El 70% de las mujeres que se dedican a las ciencias se decanta por las ramas sanitarias y solo el 5% por matemáticas y estadística
Son muchas las mujeres que han pasado a la historia por sus logros científicos y que aún hoy son recordadas. Sin embargo, ¿por qué todavía ellas optan menos por trabajar en ciencia? La realidad es que son pocas las mujeres que dedican su vida laboral a la Ingeniería, Matemática o Tecnología y, en general, a las ciencias. Solo hay una rama científica en las que ellas marquen su posición: las Ciencias de la Salud.
Capital analiza con Almudena Albarrán, enfermera residente en el Hospital de Basurto en Bilbao y ex pediatra en el Hospital La Paz de Madrid; y Mar Hernández, fisioterapeuta e investigadora en la Universidad de Zaragoza, sobre las ciencias de cuidado, la situación de la mujer en ellas y las desigualdades y obstáculos a los que se han enfrentado.
Ciencias sanitarias: líderes en mujeres
El porcentaje de mujeres que escogen dedicar su vida a las carreras ámbitos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son, por desgracia, bastante inferior a los hombres. Según cifras de la UNESCO, aproximadamente el 30% de las mujeres eligen la vía científica en sus estudios de secundaria, pero solo un 5% de matemáticas y estadística respecto a los hombres. Dentro de ese escaso porcentaje del 30%, el 70% de ellas se decanta por el sector relacionado con la salud y el cuidado como son la medicina, enfermería o farmacia. En definitiva, las que tienen un mayor contacto directo con las personas y menos investigación y estadística.
¿Y por qué sucede esto? Almudena Albarrán, enfermera residente en el Hospital de Basurto en Bilbao y ex pediatra en el Hospital La Paz de Madrid, comenta que es un problema más interno de la sociedad. “A las mujeres se les ha educado de una manera en la que tienen que empatizar más con la gente y desarrollar sus habilidades sociales y, por ello, terminan por elegir carreras que tienen que ver más con el ser humano social. Siempre se ha impulsado que la mujer haga ese tipo de asuntos en vez de dedicarse a las matemáticas e ingenierías porque, al final, los hombres siempre han tenido más acceso a esa educación desde pequeños”, explica la enfermera.
“Todavía noto el estereotipo de que los médicos son hombres y las enfermeras mujeres, además de posicionar a la enfermera como una asistente del médico”
Almudena Albarrán, enfermera en el Hospital de Basurto en Bilbao
Las ramas científicas más sociales son las de la salud, por eso muchas mujeres que no han escogido Ciencias Sociales y han optado por ciencias puras, acaban eligiendo estos grados. Mar Hernández, fisioterapeuta e investigadora en la Universidad de Zaragoza, coincide con Barragán en que las Ciencias de la Salud son las ciencias que, principalmente, prefieren las mujeres.
“Las ramas que son relativas a las ciencias puras las ocupan primordialmente las personas de género masculino. Sin embargo, en Ciencias de la Salud podríamos decir casi lo contrario, sobre todo en la Enfermería”, expresa la fisioterapeuta. Los estudios de la salud, dentro de las ciencias, los igualan o superan en número mujeres, pero, aun así, en el trabajo siguen viviendo situaciones de inquietud al ser mujer.
Estereotipos laborales
“Todavía noto, por supuesto, el estereotipo de que los médicos son hombres y las mujeres enfermeras. Solamente hay que observar el porcentaje de ambas carreras. No es un estereotipo, es una realidad”, incide Albarrán. La enfermera narra cómo algún paciente cuando ven a una mujer entrando en la sala piensan que es una enfermera, como si no hubiese la posibilidad de que sea la médico.
De hecho, añade que, bajo su experiencia profesional, es muy curioso observar que a sus compañeros enfermeros hombres se les tiene más estima que a ellas cuando, en verdad, son siempre la mayoría. “Un paciente que tenga un enfermero muchas veces le da mucha más confianza, le tienen más respeto y no sé decirte por qué”, aclara Albarrán.
La enfermera recuerda que cuando ella estudiaba el grado, si eran alrededor de 100 alumnos literalmente 3 eran hombres, y trabajando ha coincido con tan solo 2. Es más, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) apuntan que la carrera de Enfermería está ocupada cerca de la totalidad por mujeres. En esta disciplina, el 84,2% de los profesionales son mujeres, un porcentaje que lleva ascendiendo desde 1978. En el año 2018, en España se graduaban cuatro mujeres por cada hombre en Enfermería y, aun así, Albarrán describe un sentimiento de mayor estima hacia el hombre
Hernández como fisioterapeuta ha vivido también experiencias similares, explicando que aunque en la carrera eran 50/50 en cuánto a estudiantes hombres y mujeres, sí que es cierto que, en el ámbito laboral, hay un cambio respecto a cómo ven determinados pacientes. “Si te toca un paciente hombre muy grande o con un mayor volumen de masa muscular, si ven que eres mujer, a veces te insinúan que no tienes la fuerza necesaria para tratarle y solicitan un hombre”, argumenta la fisioterapeuta.
La investigadora alude a una experiencia personal en la que el propio paciente se sorprendió y es que, al final, un fisioterapeuta se busca sus estrategias para apañárselas con cualquier paciente. Lo que sí aclara es la descompensación en directivos de investigación mujeres y en investigación en general.
Pocas investigadoras y directivas
De acuerdo con el estudio 'Científicas en Cifras 2021' difundido por el Ministerio de Ciencia e Innovación, el 41% del personal investigador le corresponden a las mujeres, registrando un claro aumento en los últimos años. No obstante, el propio informe indica que las mujeres no participan de forma plena e igualitaria en la toma de decisiones en el sistema de ciencia, solo el 23% de rectoras y directoras de institutos de investigación son de género femenino.
Así confirma Hernández como actual investigadora en Fisioterapia, que no suele ser una rama científica en la que se opte por la investigación. “Aquí sí que existe una brecha como tal en la que predominan más los hombres que las mujeres”, afirma la fisioterapeuta. En muchos de los artículos, explica Hernández, apenas hay mujeres, y los investigadores principales del grupo o la cabecilla de un equipo de investigación suelen ser mayoría hombres y sí que existe una diferencia.
“Te sientes menos valorada. Hace poco leí un artículo que publicaba las distinciones entre géneros en las etapas de investigación. Se observaba perfectamente como a nivel predoctoral son mitad y mitad más o menos, pero una vez acabas, los contratos predoctorales la predominancia es masculina; y conforme subes de rango en ser investigadores, la diferencia es muy notable”, relata la investigadora. Ese artículo relacionaba la brecha por motivos como la dedicación a la familia o que ellas no tienen tantos recursos para llegar a esos status.
“No considero justo que solo por ser mujer se dé más puntuación para conseguir presupuesto en investigación”
Mar Hernández, fisioterapeuta e investigadora
Estas diferencias las intentan paliar a base de becas, ayudas o un sistema de puntos que beneficia a los grupos liderados por mujeres. “Si el investigador principal es una mujer dan más puntuación, pero tampoco considero justo que solo por el hecho de ser mujer tengas más puntos a la hora de conseguir presupuesto. A veces tenemos menos voz, pero deberían importar los conocimientos y cómo se desenvuelve el equipo más que el hecho de tu género”, expresa Hernández. Albarrán, por su parte, comenta que nunca ha estado en su mente investigar hasta que ha iniciado la residencia en el País Vasco.
“Cuando realmente te dan las herramientas para investigar es en la residencia, además del tiempo para hacerlo y las oportunidades”, dice la enfermera, y aclara que la Enfermería es una carrera en la que es muy difícil la investigación porque siempre se ha enfocado a la parte asistencial y es bastante pionera y complicada. Y aquí también escasean las mujeres líderes. La Organización Médica Colegial (OMC) en el informe ‘Diagnóstico de género de la profesión’ da de resultado que, pese a que ellas son más del 50% de la plantilla médica, las mujeres ocupan solo el 20% de los puestos de responsabilidad. Por lo que la diferencia no solo es investigación, sino en conjunto en los grados científicos.
Por qué Ciencias de la Salud
Ambas expresan que su elección primordial de escoger sus carreras es ayudar y cuidar a los demás. Albarrán comenta que, aunque es un trabajo absolutamente precario y duro con mucha incertidumbre. Además, argumenta que la Enfermería se infravalora, no solo en cuánto a género, sino frente a la Medicina también. “Es la típica pregunta de ¿por qué has estudiado Enfermería, no te llegó para Medicina? Muchas veces se toma a la enfermera como si fuese una asistente del médico que solo pone inyecciones” incide la enfermera
“Poco a poco está cambiando, sobre todo gracias a la parte investigadora y científica, que es la que nos va a ayudar a que se nos considere como una disciplina totalmente independiente con sus conocimientos propios y se nos tenga más en cuenta”. Eso sí, recalca que existe un cambio generacional lo que es dentro de los científicos de la salud, solo los médicos más antiguos siguen con esa percepción de la enfermera como ayudante del médico. Y, pese a todo, la define como una profesión preciosa cuyo día a día es maravilloso y que recomendaría totalmente.
Hernández, por su lado, prefirió investigar porque se describe como muy curiosa y apasionada de realizar estadísticas, redactar y recopilar datos. Y, además, eligió Fisioterapia porque le gustaba la idea de resolver las dolencias de los demás, desde bien pequeña de hecho, cuando su abuela sufría problemas de hombro. “Me gusta cuidar a los demás desde una perspectiva de ayudarles con mi propio cuerpo sin emplear fármacos o métodos más ‘fríos’. Acabo el día con la sensación de querer ayudar todavía más”, concluye la fisioterapeuta