Un reciente estudio desarrollado por Rubén Boga, investigador del departamento de Geografía de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), ha demostrado que las Indicaciones Geográficas, incluyendo las Denominaciones de Origen, son herramientas valiosas para mantener las rentas de los profesionales de la agricultura. El impacto positivo de estas herramientas es evidente en las regiones donde se aplican.
El trabajo titulado ‘Geografías críticas de los procesos de construcción y de gestión de las figuras de Indicación Geográficas para productos agroalimentarios’ examina 12 casos de productos de diferentes partes del mundo bajo el distintivo de denominación de origen. El estudio incluye ejemplos gallegos como los Pementos de Herbón y el Queixo do Cebreiro, así como productos de Francia, Eslovenia, Perú y Ecuador.
La investigación de Boga no se centró únicamente en los impactos tangibles en términos de desarrollo rural, sino que exploró las razones detrás del deseo de los trabajadores de acogerse a una indicación geográfica. Otro objetivo fue entender los factores y dinámicas que permiten a estas certificaciones cumplir eficazmente sus propósitos. Para ello, se llevaron a cabo 104 entrevistas a productores, responsables políticos y otras personas implicadas.
Las experiencias comunicadas por los trabajadores y otros actores revelaron la capacidad de las Indicaciones Geográficas para mantener ciertas producciones arraigadas en el territorio, proporcionando una ventaja de mercado a los productores registrados.
En Galicia, las entrevistas relacionadas con el Pemento de Herbón y el Queixo do Cebreiro resaltaron la importancia de estos productos bajo sus Indicaciones Geográficas. El estudio demuestra que esta medida no solo frenó el declive de dichas producciones, sino que también las sostuvo en el territorio, generando nuevas oportunidades económicas.
Por ejemplo, los productores de Pemento de Herbón procuraban poder distinguir los auténticos pimientos de Padrón respecto de los producidos en cualquier otro lugar
Gracias a estas certificaciones, los productores de Pemento de Herbón lograron su objetivo y, al hacerlo, confesaron que pudieron continuar viviendo de esta producción. Esta situación refleja la capacidad de una Indicación Geográfica para asegurar el futuro de los productos auténticos y preservar su patrimonio cultural y económico.
