Mercados e inversión

Nvidia y la conquista del trono bursátil: así fue su camino hacia los 4 billones de dólares

En apenas tres años, Nvidia ha pasado de ser una firma centrada en videojuegos y minería de criptomonedas a convertirse en la columna vertebral del auge de la inteligencia artificial

Nvidia, DeepSeek y la carrera por liderar la IA en 2025
Por Mario Talavera

El 9 de julio de 2025, Nvidia firmó una página para la historia financiera: se convirtió en la empresa más valiosa del mundo, alcanzando una capitalización bursátil de 4 billones de dólares en cotización intradía, una cifra nunca vista. Ninguna compañía —ni Apple, ni Microsoft, ni Saudi Aramco— había llegado tan lejos.

En apenas tres años, Nvidia ha pasado de ser una firma centrada en videojuegos y minería de criptomonedas a convertirse en la columna vertebral del auge de la inteligencia artificial. Un ascenso tan meteórico como sintomático del nuevo orden económico global, donde los chips valen más que el petróleo.

De fabricante de GPUs a arquitecto del futuro digital

Lo que diferencia a Nvidia no es solo su producto estrella —las GPU—, sino el hecho de que ha capturado la infraestructura crítica del nuevo paradigma tecnológico: la inteligencia artificial generativa. Empresas como OpenAI, Microsoft, Meta o Google necesitan hardware para entrenar y desplegar sus modelos, y Nvidia es, hoy por hoy, la gran referencia por su capacidad industrial y tecnológica para hacerlo a escala global.

Aunque Nvidia no es un monopolio legalmente hablando, su dominio en el mercado de GPU para IA es prácticamente absoluto. Según estimaciones de Bloomberg y Reuters, más del 90% de la capacidad de cálculo utilizada por los grandes modelos de IA funciona sobre arquitecturas Nvidia. Su entorno CUDA, combinado con sus drivers, sus herramientas de desarrollo y su capacidad de producción junto a TSMC, forman una barrera de entrada casi infranqueable para competidores como AMD o Intel.

En paralelo, Jensen Huang, el CEO y cofundador, se ha convertido en el nuevo rostro de Silicon Valley. Camiseta negra, chaqueta de cuero y una narrativa clara: “El cambio es constante y el progreso nunca debe detenerse".

De chips a plataformas: la segunda fase

Con su posición asegurada en hardware, Nvidia ya ha empezado a moverse hacia software, servicios en la nube y plataformas completas de IA. Blackwell no es solo un chip: es una arquitectura pensada para gestionar todo el ciclo de vida de un modelo de IA, desde el entrenamiento hasta la inferencia en tiempo real.

Esto transforma a Nvidia en algo más que una tecnológica: la convierte en una infraestructura crítica del siglo XXI, al nivel de Amazon Web Services o los sistemas financieros internacionales.

Para entender la magnitud del momento basta con una comparación: Nvidia ya vale tanto como el PIB anual de Alemania, y más que las capitalizaciones combinadas de todas las empresas del índice Ibex 35.

Su valor de mercado es más alto que el de Apple, Microsoft o Saudi Aramco, y ha superado, al menos por ahora, todas las marcas históricas conocidas en Wall Street.

 ¿Burbuja o cambio estructural?

Algunos analistas comparan el momento actual con la burbuja puntocom del año 2000, pero con una diferencia fundamental: los ingresos de Nvidia no son promesas, son hechos. En los últimos doce meses, sus beneficios han crecido un 250%. Y aunque el crecimiento se ralentice, su posición estructural en la IA le asegura relevancia durante años.

Su ascenso también ha generado inquietudes regulatorias: Estados Unidos ya ha limitado sus exportaciones a China, y Europa discute si se necesita mayor supervisión en este nuevo mercado de chips.

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