Las elecciones en Groenlandia han marcado un hito en la historia política de la isla, reflejando un cambio significativo hacia el independentismo moderado. El partido Demokraatit, liderado por Jens-Frederik Nielsen, ha obtenido el 30% de los votos, triplicando su apoyo en comparación con las elecciones anteriores. Naleraq, una formación que aboga por una independencia más inmediata, ha logrado, por su parte, el 25% de los sufragios. Mientras tanto, los partidos tradicionales, Inuit Ataqatigiit y Siumut, experimentan una notable disminución en su respaldo electoral, perdiendo la mitad de sus escaños.
"Queremos extender la mano a todos. Estamos en un tiempo en el que debemos estar juntos. De parte de Demokraatit estamos abiertos a hablar con todos los partidos y buscar la unión, en especial con lo que ocurre en el extranjero", ha afirmado Nielsen a la televisión pública groenlandesa KNR.
Este proceso electoral ha estado influenciado, en gran medida, por las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha manifestado su interés en que Estados Unidos tome el control de Groenlandia, citando razones de seguridad nacional y libertad. Estas afirmaciones han generado preocupación entre la población groenlandesa y han fortalecido las posiciones independentistas en la isla. La independencia de Groenlandia es un tema complejo. Aunque cuenta con un Estatuto de Autonomía desde 2009 que le otorga el derecho a la autodeterminación, la isla aún depende económicamente de Dinamarca, que proporciona una subvención anual que representa aproximadamente la mitad del presupuesto público groenlandés. Para que la independencia sea viable, Groenlandia necesitaría desarrollar sectores como la minería y el turismo.
La batalla por las tierras raras entre China y Estados Unidos
El interés de Trump en Groenlandia no es nuevo. Durante su primer mandato, ya había expresado su deseo de adquirir la isla, considerándola una oportunidad inmobiliaria estratégica. La posición geográfica de Groenlandia es crucial para contrarrestar amenazas de países como China y Rusia, y podría proporcionar ventajas militares estratégicas. Históricamente, Estados Unidos ha mostrado interés en comprar Groenlandia, con intentos notables como la oferta del presidente Truman en 1946. Además, Groenlandia alberga valiosos recursos minerales y de hidrocarburos. Aunque las preocupaciones ambientales han llevado recientemente a una prohibición de nuevas exploraciones de petróleo y gas, la isla posee depósitos de minerales críticos que son esenciales para la transición energética global.
Sea como fuere, lo cierto es que la respuesta internacional a las declaraciones de Trump ha sido crítica. Líderes europeos y Rusia han enfatizado la necesidad de respetar las fronteras soberanas y mantener la paz en el Ártico. Por su parte, las autoridades groenlandesas han rechazado firmemente la idea de una anexión, destacando su derecho a la autodeterminación y su deseo de gestionar sus propios recursos.
