La crisis de Nagorno Karabaj puede afectar al suministro de gas proveniente de Azerbaiyán
La invasión del territorio en disputa de Nagorno Karabaj por parte de tropas azeríes ha vuelto a suscitar polémica en el panorama internacional. Aunque desde Europa se han condenado las acciones militares de Azerbaiyán, los gobiernos del Viejo Continente están haciendo la vista gorda para no perder un negocio millonario.
Europa mira para otro lado
La interrupción del suministro habitual de gas proveniente de Rusia debido a las sanciones ha provocado un cambio de paradigma. El tope al precio del petróleo y otras restricciones similares suenan muy convincentes sobre el papel, pero desde Bruselas saben que la dependencia energética de Europa del Este es demasiado grande.
Para solucionar la reducción del volumen de gas que hasta ahora llegaba de Rusia, Ursula von der Leyen viajó en julio de 2022 para reunirse con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, con el fin de llegar a un acuerdo para aumentar las importaciones de gas desde el país azerí.
Resulta que dos terceras partes de la superficie del país del Cáucaso posee yacimientos de petróleo y gas natural. De hecho, los azeríes producen 1,4 millones de barriles de petróleo al día. Desde 1994, los esfuerzos del gobierno local se han destinado a aumentar la producción tanto de petróleo como de gas, llegando a acuerdos importantes con compañías como BP, Exxon o Lukail. Tan importante es el sector de la energía para Bakú que los pozos petrolíferos han llegado a aparecer representados en los billetes de la moneda local, el manat.
Por esta razón es tan importante el acuerdo firmado el año pasado con Azerbaiyán. En total, gracias al pacto, Bakú entregaría un máximo de 12.000 millones de metros cúbicos de gas natural durante el 2022, lo que supondría un 31% más que las cantidades suministradas en 2021. En el trato también se firmó "duplicar en pocos años" el volumen de gas vendido por Azerbaiyán a Europa, con el fin de reducir la dependencia de Rusia.
Fuentes del mercado gasístico reiteran la importancia de Azerbaiyán en la actualidad.
"Azerbaiyán suministra actualmente en torno a 12 bcm de gas natural a Europa (EU27) a través del gasoducto TAP (Trans Adriatic Pipeline), lo que representa el 3,5% de la demanda de gas, un 4% de las importaciones totales y un 6% de las importaciones por gasoducto a la EU27", afirman los expertos.
Además, añaden que "el pacto de Europa (EU27) con Azerbaiyán daría lugar a un incremento de las importaciones de gas azerí que podrían alcanzar los 20 bcm a través de TAP (7% demanda gas EU27)".
Antes del inicio del conflicto "oficial" en Ucrania, Moscú era el principal suministrador de gas y petróleo de la Unión Europea. Los datos son apabullantes. En 2019, el 44,7% del total de las importaciones gasísticas de la Unión Europea provenían del país del Kremlin, según el informe de Eurostat. En cuanto a petróleo, los rusos suministraban el mismo año el 28% de toda la demanda comunitaria, siendo el país exportador por excelencia.
La guerra económica desatada desde febrero de 2022, ha borrado del mapa estas estadísticas. Europa ha buscado un aliado en el famoso Gas Natural Licuado (GNL), pero los altos precios de importación y transporte están dejando vacíos los bolsillos de Bruselas. Así las cosas, Estados Unidos se ha beneficiado enormemente de la situación, pasando a ser el principal socio exportador de GNL de la UE.
La solución del GNL debería ser temporal, por lo que es normal que Bruselas busque otras alternativas. Y parece haberlas encontrado en Azerbaiyán. Reducir al máximo la dependencia energética de Rusia es un objetivo que solo se puede cumplir mediante un cambio de táctica.
"El GNL es una vía fundamental para garantizar la seguridad de suministro en EU27 y reemplazar con gas procedente de otros orígenes la caída de importaciones de Rusia, así como el declino de la producción interna. En el medio plazo en la UE27 existen en construcción proyectos de GNL que sumarían 70 bcm más a la capacidad actual, que unidos a la nueva entrada de capacidad de licuefacción a nivel mundial (EEUU y Catar principalmente), seguirán posicionando al GNL como vector clave para la seguridad de suministro en Europa", aseguran las fuentes del mercado.
Lo cierto, es que desde 2022, la UE está logrando cambiar las tornas. Si bien los socios comunitarios han condenado solemnemente el ataque azerí tanto en público como en redes sociales, no hay indicios de que vayan a sancionar a Azerbaiyán. Sería como pegarse un tiro en el pie, ahora que las cosas empiezan a ir mejor en el tema energético.
Por ende, es imposible que Europa ponga la mira sobre Bakú como sí hizo con Rusia cuando el país eslavo invadió a sus vecinos. De momento, lo único destacable es que las negociaciones para aumentar el flujo de gas proveniente del Cáucaso han sido suspendidas. Se esperaba que el país azerí duplicara este 2023 sus cifras respecto al año pasado, enviando más de 20.000 millones de metros cúbicos de gas a la UE.
En declaraciones a los periodistas en una mesa redonda celebrada en Ankara, la capital turca, el 14 de septiembre, el Ministro de Energía turco, Alparslan Bayraktar, confirmó que su ministerio había dado instrucciones al operador del gasoducto TANAP, que transporta gas azerí a través de Turquía hasta Grecia, para que se preparara para ampliar el gasoducto a su capacidad total de 31 mil millones de metros cúbicos al año.
Propiedad de Azerbaiyán (58%), Turquía (30%) y BP (12%), TANAP es una de las secciones de tres gasoductos que componen el Corredor de Gas del Sur, corredor de gas respaldado por la UE y planificado en los años noventa, que finalmente empezó a suministrar hasta 10 mil millones de metros cúbicos al año de gas a Europa en 2020.
Un mal movimiento político de Bruselas podría tensar las ya de por sí complicadas relaciones con Turquía, haciendo que Azerbaiyán cambie de parecer. Así que por ahora, las democracias europeas "tendrán que conformarse" con mirar para otro lado y dejar pasar la limpieza étnica que se está llevando a cabo en Nagorno Karabaj.
El drama de Nagorno Karabaj
Mientras Europa se relame pensando en el pellizco millonario que supone el acuerdo con Bakú y afila sus espadas para continuar, animosa, el esfuerzo bélico para con Ucrania, los armenios de Nagorno Karabaj han sido abandonados a su suerte.
La autoproclamada República de Artsaj, en el territorio conocido como Nagorno Karabaj, lleva treinta años viviendo al límite de su propia existencia. De hecho, va a dejar de existir antes de que acabe el año. En un comunicado hecho público tras la invasión, el gobierno local anunciaba la disolución del disputado territorio para comienzos del próximo año. Además, han entregado las armas y disuelto las unidades paramilitares.
Las tensiones étnicas comenzaron con la primera Guerra de Karabaj en 1988, que se alargaría hasta 1994. La moribunda Unión Soviética se descomponía internamente dando alas a decenas de conflictos locales que han perdurado hasta la actualidad, como los de Georgia con Osetia del Sur y Abjasia, Azerbaiyán con Armenia o Chechenia con Rusia.
Hace un par de años, otra ofensiva azerí estuvo apunto de llevar a Armenia a un conflicto mayor. Ahora, la invasión del territorio del Alto Karabaj ha dejado en evidencia la inocencia y la debilidad del gobierno armenio, lo que le ha supuesto un inconmensurable aluvión de críticas en Ereván.
De igual forma, los rusos han abandonado la ayuda militar que prestaban en Armenia para evitar el conflicto entre ambas naciones. El Kremlin no da puntada sin hilo, pero dos son los motivos que han hecho a Moscú dejar de lado el problema de Armenia.
El primero y más evidente es la Guerra de Ucrania, que ya de por sí absorbe buena cantidad de los diezmados recursos estatales. El segundo y, probablemente el más desconocido, es la mala relación de Vladimir Putin con el primer ministro armenio, Nikol Pashinián. La política anti rusa que ha llevado a cabo el gobierno armenio en el último año ha hecho que Putin se plante y deje en el limbo a los armenios en el conflicto.
Ante la debilidad de Ereván, Azerbaiyán ha jugado sus cartas y, esta vez, le ha salido de maravilla. Si todo avanza como se espera, los azeríes podrán conectar el corredor que une Nagorno Karabaj con la provincia de Najicheván, enclave que está rodeado enteramente por territorio armenio.
El territorio de Najicheván, con 450.000 habitantes, está aislado del resto de Azerbaiyán, por lo que conectarlo con el país sería una gran victoria política, aunque implicaría más tensión con Turquía e Irán. De hecho, Irán ya ha amenazado a los azeríes con intervenir en el conflicto si la situación geográfica o política de los persas se ve alterada como consecuencia de los movimientos militares de Bakú.
La llegada de las tropas invasoras ha supuesto la desbandada de los antiguos ciudadanos de Karabaj. Stepanakert, la capital de este territorio, ha sido desalojada ante el avance sin oposición de los soldados de Bakú. Se calcula que más de 100.000 personas han escapado de la zona, especialmente hacia Armenia y Rusia, aunque hay ciudadanos que han decidido quedarse.
Las personas que allí permanecen están siendo víctimas de una limpieza étnica que ya ha sido denunciada por la ONU, aunque parece que nada va a hacerse al respecto. Los armenios de Karabaj llevan viviendo en este territorio desde el año 200 a.C, aunque el lugar ya ha sido testigo de innumerables tensiones raciales y conflictos internos.
Mientras, la Unión Europea se reunió la semana pasada en una cumbre en Granada, donde se esperaba que acudieran los representantes de ambos países, cosa que finalmente no ha sucedido. Ursula von der Leyen ha prometido enviar ayuda humanitaria a Nagorno Karabaj, pero de momento, lo único que le preocupa al bloque comunitario es el preciado gas azerí y el apoyo innegociable a Ucrania.
El reinicio de las hostilidades entre Israel y Palestina podría dejar aún más desamparada a Armenia. Europa se prepara para el invierno, al igual que el año pasado, aunque esta vez, parece haber hecho los deberes en términos energéticos.
"Europa se encuentra en una buena situación para afrontar el próximo invierno en condiciones de seguridad de suministro debido principalmente a dos factores: alto nivel de llenado de almacenamientos subterráneos (AASS), al 97%, y una capacidad de regasificación de 200 bcm, que representa el 15% del total mundial", afirman los expertos.