El house flipping, también conocido como compraventa exprés de viviendas reformadas, se ha consolidado como una práctica creciente en las principales ciudades de España. Esta estrategia consiste en adquirir inmuebles, reformarlos de manera rápida -en ocasiones en menos de dos meses- y revenderlos a corto plazo con un precio notablemente superior al de compra inicial. Aunque esta fórmula no es nueva, su expansión reciente ha sido significativa, en parte debido a las condiciones actuales del mercado inmobiliario.
Según datos recogidos por diversos medios especializados, el house flipping representa menos del 5% de las operaciones totales de compraventa en España. Sin embargo, su impacto es especialmente visible en zonas urbanas con alta demanda y escasa oferta de vivienda nueva o reformada, como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga o Palma. En estos contextos, inversores individuales y fondos especializados aprovechan la disponibilidad de viviendas antiguas, muchas veces heredadas o mal conservadas, para convertirlas en propiedades listas para habitar a cambio de una revalorización inmediata.
El proceso ha sido impulsado también por la aparición de empresas especializadas en gestionar integralmente este tipo de operaciones. Estas compañías ofrecen desde la búsqueda de oportunidades de compra, pasando por la financiación de las reformas, hasta la venta final del inmueble. El perfil de los participantes se ha diversificado, incorporando tanto a inversores profesionales como a particulares que ven en este modelo una forma de obtener rentabilidad frente a la baja retribución de otros activos financieros.
En paralelo, plataformas digitales y redes sociales han contribuido a su popularización. La divulgación de casos de éxito y tutoriales sobre inversiones inmobiliarias ha motivado a nuevos perfiles a iniciarse en el sector, siguiendo fórmulas similares. Las reformas suelen centrarse en mejorar el aspecto estético, actualizar instalaciones y optimizar el espacio disponible, lo que permite aumentar el valor de mercado del inmueble en plazos muy cortos.
La rentabilidad media que se estima en este tipo de operaciones oscila entre el 15% y el 20%, aunque puede variar según el barrio, el estado previo de la vivienda y la ejecución de la reforma. En barrios céntricos o de alta demanda, las plusvalías pueden ser aún mayores.
En el segmento de lujo, el house flipping también se ha posicionado como una estrategia habitual. En zonas de alto poder adquisitivo de ciudades como Madrid o Marbella, se adquieren propiedades premium que se renuevan con materiales de diseño y se revenden con incrementos de precio de hasta seis cifras. Esta práctica ha captado el interés de fondos internacionales y desarrolladores especializados en producto exclusivo.
A nivel estructural, el house flipping se ha desarrollado en un contexto de escasez de obra nueva, altos costes de construcción y una demanda sostenida por parte de compradores que buscan viviendas listas para habitar sin necesidad de afrontar procesos largos de reforma. Este modelo permite sacar al mercado viviendas antiguas modernizadas en un plazo más breve que el de la promoción tradicional.
En términos legales y fiscales, no existe en España una normativa específica para regular esta práctica. Las operaciones están sujetas a los mismos impuestos y trámites que cualquier compraventa inmobiliaria, aunque algunos expertos del sector plantean la necesidad de un marco regulador que contemple su impacto en zonas con alta presión de demanda.
Por su volumen aún limitado, el house flipping no modifica estructuralmente el mercado residencial español, pero sí genera efectos visibles en zonas concretas donde la competencia por inmuebles reformados o con potencial de mejora es elevada. A medida que esta fórmula se consolide, su seguimiento y análisis continuarán siendo relevantes para comprender la evolución de la vivienda en los entornos urbanos.
