Dos de las problemáticas más importantes son la variabilidad de los precios de los componentes en este mercado y sus costes de transporte
El Gobierno aprobó este martes una financiación superior a los 12.200 millones de euros que invertirá en la industria de los chips hasta 2027. El Perte Chip, ratificado por el Consejo de Ministros, irá destinado a la investigación, diseño y fabricación de estos componentes tecnológicos con el objetivo de crear un sector independiente y estable que se afiance en España y Europa.
La financiación se encuentra dentro del Plan de Recuperación del Gobierno y se presentará en la segunda mitad del año. Revista Capital ha entrevistado a Benjamín Rosende, Fundador y CEO de RDT Ingenieros, para explicar en profundidad las razones de la nueva inversión del Ejecutivo en este mercado.
“El plan de financiación cubre un mínimo, no va a completar ni atacar el 100% de lo que se necesita, pero creo que va a ayudar a complementar”, según añade el CEO de RDT. El sector tecnológico en España, en materia de microchips, se encuentra en una situación de dependencia internacional, sobre todo con China y Corea puesto que España no posee una estructura de fabricación tan amplia de este producto como los países asiáticos.
Como asegura Benjamín, el coste del producto, es decir, las piezas, depende del precio que convengan estos países productores para que luego en España se finalice su producción con el montaje. Por ello, la inversión en materia del microchip es necesaria para garantizar su independencia.
Este sector tecnológico ha sufrido una grave crisis tras la pandemia con la dificultad de acceder a los suministros, provocando desabasto y escasez de microchips, sobre todo en el sector automovilístico. El eje más importante que intentará atajar el Plan de Recuperación a través de su financiación pública es la creación de fábricas para manufacturación de los chips. Es así que el Gobierno destinará 9.000 millones con el objetivo de que empresas internacionales vengan a España y se asienten dentro de su entramado industrial.
Además, las medidas también traen consigo un plan de 200 millones de euros destinados a impulsar a las startups de este sector y otros 200 con la intención de favorecer la producción interna de estos recursos tecnológicos.
Benjamín Rosende considera que traer la industria de los chips a España podría solventar dos de los problemas más acuciantes en este sector: la variabilidad de los precios de los componentes, llegados del mercado internacional a modo de importación y, por último, su transporte como resolución de la compra de estos productos. Otro de los factores que también que altera los precios de esta industria es “la cantidad de demanda para tan poco proveedor Y la cantidad de subcontratas”, según asegura el CEO.
La crisis de los microchips
Ahora la industria de los chips tiene mucha relevancia como motivo de la tecnificación de la sociedad y la digitalización de las empresas. Además, la implementación del teletrabajo y un mayor uso de los electrodomésticos en casa como motivo de la pandemia ha provocado que muchos de estos chips que se usaban, por ejemplo, en el sector automovilístico se hayan derivado a la fabricación de otro tipo de productos. Otros factores como el contexto internacional actual provocado que sea urgente y necesario implementar la autonomía de España en sectores como el tecnológico, energético y alimentario, según informa Europa Press.
Las fases del plan estratégico para la inversión en materia de chips en España tratarán de potenciar las áreas que más fuerza tienen en España como el de la automoción, la investigación de procesadores RISC V, la nanofabricación y la fotónica avanzada. El nuevo plan se orientará sobre cuatro ejes esenciales: la implementación de las habilidades científicas, el diseño de chips y su posterior fabricación, así como el refuerzo a las tecnologías de la información, como recoge el Plan de Recuperación.