OpenAI, fundada en 2015, emplea en la actualidad a unas 1.700 personas, más del doble que los 770 empleados con los que contaba a finales de 2023, momento en que una disputa dentro de su consejo de administración llevó a la breve salida de Sam Altman, su consejero delegado, quien luego regresó a la compañía.
La organización tecnológica, creadora de ChatGPT, estaría considerando dejar de ser una compañía sin ánimo de lucro, lo que podría incluir concederle a Altman una participación del 7% en la empresa, según han señalado fuentes a 'Bloomberg'. Este cambio también implicaría que la 'startup' podría transformarse en una corporación de beneficio público, una estructura legal que equilibra la obtención de beneficios con un enfoque altruista.
A pesar de estas informaciones, las mismas fuentes han indicado que el cambio aún no se ha concretado ni cuenta con un calendario definido. Este posible giro en la estrategia empresarial coincide con la salida de figuras clave de la organización, como la jefa de tecnología, Mira Murati, quien anunció su partida este miércoles, destacando que se trataría de una "transición ordenada".
Sam Altman, el más beneficiado un año después de su vuelta a OpenAI
El CEO de la compañía detrás de ChatGPT, Sam Altman, volvió a OpenAI como consejero delegado a finales de 2023. La salida del directivo fue más que controversial. El comunicado decía lo siguiente: "La salida del Sr. Altman se produce tras un proceso de revisión deliberante por parte de la junta, que concluyó que no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta, lo que obstaculizó su capacidad para ejercer sus responsabilidades. La junta ya no confía en su capacidad para seguir liderando OpenAI".
Lo que no esperaba nadie es que tras ese mensaje por parte de la compañía tecnológica, Altman volviera a formar parte de la dirección y aún menos, que se hiciera con el 7% de las participaciones.