas y técnicas.
El saldo total es que podrían perderse 2 millones de puestos de trabajo, lo que equivale al 9,8% de los casi 21 millones de empleos que acumula la economía española en estas fechas. A nivel global, la automatización podría afectar hasta el 18% de los empleos, algo que sería positivo para el PIB, que aumentaría en un 7% como consecuencia de la implantación de la IA.
La percepción cambia para los trabajadores. Otro informe de Randstad, llamado 'IA y mercado de trabajo en España', refleja que el 57,9% de los empleados está preocupado por la posibilidad de que la IA le quite su puesto de trabajo. Concretamente, el 27,5% está muy preocupado, mientras el 30,4% está algo preocupado.
Más de la mitad de los trabajadores se muestran preocupados por el impacto de la IA en su empleo
Sin embargo, hay un porcentaje del 27% que afirma no tener ninguna preocupación al respecto, frente al 15% que desconoce el impacto que puede tener esta tecnología en su empleo. No obstante, hay que decir que el tiempo influye en las perspectivas de los trabajadores. A largo plazo, es decir, de aquí a diez años, el porcentaje de empleados preocupados asciende del 57,9% hasta el 59,3%.
"La IA penetrará poco a poco en las empresas e impactará en la forma de trabajar de muchos empleados", explica el director de Randstad Research, Valentín Bote. "Plantea el reto de formarlos en el uso de este tipo de herramientas", ha añadido.
Según la encuesta, el 17,3% de los empleados utilizan inteligencia artificial en sus día a día, mientras que más de la mitad de las respuestas se dividen entre aquellos que indican que sus empresas no emplean IA (27,5%) o los que no están seguros al respecto (24,8%).
En empresas que sí usan IA, alrededor de la mitad de los empleados han notado mejoras en la toma de decisiones (43,6%) y en la velocidad para tomarlas (52,9%). Además, un 39,5% afirma que la IA ha transformado significativamente su manera de trabajar.
En cuanto a los salarios, el 40% de los trabajadores no puede prever las implicaciones salariales a cinco años vista, aunque el 25% cree que su sueldo permanecerá estable. Atendiendo a este razonamiento, los estudios se han hecho teniendo en cuenta las circunstancias que ofrecen la economía y el empleo actuales, por lo que otras transformaciones a nivel económico o geopolítico pueden tener efectos sobre el empleo y la adopción de la Inteligencia Artificial, dicen en Randstad.