La geopolítica y la amenaza de conflictos interestatales vuelven a marcar la agenda de las empresas en materia de riesgos
El 2023, para las organizaciones, se plantea como un año en el que hacer frente no solo a los últimos coletazos de la pandemia, sino que también tendrán que enfrentarse a numerosos riesgos significativos. Los expertos ya han adelantado que los riesgos globales de 2023 tendrán el potencial de disminuir los niveles de productividad, ya que la crisis del coste de vida y la difícil situación de la seguridad afectarán a los empleados.
Así se desprende de las conclusiones extraídas del informe Risk Outlook 2023 y del Risk Map de International SOS, compañía que trabaja en la protección de los trabajadores en entornos internacionales y que analiza los acontecimientos que marcarán la “perma-crisis” este año.
Cinco tendencias que marcarán el 2023
Centrándonos en las conclusiones de la encuesta Risk Outlook 2023, el Workforce Resilience Council y los datos propios de la compañía, las cinco tendencias principales que International SOS consideran que las organizaciones deben tener en cuenta en 2023 son:
- Mejorar el acceso a la información e inteligencia fiable en apoyo a la toma de decisiones eficaz durante la crisis: la información tiene que ser pertinente, precisa, fiable y práctica.
- Ajustarse a la “perma-crisis”: continuos cambios geopolíticos, retos socioeconómicos y creciente polarización.
- Mejorar el apoyo al viajero: el viajero frecuente ha dejado de ser un viajero experimentado y tendrá que hacer frente a nuevos desafíos.
- Incorporar el impacto del cambio climático y otros factores: están aumentando los riesgos sanitarios con repercusiones de amplio alcance. Se requiere un enfoque integral de la Seguridad Sanitaria.
- Invertir en la ecuación de la felicidad en el trabajo: una nueva era para la salud mental en el ámbito laboral.
El impacto de los cambios geopolíticos en las crisis venideras
Si hago ha definido el 2022 en cuestión de seguridad ha sido el conflicto entre Rusia y Ucrania, poniendo de relieve cómo la geopolítica y la amenaza de conflictos interestatales vuelven a marcar la agenda de las empresas en materia de riesgos. Este enfrentamiento, tal y como exponen los expertos, seguirá teniendo repercusiones en 2023, por lo que resulta necesario para las organizaciones aprender a gestionar eficazmente el volátil e inestable entorno de seguridad donde operan.
Además, habrá otras cuestiones que seguirán generando focos de inestabilidad, como es el caso de África, donde existe un preocupante deterioro de la seguridad en el Sahel y las elecciones en Nigeria o las tensiones políticas en Latinoamérica debido a las crecientes tiranteces entre Rusia y Occidente, que tendrán eco en otros conflictos y exacerbarán tensiones ya existentes. Por último, también preocupa la competencia entre Estados Unidos y China, país que a su vez tendrá que gestionar la evolución de la situación en Taiwán, dominarán el panorama geopolítico y económico.
En este sentido, muchos equipos de gestión de crisis están aprendiendo a lidiar con un estado de "perma-crisis". International SOS señala que será beneficioso para las organizaciones en 2023 proporcionar el nivel correcto de formación, inversión y apoyo a estos equipos, ya que los expertos han llamado la atención sobre los niveles significativamente altos de fatiga en la gestión de crisis. Gestionar el cansancio de la gestión de crisis es clave para pasar de la "perma-crisis" a la resiliencia ante las crisis.
Este, según los expertos encuestados, va a ser un problema importante, ya que muchos de los encuestados predicen que estas tendencias geopolíticas afectarán negativamente a los niveles de productividad en el próximo año.
Así, Javier Mollá, director de Seguridad en España de International SOS, comenta que, en 2023, los factores de agitación que potenciarán las crisis serán numerosos y tener en cuenta el impacto de la agitación social va a ser una tarea clave para las empresas.
“La mitigación comienza con la comprensión de los entornos de riesgo en los que operan las organizaciones, los motores de los disturbios y los impactos más probables sobre los empleados y las operaciones. Esto también puede ayudar a las empresas a asegurarse de que disponen de los sistemas de alerta temprana adecuados, comprenden los posibles desencadenantes y qué tipo de respuesta organizativa es necesaria para contrarrestar cualquier problema de seguridad. La educación también es clave. Los empleados y los responsables de la toma de decisiones deben conocer los riesgos y las medidas que toma su organización para mitigarlos y mantener a salvo a la plantilla", defiende.
El creciente impacto del cambio climático en las futuras pandemias
Por otro lado, los expertos advierten de que el cambio climático está contribuyendo a acelerar la aparición de nuevas enfermedades infecciosas y el resurgimiento de otras antiguas, como ilustran los múltiples brotes "inusuales" del siglo XXI, entre ellos el SRAS, el ébola, el COVID-19 y la viruela del mono. Un informe publicado en Nature Climate Change en agosto de 2022 estima que "más de la mitad de las enfermedades patógenas humanas conocidas pueden verse agravadas por el cambio climático".
Sólo el 25% de los encuestados afirma que su organización está planificando activamente futuras pandemias y variantes de COVID-19. Las mejores prácticas incluyen la realización de evaluaciones de riesgo de las amenazas sanitarias existentes y potenciales y la incorporación de previsiones sobre la posible extensión geográfica de los peligros debido al cambio climático y otros factores.
La Dra. Ana Calatrava, coordinadora médica senior de International SOS, comenta que las organizaciones saben muy bien cómo responder a la pandemia de COVID-19 en curso pero que, sin embargo, deben basarse en estos conocimientos y ampliar los planes de crisis y continuidad de la actividad para incluir los riesgos sanitarios conocidos y las amenazas potenciales para la salud.
“Puede ser útil realizar ejercicios que abarquen los peores escenarios, tanto probables como improbables, para garantizar que los equipos estén preparados. La planificación anticipada para garantizar la resistencia de la organización es fundamental, ya que el cambio climático está contribuyendo a que se produzcan múltiples crisis simultáneamente, y otra pandemia es inevitable", sentencia.