“Nuestro país puede ser un polo de atracción de inversión internacional en investigación biomédica”
Investigación y producción de medicamentos como oportunidad para España
Han pasado ya dos años desde que estallara la pandemia, una dura prueba para el conjunto de la sociedad. Nos toca ahora analizar como sector y como país lo sucedido y extraer el aprendizaje que nos ayude a afrontar en mejores condiciones futuros desafíos sanitarios.
Una lección de lo vivido es que, sin salud, no hay economía ni bienestar tal como lo entendemos en los países desarrollados. Hemos comprobado cómo una crisis sanitaria ha provocado una crisis económica y social casi sin precedentes. Esta evidencia nos lleva a otra reflexión: que los fondos destinados a la salud, a la investigación y a la prestación sanitaria son inversión, y no tanto un gasto, como tendemos a considerarlo.
Otra clave ha sido el protagonismo de España en esta crisis. En dos aspectos. Uno, la solidez del sector farmacéutico y su capacidad de cooperación con el resto de agentes sanitarios y con la Administración, fundamentales para que en los momentos más duros de la crisis no faltaran medicamentos. La respuesta de la industria a través de las 82 plantas de fabricación de medicamentos fue esencial.
Y otro, el que hayamos sido el primer país de Europa -cuarto del mundo- en número de ensayos clínicos de potenciales tratamientos contra la Covid-19. Esto ha sido fruto de un trabajo de años de colaboración entre las farmacéuticas, la Administración, el sistema sanitario y sus profesionales y los pacientes, que ha hecho de España una referencia internacional en ensayos clínicos de medicamentos. Nuestros hospitales participan en más de un tercio de los estudios de Europa, y, para muchas farmacéuticas, España es el segundo país del mundo en ensayos tras Estados Unidos.
Todo esto nos ofrece una gran oportunidad. Por un lado, España puede ser un polo de atracción de inversión internacional en investigación biomédica. No es sólo un deseo. El liderazgo en ensayos clínicos nos da una ventaja competitiva frente a otros países para crear un potente ecosistema de investigación biomédica en un momento clave, cuando caminamos hacia una medicina más precisa e individualizada. Y es importante subrayar que la investigación clínica, además de servir para dar con nuevos medicamentos, es esencial para reforzar nuestro sistema sanitario y la calidad de la prestación. Hoy no cabe un sistema sanitario moderno sin una robusta actividad investigadora.
También es una necesidad y una oportunidad apostar por la producción de medicamentos, en términos de inversión y de seguridad estratégica. La pandemia ha hecho plantearse a Europa si nuestra dependencia de países asiáticos en la producción de ciertos principios activos y medicamentos esenciales es excesiva. Tenemos que recuperar parte de esa producción para disponer de una protección estratégica mayor, reforzar nuestra capacidad de producción y generar inversión y empleo.
El medicamento ya suma el 5% del total de las exportaciones españolas, y que hablamos de un sector líder en inversión industrial en I+D (el 19% del total) y tractor de la economía, puesto que cada euro invertido en producción genera entre uno y dos en otros sectores, y cada empleo directo suma hasta cuatro indirectos e inducidos.
Hemos visto, en suma, la necesidad de apostar por la innovación y contar en nuestro país con un sector estratégico con la industria farmacéutica. En ambas líneas de investigación y producción y en materia de medicina de precisión y digitalización, Farmaindustria ha presentado iniciativas a la Administración. El Gobierno ha puesto en marcha el Proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte) de Salud de vanguardia y también ha anunciado la elaboración de un Plan Estratégico para la Industria Farmacéutica.
Son noticias que apuntan a la toma de conciencia por parte de la Administración de la condición estratégica del sector, pero urge la concreción desde el diálogo estrecho y la cooperación entre Administración e industria farmacéutica. Necesitamos definir un marco estratégico ambicioso a medio y largo que encuentre soluciones no solo a retos de hoy, sino que actúe de palanca para afrontar los desafíos del futuro.
Por Juan López-Belmonte, presidente de Farmaindustria