Siloé es una de las propuestas más originales de la escena musical española. Formado por el vocalista/cantautor Fito Robles, el guitarrista/productor Xavi Road y el batería Jaco Betanzos, este trío de Valladolid ha ido evolucionando y mezclando la canción de autor folk y el pop/rock con la electrónica más bailable.
Publicaron su primer álbum, ‘La Verdad’ (2016), cuando Fito volvió de su beca en el Berklee College of Music (Boston), al que le siguió en el 2018 ‘La Luz’, y, por último, en 2020, ‘Metrópolis’. Es aquí cuando la banda define por completo su identidad en directo, creando un show único que la ha llevado a consagrarse como uno de los mejores conjuntos en directo del país.
El álbum se reeditó en mayo de 2021 como ‘Metrópolis 2.0’, con colaboraciones de artistas invitados de la talla de Miss Caffeina, Belén Aguilera, Varry Brava, Dani Fernández y Delaporte, entre otros. En 2021, la banda británica Coldplay comparte en sus redes uno de los últimos temas de Siloé, recomendando a la banda vallisoletana, convirtiéndose en noticia viral a nivel nacional e internacional
En 2022, se une a la banda el batería Jaco Betanzos, completando la formación en trío. En 2023, la banda pasa a ser la imagen de su comunidad natal, Castilla y León, junto con su canción ‘Nada que se parezca a ti’, con una campaña a nivel nacional e internacional representando a su tierra.
La banda estrena ‘Santa Trinidad’, su álbum más ambicioso hasta la fecha (producido por Pablo Cebrián) con más de 25 conciertos con cartel de ‘todo vendido’ por toda la geografía española. Su gira continúa por festivales, salas y teatros, adaptándose a todo tipo de situaciones, ya que sus canciones funcionan tanto en la pista de baile/festivales como en los momentos más íntimos. Capital charla en este número con dos de sus miembros, Fito y Xavi, y con su manager, Óscar Herrador.
¿Cómo nace Siloé?
Fito Robles (F.R.): Nos conocimos en la Universidad de Valladolid. En ese momento, yo ya tenía una banda, incorporamos a Xavi como teclista y a Óscar, que vino la primera vez como ingeniero. Era una banda de adolescentes, de pasarlo bien, y nos tomábamos la música como puro divertimento.
Poco después, yo trabajaba en una serie de canciones en solitario, mientras estudiaba en la Universidad de Berklee. Empezamos a compartirlas y Óscar nos propuso la idea de dar forma a esas canciones y ese proyecto. Desde el principio fue algo muy ambicioso, musicalmente hablando. Óscar llamó a los mejores músicos de la escena y Siloé se conforma con el primer disco ‘La Verdad’, entre 2013 y 2014.
Ahora mismo, aun yéndonos muy bien, no tendríamos ni dinero, ni tiempo, ni libertad compositiva para grabar ese disco. El error que cometimos con ese primer álbum fue venderlo por pura necesidad del grupo. Cuando no eres nadie, necesitas que alguien te haga de altavoz y la discográfica que lo compró fue nuestro altavoz.
¿Por qué el nombre de Siloé?
Fito Robles (F.R.): El nombre es una alegoría a la parábola del ciego de Siloé, uno de los milagros que hace Jesús. El verdadero milagro para el ciego no es empezar a ver, sino tomar conciencia de la realidad, de quién tiene al lado, de cómo era el color de pelo de su madre, etc. Para nosotros no fue tanto por el hecho del milagro, lo bonito es que nuestro proyecto tomó realidad. Nos quitamos el lodo de los ojos y nos dimos cuenta de que teníamos unas canciones que eran la ‘caña’.
¿En qué se inspiran para componer las canciones?
F.R.: Para mí, lo más importante a la hora de componer son las cosas que me pasan. Yo, sinceramente, cuando escribo canciones soy muy malo inventando. Quiero decir con esto, que, si tuviera que escribir una novela sería malísimo sobre algo inventado, tendría que escribirla sobre algo documentado. Cuando nos pasan cosas, te enamoras, vas al cine… esas cosas nos inspiran.
Por otra parte, la intuición en un músico es fundamental. Yo, que soy quien escribe las letras, huyo del papel en blanco, me gusta activar el subconsciente. Los artistas lo que poseemos es el lenguaje para poder contar las cosas que a todos nos pasan a través de una canción, como un pintor lo hace en un lienzo.
¿Cómo ven el panorama musical en España?
Óscar Herrador (O.H.): Veo un momento de la música excepcional. Hace 30 años, la música era algo muy cerrado. Ahora, cualquiera puede coger su guitarra, grabar un tema y colgarlo en Spotify. Creo que es el mejor momento de la historia de la música en directo. Nosotros tenemos la suerte de estar ahí, como grupo y como empresa, y queremos aprovecharlo. Este verano vamos a hacer 43 festivales, creo que somos el grupo con más actuaciones en España. Es un reto muy importante para nosotros.
F.R.: Es tan bueno el momento, que, dentro de la industria cultural en España, que engloba arte, cine, etc., la industria musical es la que más genera. Es la rama cultural número uno, porque está muy ligada al beneficio que se obtiene de la música en directo. Es una manera increíble de movilizar al público, muy unida a las campañas de turismo de los pueblos y de las ciudades. Cada una tiene ya su pequeño festival y es una manera maravillosa de expandir la cultura.
"La música no tiene un término medio, pasas de nada a todo o desapareces”
X.R.: Creo que después de la pandemia la gente quiere vivir experiencias de verdad. Las cifras de recaudación de la mayoría de las giras son increíbles. Son récords mundiales de la historia de la música. Te pongo el ejemplo de Taylor Swift. En uno de sus conciertos en Nueva York hubo hasta ‘microterremotos’ de la cantidad de gente que saltaba. Está medido, es increíble.
Como decís, la música genera riqueza, ¿los artistas recibís ayudas y subvenciones en proporción?
F.R.: En nuestro caso, no. Es importante resaltar que del beneficio neto que se produce en un evento musical, el artista ve una cantidad insignificante en relación con el impacto que genera. Date cuenta de que la persona que asiste a un festival, además de comprar el abono, duerme en un hotel, come en un restaurante, se desplaza, etc. Y todo eso se computa como beneficio neto que genera la industria cultural mediante el directo, pero de ahí el artista ve una cantidad ínfima.
En Francia, por ejemplo, es increíble como ayudan a los músicos en los periodos en los que no tienen música en directo, el único input real que tiene un músico como beneficio. Una banda vive de tocar, lo que se recibe de las distribuidoras, de la venta de discos, etc. es anecdótico.
O.H.: La música es un milagro, tener un grupo es un acto de fe. Es verdad, que cuando lo consigues, no tiene precio. Lo haces por amor, nosotros incluso lo haríamos gratis, pero que no se entere nadie… Ahora que nos va bien y vendemos entradas, podemos vivir de ello. Pero hemos tenido que estar dados de alta de autónomos, teniendo un concierto al mes, en el que te pagan 1.000 euros. ¡Imagínate!
X.R.: La música no tiene un término medio. Pasas de nada a todo o desapareces.
Nuevos proyectos, retos...
F.R.: Tenemos muchísimos proyectos, y, sobre todo, muchísimos sueños que queremos cumplir. Queremos seguir creciendo y nos encantaría abrir oficina en Madrid, poder dedicarnos más tiempo a la música con más músicos, poder grabar en el extranjero en Nashville, Nueva York, ser una banda de referencia en Latinoamérica… Son metas altas.
X.R.: Hay que tener en cuenta la parte empresarial. La música es la raíz. Pones una semilla que es muy buena y hay que cuidarla. Tiene que haber un equilibrio entre lo artístico y lo empresarial. Cuántos artistas españoles que conocemos han desaparecido porque no han podido seguir económicamente… Uno de nuestros retos más importantes es que nuestra empresa haga crecer a la parte artística y es una parte que entiendo que a nadie le gusta hacer, pero es la diferencia para lograr el éxito.
F.R.: Por otra parte, estamos llevando a cabo algunas colaboraciones con marcas. Es el caso de Repsol, que nos ha elegido en exclusiva para ser embajadores de sus gafas de sol. Es un proyecto que hemos vivido con muchísima ilusión y mucho cariño. Nos ayuda de forma orgánica a hacer algo que ya desempeñamos, a llegar a sitios a los que no llegamos.
X. R.: Las marcas se han dado cuenta de que el factor humano es el mejor camino para llegar a las personas, y qué más humano que un artista. Nos motiva mucho encontrar esas sinergias artísticas. Nuestra canción ‘Qué merezca la pena’, que es la que usamos en el spot de Repsol, habla de un viaje. Nuestra casa es la carretera, por tanto, tiene mucho sentido esta colaboración.
Durante el 2023 han sido imagen de la Comunidad de Castillo y León. ¿Qué ha supuesto este proyecto?
X.R.: Es un proyecto que surge durante la pandemia. No podíamos salir a tocar y decidimos regalar una canción para nuestra tierra, que se llama ‘Nada que se parezca a ti’. En ese momento, no ocurrió nada, nadie nos hizo caso. Dos años más tarde, alguien la escuchó y pensó que era un claim muy bueno. La canción encajó, salió y hemos renovado este año otra vez. Estamos super contentos de poder representar a nuestra tierra.
"Del beneficio neto que produce un evento musical, el artista ve una cantidad insignificante en relación con el impacto que genera”
O.H.: Empresarialmente hablando es un ejemplo de ‘seguirla y conseguirla’. Tuvimos que adelantar el dinero para hacer todo, lo queríamos hacer con nuestra visión y con gente que de verdad captara la esencia del grupo.
F.R.: El vídeo ha sido un éxito total. Contamos una historia que es real, la historia de SIloé, con el escenario de pueblos y ciudades de nuestra Comunidad, gastronomía, etc.
El camino del emprendimiento es arduo y lleno de obstáculos, ¿qué han aprendido de los baches y de los malos momentos?
F.R.: Seguimos aprendiendo. Lo primero es que no por correr más rápido vamos a llegar antes a cumplir un objetivo. Y eso es así. Ha habido momentos en nuestra carrera en los que hemos querido correr mucho y así es imposible que te escuches, ni que escuches a tu compañero, no te das cuenta de las decisiones que tomas. Las cosas han empezado a ir bien cuando la banda se ha calmado, cuando no ha establecido unos deadline matadores y ha empezado a hacer las cosas despacio.
O. H. : Mi auténtico aprendizaje ha sido la unión entre nosotros tres. Hemos tenido conversaciones muy duras, peleas durísimas, pero llegó un momento que, tras varias reuniones, nos fuimos de acampada y hablamos de querernos, de respetarnos, de llevarnos bien, de ir todos a una… Y creo que eso es impagable. Ahora veo un equipo de personas con una energía brutal que no hay quien lo pare.
"Una banda vive de tocar en directo, lo que recibe de las distribuidoras o de la venta de discos es anecdótico”
F.R.: Estoy totalmente de acuerdo con Óscar. Tengo muchos amigos emprendedores que, cuando han tenido éxito, han querido montar otro proyecto con más dinero, más experiencia, etc. y no ha funcionado porque no había esa unión con su gente. Y para mí también es muy importante aprender a disfrutar y descubrir que, igual que cada canción tiene un tempo, cada persona tiene un tempo y cada proyecto tiene un tempo.
¿Qué esperan del futuro?
X.R.: No lo miramos últimamente. Vamos por semanas. Y soy mucho más feliz así. Tenemos 43 festivales por delante y casi no hemos hablado de ellos.
O.H.: Estamos muy enfocados en sacar la empresa adelante, en crecer bien y en hacer la producción de todos los eventos de la mejor forma posible.
F.R.: Solo miramos al futuro para que la planificación nos ayude a llegar donde queremos. Hay ciertas cosas que, o las hacemos a años vista, o no llegamos. Nos hemos envuelto en una vorágine en la que estamos obligados a hacerlo.
El futuro pasa por seguir apostando por nuestros valores: la emoción, la excelencia y un punto de humanidad y solidaridad, que lo que hacemos revierta en otras personas. Como cuando compusimos la canción 'Te llevo en La Palma' para recaudar fondos, junto al chef José Andrés, para los damnificados por el volcán de La Palma. Tuvimos la suerte de que Coldplay compartió la canción a través de su cuenta de Instagram. ¡Fue increíble!