Según estimaciones de Credit Suisse, Santander, BBVA y CaixaBank tendrían una carga fiscal agregada de hasta 930 millones al año
El impacto del nuevo impuesto temporal a la banca anunciado por el Gobierno de Pedro Sánchez podría suponer una carga fiscal agregada de hasta 930 millones de euros al año para los tres principales bancos nacionales: Santander, BBVA y CaixaBank, según ha indicado Credit Suisse en un informe que ha elaborado sobre la medida y recogido Europa Press.
Esta cifra supondría que la carga fiscal se elevaría hasta los 1.860 millones de euros para los dos años en los que está previsto que el impuesto esté en vigor, 2023 y 2024, según lo anunciado por Sánchez el pasado martes en el Debate sobre el estado de la Nación.
La firma ha elaborado dos escenarios, dependiendo de lo que fiscalice el impuesto. En el primer escenario, la carga fiscal sería proporcional a las cuotas de mercado en España de los bancos. Bajo este escenario, calcula que las potenciales cargas anuales serían de 400 millones de euros para CaixaBank (con un impacto de 6 céntimos en el precio de sus acciones); de 300 millones de euros para Santander (con un impacto de 2 céntimos en el valor de sus títulos); y de 230 millones de euros para BBVA, (con un impacto de 4 céntimos).
En el segundo escenario, Credit Suisse contempla que el tipo impositivo es del 10% del beneficio en el mercado doméstico antes de impuestos. Con este enfoque, las cargas anuales serían de 300 millones de euros para CaixaBank, de forma que el impacto en sus acciones sería de 4 céntimos; de 200 millones para Santander (con un impacto de 1 céntimo); y de 200 millones para BBVA (con un impacto de 4 céntimos).
La firma señala que el mercado podría haber reaccionado "de forma exagerada", ya que sus estimaciones iniciales sobre el impacto fiscal estarían por debajo de las pérdidas que los bancos sufrieron el día en el que se conoció el anuncio del impuesto. Sin embargo, resalta la "falta de visibilidad" sobre la tasa, al no conocer todavía los detalles de la medida.
No obstante, los analistas de Credit Suisse reconocen el "probable efecto adverso" que el nuevo impuesto tendrá sobre los beneficios de los bancos españoles, aunque recuerdan los "sólidos" niveles de capital de las entidades españoles, así como su buena calidad de activos. De esta forma, la firma reitera su preferencia por la banca española entre los competidores del sur de Europa en cuanto a calidad crediticia.
Además, destaca que, "en ausencia de un deterioro en la calidad de los activos", las provisiones que aún 'guardan' las entidades podrían revertirse, ofreciendo una "ventaja" para las estimaciones de ingresos netos.
Cabe recordar que el impuesto anunciado por el Gobierno a la banca estaría vigente durante 2023 y 2024. El Ejecutivo prevé que con esta medida se recauden en torno a 1.500 millones de euros cada año, es decir, 3.000 millones en total.