Comisiones Obreras (CCOO) ha instado a revisar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y a acordar aumentos salariales que superen el Índice de Precios al Consumo (IPC), reaccionando al elevarse el coste de la vivienda. El IPC interanual se ubicó en un 2,7% en agosto según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, CCOO ha manifestado su preocupación ante la subida del precio de la vivienda, con un aumento del 12,7% en el segundo trimestre, lo que está afectando significativamente al coste de vida real y contrarrestando las subidas salariales.
Con esta perspectiva, el sindicato subraya la importancia de incrementar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y asegurar que, en la negociación colectiva, los incrementos salariales sean superiores a la inflación. Esto permitiría salvaguardar las rentas de las familias trabajadoras.
Según los últimos informes, los salarios pactados en convenio han experimentado un incremento medio del 3,5% hasta agosto, lo que se traduce en una recuperación de un punto en poder adquisitivo respecto al IPC acumulado, del 2,5%.
El secretario de Estudios y Discurso de CCOO, Carlos Gutiérrez, ha destacado que, pese a la recuperación del poder adquisitivo de los salarios, el coste de la vivienda sigue incrementando el coste de la vida para las familias trabajadoras
En este contexto, Gutiérrez enfatizó que la renovación del Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) debe incorporar incrementos salariales muy superiores al IPC, para preservar el poder adquisitivo de las familias ante el encarecimiento de la vivienda y otros bienes indispensables.
Asimismo, insistió en que el SMI de 2026 debe conservarse en el 60% del salario medio y crecer lo suficiente para cubrir los costos reales de la vida. Finalmente, denunció que el precio de la vivienda se ha convertido en el principal problema social y económico del país.
En relación con esto, instó a la implementación de políticas púbicas que detengan la especulación, aumenten el parque público de vivienda y garanticen un acceso razonable a una vivienda asequible, asegurando que el derecho a tener un hogar no se transforme en un lujo inaccesible para la mayoría de la población.
