Capital habla con Ruth Lázaro, directora general de Taisi, una empresa dedicada a la fabricación de conservación de frutas de la España Vaciada desde la que ha plantado al machismo a golpe de identidad
Dirigir una empresa conlleva de una serie de aptitudes para sobreponerse ante las diferentes dificultades que se pueden suceder. No obstante, liderar siendo mujer, desde hace un cuarto de siglo y en un territorio como es la España Vaciada tal vez sea aún más complejo. Sin embargo, para Ruth Lázaro, directora general de Taisi, nunca ha sido un problema. Al contrario. Ha sido una escuela y un aprendizaje constante.
Esta compañía dedicada a la fabricación de conservas de frutas y radicada en Calatayud (Zaragoza) tiene a sus espaldas 85 años de vigencia, de los cuales medio siglo están asociados a la familia Lázaro. Un claro ejemplo de proyecto familiar al que su actual directora general no tenía pensado sumarse, pese a que finalmente una noticia cambió el rumbo de los acontecimientos para siempre.
“Tenía clarísimo que no me iba a dedicar a la empresa familiar. Estudié Trabajo Social y Sociología, pero luego mi padre tuvo un accidente y como soy la hija mayor y nadie se podía hacer cargo de esto tuve que quedarme”, comienza narrando Ruth Lázaro a Capital, que en ese momento descubrió que “este era mi lugar”. Tanto es así que ya lleva 25 años en él.
Este aterrizaje podría haber sido sencillo por el hecho de continuar el legado, no obstante, había un problema: ser mujer. Por eso Ruth Lázaro entiende que asentarse como directora tuvo “un doble sentido”. Uno radicaba en que “en la empresa siempre había existido la perspectiva de género porque tanto en la etapa de mi padre como en la de mi abuelo las grandes figuras en la empresa y en el equipo directivo eran mujeres”. El problema llegó al salir del área de confort.
"Mi padre ni viene ni se le espera"
“Cuando sales al mundo exterior es cuando notas de verdad las dificultades”, recuerda ésta, que expresa cómo “al ir al campo a comprar te dicen: ‘¿Y tu padre viene?’. Y tú les tienes que decir que ‘ni viene ni se le espera’”. Una serie de situaciones que se le han dado “cuando iba a reuniones con clientes industriales y sobre todo en una etapa más joven”.
Especialmente en “asociaciones sectoriales de alimentación y otras como Cepyme o en Cámara de Comercio en las que he participado desde hace muchos años. Por suerte con el paso de los años se van viendo más mujeres, pero en muchos casos yo he sido la primera en estar en una junta directiva y me decían que estaba por la cuota”, recuerda Lázaro, que revela que este tipo de comportamientos también le influyeron en su propio comportamiento.
“Muchas veces son limitaciones que nos ponemos nosotros mismos y pensamos que por ser mujer somos la extraña, pero mi estrategia fue decirme que debía sentirme fuerte porque si estaba ahí era por mis competencias y no por meter a una mujer en el grupo”, señala la directora general de Taisi, que alega que en la actualidad esta realidad la vive “con naturalidad”.
cuando vas a un mundo de hombres, no tienes que adoptar su papel o su forma de hacer
Y añade: “He aprendido que, con los años, cuando vas a un mundo de hombres, no tienes que adoptar su papel o su forma de hacer. Nosotras tenemos nuestra forma de pensar y no debemos imitarles o replicar el modelo masculino. Nuestra diversidad es nuestra riqueza, es lo que tenemos que aportar”.
Para esta empresaria, esto se aplica no solo al comportamiento humano sino también a la forma de gestionar y liderar equipos. “El liderazgo femenino aporta una mayor apertura a la participación, a la escucha activa, al trabajo en equipo. Nos preocupamos por las personas y no solo por el problema, y trabajamos con naturalidad y espontaneidad”. Esto, entiende, se debe a que “tenemos el cuidado de la empresa al igual que el cuidado de los hijos y ese sentido por la sostenibilidad en el largo plazo que incorporamos a la hora de tomar decisiones y de ejecutar con cautela”.
Precisamente la sostenibilidad es uno de los objetivos de la compañía dentro de su integración en los ODS y de la propia Agenda 2030, ya que alegan tener “muy claro que la sostenibilidad pasa por ser sostenibles económicamente y a partir de ahí colaborar con el mantenimiento del medio ambiente”. Aunque no es su única medida. También la innovación, por la que esta compañía ha sido premiada por su excelencia empresarial en 2020. Ruth Lázaro, también galardonada como Empresaria de Aragón por su trayectoria profesional, también cita el “plan de responsabilidad social” y la “certificación en conciliación familiar” de Taisi que se unen a de Igualdad vigente desde 2017 mediante el que buscan “generar equipos diversos y equilibrados basados en personas, no en géneros”.
Aquí es donde se le ha generado un gran problema, ya que, concluye: “No buscamos cuotas, pero me encuentro con problemas en el sentido de que se me feminiza demasiado la empresa, y no lo quiero tampoco, porque en los últimos perfiles que he visto hay una gran diferencia. Las mujeres vienen mucho más preparadas que los hombres”.