Tener un seguro, hoy por hoy, ha dejado de ser un privilegio para los españoles, quienes, en un entorno tan cambiante como el actual, apuestan por un sector que ha tenido que adaptarse a los diferentes acontecimientos económicos, sociales, medioambientales y sanitarios de los últimos tiempos.
Con el objetivo de conocer hacia dónde avanza un sector que cada vez cuenta con una mayor relevancia en el panorama español, Capital habla con portavoces de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa); el socio responsable de Seguros de KPMG en España, Amalio Berbel; el presidente de la Asociación Española de Corredurías de Seguro y Reaseguro (Adecose), Martín Navaz; la responsable de Departamento Jurídico de la Asociación Empresarial de Mediadores de Seguros (Aemes), Lucía Relanzón, y la presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Madrid (CMSM), Elena Jiménez de Andrade.
La resiliencia del sector asegurador
La apuesta por el seguro no para de crecer. En palabras de los portavoces de Unespa, nos encontramos ante un claro cambio de tendencia en lo que al sector asegurador se refiere. En 2023, la facturación del seguro español registró un crecimiento de dos dígitos por primera vez en mucho tiempo.
Así, la facturación de las aseguradoras a cierre de 2023 fue de 76.463 millones de euros, lo que equivale a un incremento del 18% respecto al año anterior, según los datos de la consultora Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (ICEA) y la patronal Unespa.
Se trata, según fuentes oficiales de la patronal, del mayor incremento en más de dos décadas. Y esto no solo es un incremento reseñable, sino que, como afirma el presidente de la Asociación Española de Corredurías de Seguro y Reaseguro (Adecose), Martín Navaz, “es una muestra de la solidez de la industria, que responde a las necesidades de los particulares y las empresas de nuestro país”.
De este modo, se puede afirmar que el sector del seguro es un ejemplo de resiliencia para la comunidad empresarial e internacional, y esto se refleja positivamente en todos los comportamientos, incluidos los resultados. Así lo entiende la presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros de Madrid, Elena Jiménez de Andrade, quien espera que, para este año, el sector siga creciendo y adaptándose a los cambios y demandas del mercado.
Y aquí hay que diferenciar entre el mundo de vida y el de no vida. En sí, los dos grandes componentes de la actividad aseguradora tuvieron una evolución claramente positiva en 2023, aunque con intensidades diferentes.
Los seguros de no vida facturaron en torno a 43.000 millones de euros, un 6,8% más que un año antes. Desde Unespa explican que buena parte de estos seguros son protecciones de la actividad económica y, por tanto, están ligados a la misma, al tiempo que su marcha está estrechamente vinculada a la evolución de las rentas de las personas y es un reflejo del crecimiento económico nacional y de la inflación.
Amalio Berbel (KPMG): “Debe encontrarse la forma de que la digitalización y el uso de la inteligencia artificial reduzcan los costes operativos”
Como estima el socio responsable de Seguros de KPMG en España, Amalio Berbel, en el ramo de no vida, el incremento se debe principalmente al factor precio, ya que las entidades han empezado a trasladar a las primas el fuerte incremento de costes que ya empezaron a sufrir a finales del año anterior.
En concreto, el ramo de autos ha tenido una buena evolución, con un aumento de ingresos que duplican los obtenidos en el año anterior. También salud y multirriesgo han sido ramos que se han comportado muy bien, con crecimientos superiores al 6%, como apunta Martín Navaz (Adecose).
Elena Jiménez de Andrade (CMSM): “Esperamos un aumento de los riesgos, que puede venir acompañado de un aumento de los costes de cobertura”
Por su parte, el mayor impulsor del crecimiento este año ha sido el ramo de vida, con 33.500 millones de euros en primas y un crecimiento del 36,3% frente a 2022. Esta destacada evolución responde, por un lado, a la subida de los tipos de interés de 2023, que fue positiva para los seguros de vida ahorro, en la medida en que ha permitido recuperar una oferta de productos muy demandados por los ciudadanos, como son los productos garantizados a vencimiento.
“Con tipos de interés más altos, las entidades están en disposición de ofrecer a los clientes productos garantizados con rentabilidades más atractivas. Por otro lado, no debemos olvidar que la buena evolución de los mercados financieros también propició un incremento de la demanda de los seguros unit-linked”, apuntan desde la patronal.
Estos últimos, los seguros unit-linked, son, traducidos al español, los fondos de seguro diversificado. Es decir, son productos financieros que permiten canalizar un ahorro a futuro, teniendo a la vez un seguro de vida y un fondo de ahorro.
Esta evolución positiva generalizada confirma de nuevo la relevancia que tiene el seguro para el conjunto de la sociedad española: “El seguro aporta una protección cada vez más completa, ya que trabaja en ámbitos como la salud, la movilidad, la protección del patrimonio, la gestión del ahorro a largo plazo y la actividad empresarial. Además, está presente en el 96% de los hogares españoles y llega a todos los rincones a través de su red de distribución y su plataforma de prestación de servicios”, señalan los portavoces de Unespa.
¿Qué le espera al sector asegurador en este 2024?
Augurar unas cifras para el año que aún arranca es un trabajo complicado, incluso para los expertos. Sin embargo, todos los que aquí convergen parecen coincidir en que el ramo de no vida continuará incrementándose, aunque con un ligero deterioro, mientras que, en el caso de vida, ya no será posible mantener un incremento tan relevante, “lo que no quiere decir que el mercado se vaya a contraer”, puntualiza Amalio Berbel (KPMG).
Unespa: “El seguro está presente en el 96% de los hogares españoles”
A modo general, como expone Elena Jiménez de Andrade (CMSM), se espera que en el sector se mantengan las magnitudes del 2023, aunque quizás con menor vigor: “Esperamos un aumento de los riesgos, que puede venir acompañado de un aumento de los costes de cobertura. Depende y mucho de distintas cuestiones, la principal será la inflación”.
Algo en lo que también coincide Martín Navaz (Adecose), quien apunta a que lo que ocurra este año en el sector dependerá, en gran medida, de la evolución económica del país, con la mirada puesta, principalmente, en factores como la inflación y su impacto en el aumento de costes.
Y es que, habiendo cerrado 2023, con datos bastante positivos, cabe esperar un buen año en lo que al sector asegurador respecta. Como detallan los portavoces de Unespa, las cifras del pasado año demuestran el valor creciente que ciudadanos y empresas le otorgan al hecho de estar protegidos.
Teniendo esto en cuenta, ¿a qué retos se enfrenta el sector asegurador este año? En primer lugar y, como no podía ser de otra forma, hay que hablar de la digitalización. Como todos y cada uno de los sectores que conforman la economía mundial, el asegurador también debe y deberá adaptarse a la revolución tecnológica, que se ha convertido en una tarea permanente por su vertiginosidad.
Y es que, tal y como hace referencia el socio responsable de Seguros de KPMG en España, aunque suene a un tema muy manido, la digitalización y el uso de la inteligencia artificial (IA) siguen siendo de completa actualidad y son uno de los retos pendientes del sector, ya que debe encontrarse la forma de que estas herramientas reduzcan los costes operativos y permitan un servicio que supere las expectativas del cliente. Al hilo, apunta que es necesario que los nuevos entrantes digitales, como las bigtech o insurtech, sean unos aliados y no unos competidores.
Como dice Jiménez de Andrade (CMSM), la digitalización seguirá siendo una tendencia puntera en este 2024, con una mayor incorporación de tecnologías como el big data, la inteligencia artificial y el internet de las cosas (IoT) en la gestión de seguros.
Porque, como sostiene el presidente de Adecose, el rápido avance tecnológico está transformando la gestión de seguros y la relación entre mediadores y aseguradoras.
Realmente, los desafíos del sector asegurador son, al final del día, los mismo que tiene la sociedad española en sí. Por ejemplo, las fuentes de Unespa explican que uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector, así como los ciudadanos y la sociedad es el envejecimiento de la población, con lo que ello conlleva en materia de gasto sociosanitario y pensiones.
Martín Navaz (Adecose): “Los datos demuestran la solidez de una industria que responde a las necesidades de los particulares y las empresas de nuestro país”
Otra de las cuestiones que más está afectando son los eventos de carácter natural, que cada vez son más frecuentes y dañinos. De hecho, el 2023 fue el año con el mayor número de catástrofes naturales multimillonarias de la historia a nivel mundial, que provocaron destrozos por 380.000 millones de dólares (unos 353.000 millones de euros al cambio), un 22% más que la media del siglo XXI, al tiempo que fallecieron 95.000 personas, máximos desde 2010, según la consultora y corredora de seguros Aon.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las catástrofes naturales se recrudecen en 2023 y normalizan, año tras año, las amenazas del clima en España, uno de los países más vulnerables al cambio climático.
El 2023 ha sido el segundo año más caluroso de la serie histórica en España, solo por detrás del 2022. El calor extremo ha sido la tónica de este año, con cuatro olas de altas temperaturas y máximas por encima de los 40 grados en gran parte del país. Pero estos valores no son exclusivos de tierra firme, y es que el calor extremo se ha apoderado también de las aguas del mar.
En lo que a las precipitaciones se refiere, el año hidrológico ha dejado un 12% de lluvia por debajo de lo normal, lo que lo convierte de nuevo en un año seco y con una desigual distribución de lluvias.
Fruto de esta dispar situación, como recoge la Agencia Efe, España arrastra una sequía meteorológica severa de larga duración, que en el sur peninsular es la más larga de la serie desde, al menos, 1961.
De la ausencia de lluvias a las gotas frías o las DANA (depresiones aisladas en niveles altos), 2023 ha destacado por estas lluvias torrenciales. En concreto, los expertos alertan de que, en un escenario actual de cambio climático como el que afronta la cuenca del Mediterráneo, estos fenómenos se han incrementado en un 15% desde la década de los 50.
Y, en cuanto a los incendios, cabe destacar que los de sexta generación (aquellos capaces de alterar las condiciones meteorológicas), arrasaron más de 84.000 hectáreas en toda España hasta el pasado 1 de noviembre y dieron las primeras señales de una realidad preocupante: su desestacionalización, ya que no solo en verano se queman los bosques españoles.
En España, según los datos de Unespa, los efectos del cambio climático y sus consecuentes catástrofes naturales han elevado la factura de las aseguradoras hasta los 4.341 millones de euros entre 2017 y 2022. Sin embargo, un estudio elaborado por la Oficina Española de Cambio Climático apunta que, a pesar de que el sector asegurador no tendrá problemas importantes para hacer frente a los riesgos climáticos en los próximos 10 años, el número y la intensidad de estos fenómenos sí irá creciendo con el paso del tiempo.
Lucía Relanzón (Aemes): “Uno de nuestros objetivos fundamentales ha sido controlar el gasto económico de las empresas lo máximo posible y continuar desvinculando los salarios del IPC”
Todos los riesgos que se han mencionado hasta el momento se materializan en eso que en el seguro llaman ‘gap de aseguramiento’ o ‘déficit de protección’ y, como sostienen los portavoces de la patronal, el principal reto es el de cerrar esa brecha y lograr una sociedad adecuadamente preparada para los desafíos que tiene por delante.
Es por ello por lo que el objetivo del sector asegurador no es otro que el de concienciar a la ciudadanía sobre sus vulnerabilidades, ayudarle a identificarlas y protegerse. Así lo entienden las fuentes de Unespa: “Creemos importante insistir en el valor social que aporta el seguro. Porque, si de algo estamos seguros, es de que la existencia del seguro es positiva para el conjunto de la sociedad. Y nuestro mensaje es siempre ese, que el seguro aporta prosperidad a España. Por eso, es necesario fomentar su desarrollo y cerrar la brecha de protección que existe en la sociedad española”.
Otro desafío clave y al que deben enfrentarse de manera prioritaria, destaca Martín Navaz (Adecose), es la contratación y retención de talento. La alta demanda en el sector contrasta con una oferta limitada, ya que el envejecimiento y la jubilación del personal, “junto con la falta de atractivo del sector asegurador para los jóvenes talentos, contribuyen a una brecha de recursos humanos”.
Hablar de retos es hablar, indirectamente, de amenazas. Pero, ¿cuáles son las principales a las que se enfrentan las aseguradoras? En sí, el sector se enfrenta a una creciente complejidad de los riesgos. Así lo entiende Elena Jiménez de Andrade (CMSM), quien señala que los relacionados con la ciberdelincuencia evolucionan con las nuevas tecnologías de una forma vertiginosa. Sin embargo, en su opinión, la principal amenaza, a nivel global, se sitúa en la inflación.
Unespa: “Los efectos del cambio climático y sus consecuentes catástrofes naturales han elevado la factura de las aseguradoras hasta los 4.341 millones de euros entre 2017 y 2022”
Para el portavoz de Adecose, Martín Navaz, la entrada de nuevos competidores con modelos de negocio disruptivos puede amenazar la posición de las compañías y corredurías tradicionales, que tendrían que invertir en innovación tecnológica para no perder cuota de mercado. “A largo plazo, asistiremos a cambios en las preferencias del consumidor y riesgos financieros”, concluye.
Y, por último, la complejidad burocrática y administrativa que acarrean los “cambios constantes” en la regulación, tal y como continúa, y los requisitos del cumplimiento normativo, lo que, a su juicio, implica un esfuerzo adicional por parte de las corredurías para acatar las nuevas exigencias.
Al respecto, Elena Jiménez de Andrade, presidenta del CMSM, insiste en que, efectivamente, uno de los principales retos que tiene por delante el sector asegurador es la adaptación a los cambios normativos y legislativos. “Las nuevas normativas relacionadas con la protección de datos y la privacidad, así como las regulaciones en materia de ciberseguridad, suponen un desafío para las empresas del sector, que deben garantizar la confidencialidad y seguridad de la información de sus clientes”.
El nuevo convenio colectivo
La principal novedad en materia regulatoria es el nuevo convenio colectivo del sector. En noviembre de 2023 se publicó en el BOE el nuevo convenio colectivo del sector de la Mediación de Seguros Privados, que entró en vigor el 5 de enero de 2023. Dicho convenio ha sido firmado por Aemes y por las principales organizaciones sectoriales.
Martín Navaz (Adecose): “Las compañías y corredurías tradicionales tendrán que invertir en innovación tecnológica para no perder cuota de mercado”
Por ello, cabe destacar cuáles son las principales novedades del convenio colectivo que giran en torno al teletrabajo, a la jornada y las vacaciones, las retribuciones y el nuevo Plan de Aportación Definida.
En palabras de la responsable de Departamento Jurídico de la Asociación Empresarial de Mediadores de Seguros (Aemes), Lucía Relanzón, las novedades en cuanto al teletrabajo se centran en que se han adaptado a la Ley 10/2021, que regula el trabajo a distancia, principalmente. En lo que a la jornada y las vacaciones respecta, la jornada laboral máxima se reduce en 8 horas, pasando a ser de 1.720 horas, y esta reducción de 8 horas lo es a cuenta de un día más de vacaciones, por lo que, ahora, las vacaciones son de 25 días laborables.
Otro de los puntos clave de este nuevo convenio es el de las retribuciones. Como sostiene la portavoz de Aemes, “debido al momento económico y social en el que nos encontrábamos en el momento de la negociación, con el IPC por las nubes, el incremento en dos ocasiones del SMI y el desequilibrio económico existente como consecuencia de la Covid-19 y de la guerra de Ucrania, uno de los objetivos fundamentales de Aemes ha sido controlar el gasto económico de las empresas lo máximo posible y continuar desvinculando los salarios del IPC”.
Elena Jiménez de Andrade (CMSM): “Uno de los principales retos que tiene por delante el sector asegurador es la adaptación a los cambios normativos y legislativos”
Es por ello por lo que, tras las negociaciones, se acordó pactar un incremento de salarios del 4% para el año 2023, del 3% para el 2024 y 2025 y de un 2,75% para el año 2026.
Y, por último, el nuevo Plan de Aportación Definida, que puntualiza que el 31 de diciembre de 2025 las empresas deberán calcular cuántas mensualidades le corresponden a cada trabajador por el premio de jubilación.
Y, a partir de este momento, ya no se harán nuevas aportaciones al premio de jubilación, sino que, a partir del 1 de enero de 2026, las empresas pasarán a realizar sus aportaciones a un nuevo plan de aportación definida.