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Economía

Guía de ahorro e inversión para jóvenes que comienzan a trabajar

Por María Nogales

Scalable Capital: "Es fundamental que desde el primer momento tengan en cuenta la importancia de ahorrar y de sacar rentabilidad a su dinero para tener una buena salud financiera el día de mañana”

Como cada año, miles de jóvenes se encuentran en el momento de buscar su primer puesto de trabajo y están con la vista puesta en la vuelta a la rutina de cara a septiembre. Pero el reto no solo es conseguir ese primer empleo, sino también comenzar a tomar decisiones adultas respecto a su futuro económico. Por ello, el momento en que un joven comienza a ganar su propio sueldo, debe pensar en cómo va a gestionar ese dinero. 

En este sentido, la plataforma europea de inversión Scalable Capital, sostiene que, con frecuencia, la primera nómina de los jóvenes se emplea en un “capricho”, en algo que uno desea y no había podido permitirse antes o en un regalo especial. Así, explican que se trata más bien de un acto simbólico, de una forma de decir “lo he conseguido”. De igual forma, también es habitual que los jóvenes destinen esos primeros ingresos a actividades de ocio. 

“Pero es fundamental que desde el primer momento tengan en cuenta la importancia de ahorrar y de sacar rentabilidad a su dinero para tener una buena salud financiera el día de mañana”, sostienen. De este modo, la plataforma ha elaborado una serie de recomendaciones de ahorro para aquellos jóvenes que llegan por primera vez al mercado laboral.

Guía de ahorro e inversión para jóvenes

En primer lugar, según exponen desde la plataforma de inversión, cuanto antes se empiece, mejor. “Si desde el primer momento en que empiezas a ganar tu propio dinero estableces una rutina de ahorro, programando una orden en tu cuenta para que automáticamente se derive el importe que decidas a otra cuenta, no tendrás la tentación de gastarlo y tus ahorros crecerán casi sin notarlo”.

  • Planifica tu presupuesto. Lo primero que se debe hacer es analizar cuáles son los gastos necesarios y el dinero que se necesita para cubrirlos. Así, de este modo, podrás calcular la cantidad sobrante y qué parte de ella vas a destinar al ahorro.
  • Prepara un “colchón” para imprevistos. Es aconsejable tener siempre un dinero reservado “por lo que pueda pasar”: una avería, una necesidad que supone un gasto extra o incluso el fin del contrato laboral. La cantidad que guardes para imprevistos debería cubrir al menos todos tus gastos durante tres meses.
  • Da el salto a la inversión. Una vez te has hecho con ese colchón, es el momento de empezar a invertir para construir tu patrimonio. Lo recomendable suele ser reservar entre un 5% y un 15% de los ingresos. Puede ser razonable comenzar con un 5% e ir aumentándolo progresivamente en función de tu capacidad.
  • No importa cuánto, lo que importa es empezar. La clave está en comenzar cuanto antes para aprovechar al máximo los beneficios que ofrece el interés compuesto: si los intereses que van generando tus inversiones los reinviertes, esto tiene un efecto multiplicador. Si empiezas pronto, no hace falta destinar cantidades tan grandes como si lo haces más tarde. Por ejemplo, si inviertes 25€ con un interés del 5% durante 20 años, acabarás con un capital de 12.988€, de los cuales 7.000€ corresponderán al ahorro y 5.988€ a los rendimientos de la inversión.
  • Mira siempre a largo plazo. Invertir no es sólo cuestión de cuánto se invierte, sino de cuánto tiempo se deja el dinero invertido: a mayor tiempo, más probabilidades de obtener un rendimiento positivo. Las fluctuaciones en los mercados de capitales son normales, pero a largo plazo éstas se igualan. Y esta es la prueba: si miras los datos históricos, la rentabilidad media anual de un índice como el MSCI World en los últimos 15 años se ha situado alrededor del 10%.
  • Comienza con un plan de inversión en ETF. Los planes de inversión son una forma sencilla de comenzar cuando no se tiene experiencia en los mercados. Los fondos cotizados, o ETF (del inglés Exchange Traded Funds) son un instrumento que permite invertir de una sola vez, pero de forma diversificada, y además tienen muy pocas comisiones (sus costes son hasta 10 veces más bajos que los de los fondos de inversión tradicionales). Por tanto, puedes elegir un ETF diversificado globalmente y utilizar una plataforma de inversión para poner en marcha tu plan, fijando la cantidad mensual que quieres invertir y la fecha del mes en la que quieres hacerlo. 

En resumen, y tal y como expone Adrián Amorín, country manager para España de Scalable Capital, uno de cada dos clientes de su plataforma tiene hasta tres planes de inversión basados en ETF. “Cuanto más jóvenes son los inversores, mayor es la proporción de dinero invertido en ETF y los más populares entre ellos son los ETF ampliamente diversificados, como el MSCI World o el FTSE All-World. Este producto de inversión ofrece una amplia exposición al mercado y es menos volátil que las acciones individuales, y al diversificar las inversiones, minimiza el impacto del rendimiento de una sola inversión”. 

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