El portavoz económico de Sumar en el Congreso, Carlos Martín, ha manifestado su desacuerdo con los recientes programas de recompra de acciones que impulsan las entidades financieras, haciendo un llamado a la ciudadanía para que se manifieste ante el deterioro de los servicios que ofrecen los bancos. En particular, Martín critica el último plan del Banco Santander, que contempla una recompra de acciones por un total de 10.000 millones de euros, señalando que este tipo de decisiones ponen en evidencia un funcionamiento del sistema bancario que, en su opinión, actúa «en contra del interés general».
Críticas al sistema bancario español
A través de un hilo en la red social X, el diputado ha planteado que los bancos están generando beneficios millonarios al «poder crear dinero de la nada». Destacó que, entre 2023 y 2024, las entidades bancarias alcanzaron ganancias superiores a 16.000 millones de euros por mantener su capital en el Banco de España a través de facilidades de depósito, sin asumir riesgos.
Martín también subrayó la desventaja de que los bancos recompren sus acciones, lo cual podría llevar a una descapitalización de las instituciones, que ya se encuentran «a la cola de solvencia de la Eurozona». Criticó, además, el cierre de sucursales y la impersonalización del servicio al cliente, que resulta cada vez más “gerontofóbico”.
Las entidades financieras no remuneran adecuadamente el ahorro de los hogares y cobran altas comisiones
El portavoz denunció diversas prácticas de los bancos, como la reticencia a permitir que los clientes transfieran de hipotecas variables a fijas, la imposición de comisiones elevadas y la existencia de cláusulas abusivas en los contratos de crédito, lo que resulta en la ausencia de contratos regulados de referencia.
Comparación con una farmacia
Para ilustrar su argumento, Martín comparó la banca con una farmacia que opera bajo una concesión pública. Argumentó que si una farmacia actuara de forma similar a los bancos, no reinvertiría en sus servicios, lo que resultaría en un local sucio y desordenado, donde la atención personalizada sería reemplazada por aplicaciones móviles y centros de llamadas. Además, mencionó que la farmacia podría retirar medicamentos, priorizando productos de belleza por su mayor margen de ganancia, y no dispensaría medicamentos, a pesar de que los clientes tuvieran la receta y el dinero.
Si esto ocurriera, la gente se enfadaría y protestaría ante las autoridades públicas; con los bancos debemos hacer igual
Martín cerró su intervención recordando que, a pesar de que la crisis financiera reciente aún está fresca en la memoria colectiva, no se ha aprendido lo suficiente, y sostiene que «la solvencia bancaria no mejora» mientras que la calidad del servicio sigue en declive.
