El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, trata con Capital cómo espera gestionar España la crisis derivada de la guerra en Ucrania, así como el problema de las pensiones y el incremento de la inflación, entre otros muchos aspectos
Cicatrices del destino. Cuando Dmitri Shostakóvich, en diciembre de 1960, daba vida a los primeros compases de su 13ª sinfonía, consagrada a inmortalizar la masacre de 200.000 judíos de Kiev por el Ejército rojo, nacía José Luis Escrivá. Sesenta y un años después, la casualidad con nombre de tragedia se sitúa de nuevo en Ucrania, y nuestro ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones la vive en Madrid, pero muy de cerca.
Desde que Putin ordenó un ataque a gran escala, el pasado 24 de febrero, el asedio y los bombardeos en distintas ciudades ucranianas por parte de las tropas rusas no han parado. Tampoco la huida de civiles de la invasión, títeres del horror y la inconsciencia, que ha generado la peor crisis de refugiados que se vive en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
El Ministerio que dirige Escrivá, a principios de esta semana, ya había concedido 50.000 autorizaciones de residencia y trabajo por protección temporal a desplazados por la invasión a Ucrania. En semanas de actividad ministerial frenética, el que fuera primer presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal desde marzo de 2014 hasta su nombramiento como ministro, atiende a Capital e inmerso en la gestión de acogida de los refugiados insiste en la complejidad de estimar el número exacto de llegadas: “Según los datos que manejábamos a finales de la semana pasada, entre las personas que ya habían recibido la protección temporal y los que ya tenían cita previa podríamos estar hablando de unos 90.000. A esa cifra habría que añadir a todas las personas que también han huido de la guerra, pero que han optado por quedarse con sus familiares y amigos y todavía no nos han contactado, aunque es imposible cuantificarlo por ahora”.
¿Por qué la crisis de refugiados ucranianos difiere de otras?
Partidario de que sea la Comisión Europea quien vaya organizando el traslado de estas personas a los diferentes países, José Luis Escrivá insiste en que “España siempre ha defendido que el reto migratorio debe abordarse a nivel europeo y estamos muy satisfechos de la unidad de criterio y de acción con la que todos los países de la Unión estamos afrontando este reto colectivo. La activación de la directiva de protección temporal supone un hito en la forma de abordar estas cuestiones. Y también la Comisión está teniendo un papel relevante en lo referente a la compleja situación que atraviesan países como Moldavia, especialmente tensionados con la llegada de desplazados ucranianos. Nadie mejor que España puede comprender la imperiosa necesidad de la solidaridad de los países vecinos ante retos de estas características. Nuestro deber aquí no es otro que ponernos a disposición de Europa para que países como Moldavia, que están dando una respuesta ejemplar con medios muy limitados, reciban toda nuestra solidaridad y apoyo”.
Dejando atrás el horror que sacude a su tierra, pero sin poder escapar de su historia más de lo que uno puede escapar de su sombra, los refugiados procedentes de Ucrania, en esta ocasión, no se enfrentan a ningún cupo de acogida. El responsable de la cartera de Migraciones insiste a Capital en ello: “Europa se ha comprometido, y así lo está haciendo, a proteger a todas las personas que huyen de las terribles consecuencias de la guerra de Putin. Europa está unida ante este reto y nuestra obligación es continuar dando una respuesta conjunta e irla adaptando en función de la evolución de las necesidades de la población desplazada. Y siempre en sintonía con la Comisión Europea. En el ámbito de nuestras competencias, se continuará dando acogida a cuantas personas precisen de la ayuda de España y estamos trabajando intensamente para responder a todos los que nos necesiten”.
Cuando las dificultades que atraviesan seres humanos de otros países, que perdieron la lotería de la vida, están adosadas a todos nosotros, nos preguntamos por qué la crisis de refugiados de Ucrania difiere de otras. Contundente, el ministro recalca que la diferencia está en varios aspectos: “Para empezar, en la respuesta que se ha dado a escala europea. La directiva Protección Temporal fue ideada tras la guerra de los Balcanes como una herramienta de la que los 27 podrán dotarse en caso de desplazamientos masivos cercanos a las puertas de Europa. Pero más allá de las diferencias, la población española ha sido siempre generosa y solidaria ante crisis humanitarias como esta. En este caso, en España hemos respondido con máxima agilidad a este reto y hemos ampliado el ámbito subjetivo de la directiva europea para proteger a todos los que han huido de la guerra y, además, hemos puesto en marcha un procedimiento simplificado que permite obtener los permisos de trabajo y residencia en 24 horas. Finalmente, hemos aplicado lo aprendido en la acogida de familias de Afganistán en verano, desplegando centros para facilitar la atención y acogida de los refugiados ucranianos. En el caso de Afganistán fue necesario uno y ahora hemos desplegado cuatro en las zonas en las que se prevén más llegadas y están funcionando con gran eficiencia para canalizar las necesidades de las personas desplazadas”.
“El impacto de la crisis será financiado por fondos europeos”
En tiempos en los que del fanatismo a la barbarie solo hay un paso, la sangre es el mayor coste de la guerra. Por eso, Escrivá insiste a Capital en que no podemos ver la acogida de refugiados como una carga para nuestra economía “porque la evidencia de otros contextos muestra con claridad que en el largo plazo no lo es. Y en el corto lo realmente relevante, en coyunturas de crisis como esta, es contar con el compromiso de un gobierno dispuesto a hacer cuantos esfuerzos sean necesarios para estar a la altura de las circunstancias. En este sentido, hace unos días hemos aprobado en Consejo de Ministros un crédito extraordinario de 1.200 millones de euros para atender las necesidades asociadas a la acogida de refugiados ucranianos a lo largo de 2022. Se trata de un esquema de financiación puente, dado que el impacto de la crisis será financiado por fondos europeos, a partir del Reglamento CARE (Cohesion´s Action for Refugees in Europe) y gracias a la flexibilización del uso de fondos REACT-EU para hacer frente a la emergencia de Ucrania”.
Sobre la factura que las consecuencias del conflicto supondrán también para nuestras empresas, el ministro afirma que “en un contexto de tanta incertidumbre como el que vivimos, es difícil hacer predicciones, pero sí podemos decir que la exposición de España en esta crisis es mucho menor que la de otros países europeos y, por tanto, sus efectos también serán menores”.
Récord de ingresos por cotizaciones sociales
No es menor el impacto que el conflicto bélico está teniendo sobre el IPC y cómo este, acercándose a los dos dígitos, afectará a la revalorización de las pensiones. El máximo responsable de la cartera de Seguridad Social se refiere a Capital sobre el poder adquisitivo de los nueve millones de pensionistas de nuestro país insistiendo en su sostenibilidad: “La subida del poder adquisitivo de las pensiones está garantizada por la ley que aprobamos y que está en vigor desde el 1 de enero de este año con el respaldo de los agentes sociales y, además, respondía a una de las recomendaciones del Pacto de Toledo que fueron apoyadas por todos los grupos políticos.
Las pensiones se actualizan según el mecanismo de garantía del poder adquisitivo que consiste en aplicar a las pensiones la subida de la inflación acumulada media del año anterior. Existe un abrumador consenso parlamentario y social en torno a este principio. Lo que tienen que saber los pensionistas es que el poder adquisitivo de sus pensiones está garantizado, sea cual sea la inflación gracias a la ley que se aprobó en diciembre.
"el poder adquisitivo de sus pensiones está garantizado, sea cual sea la inflación"
La sostenibilidad del sistema de pensiones se analiza teniendo en cuenta el comportamiento en varias décadas, no se puede sólo poner el foco en el comportamiento de un año con unas circunstancias muy excepcionales. Además, es muy importante que estamos registrando récord de ingresos por cotizaciones sociales gracias a la mejoría del empleo, un asunto que no se suele comentar tanto”.
Mientras Escrivá insiste en que la Seguridad Social recauda 11 puntos del PIB en cotizaciones, “lo que supone un incremento de 1,5 puntos respecto al 9,5% del PIB en el que estábamos hace cuatro o cinco años”, apunta también que no se prevé ninguna actualización, durante este año, para compensar la inflación: “Con el mecanismo aprobado en diciembre, no es necesario. El próximo año, las pensiones subirán teniendo en cuenta la inflación media de este ejercicio. Con ello siempre se garantiza el poder adquisitivo de las pensiones en todos los casos. Ese era el gran objetivo de la reforma y así ha quedado plasmado en la ley”.
En un tiempo gris en el que nuestro país y el resto de los de la UE se esfuerzan porque las leyes no se silencien para que dejen de soplar vientos de guerra, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones despide a Capital abrumado por los últimos acontecimientos en el Donbás. Antes, le preguntamos si cree que se reducirá la inmigración irregular, que el año pasado se saldó con una cifra de 39.000 marroquíes que cruzaron nuestras fronteras sin papeles. Y también si la nueva etapa que se ha abierto con Marruecos después de que el presidente, Pedro Sánchez, apoyara el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental podría complicar las relaciones de las empresas españolas que operan en Argelia. El ministro concluye solo apuntando que “todo acercamiento con un socio primordial, como lo es Marruecos, no puede sino afianzar nuestras relaciones a todos los niveles”.