Empresas

Un 0,6% de las pymes en España tiene más de 50 empleados, según datos del INE

Los datos del INE también revelan que las empresas con más de 50 empleados tienen una esperanza de vida 9 años mayor que las más pequeñas

Por Marta Díaz de Santos

Dar el paso de ser una pequeña empresa a una mediana supone una serie de riesgos, pero también ofrece ventajas y oportunidades que, con el asesoramiento adecuado, pueden convertirse en la mejor apuesta para el futuro del negocio. La transición de 49 a 50 trabajadores es una decisión que muchas empresas españolas se plantean, aunque a menudo la retrasan debido a los importantes cambios que implica tanto a nivel legal como financiero. Pasar de ser una pequeña empresa (menos de 50 empleados) a una mediana (entre 50 y 250 empleados) conlleva decisiones estratégicas cruciales y ciertos riesgos, pero también abre un abanico de posibilidades muy amplio.

El tejido empresarial en España está dominado por las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan más del 99% del total de empresas en el país. Sin embargo, dentro de este amplio sector, existe un dato sorprende (facilitado por el Instituto Nacional de Estadística): sólo el 0,6% de las pymes españolas cuenta con más de 50 empleados. Este dato, además de reflejar la estructura del sector, pone de manifiesto los desafíos y limitaciones que enfrentan las pymes para crecer y consolidarse en un mercado cada vez más competitivo.

España, país de pymes y de oportunidades de inversión

Clasificación de pymes en España

Las pymes son el motor de la economía española, generando empleo y riqueza a nivel local y nacional. Según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, en España existen aproximadamente 2,9 millones de empresas, de las cuales un 99,84% son pymes. Estas empresas se distribuyen en microempresas (menos de 10 empleados), pequeñas empresas (de 10 a 49 empleados) y medianas empresas (de 50 a 249 empleados). Sin embargo, el grueso de estas pymes se concentra en las microempresas, que representan el 94,3% del total.

Las pequeñas empresas, con una plantilla que varía entre 10 y 49 empleados, constituyen el 5% de las pymes. En cambio, las medianas empresas, que deberían ser un puente entre las pequeñas y las grandes compañías, representan solo el 0,6%. Este porcentaje, aunque pequeño, tiene un impacto significativo en la economía, ya que estas empresas suelen ser más productivas y tener un mayor alcance tanto en el mercado interno como en el externo.

 

 

Según datos del INE a 1 de enero de 2023, solo el 0,6% de las pymes españolas tenía más de 50 empleados, mientras que la mayoría (95,2%) contaba con menos de 10. Esta transición de 49 a 50 trabajadores es un hito que pocas empresas se atreven a cruzar debido a las incertidumbres asociadas, como la necesidad de ampliar la plantilla, implementar planes de formación e igualdad, ajustar cargas impositivas y asegurar una financiación adecuada para respaldar este crecimiento, entre otras razones. Los datos del INE también revelan que las empresas con más de 50 empleados tienen una esperanza de vida 9 años mayor que las más pequeñas.

Cada tipo de empresa tiene sus ventajas. Las pequeñas empresas disfrutan de mayor control sobre su operación, menos trámites burocráticos y mayor flexibilidad en la gestión de pagos. Sin embargo, al convertirse en medianas, pueden aprovechar economías de escala, expandir su negocio internacionalmente, optimizar costos y aumentar su competitividad y productividad, lo que explica la mayor tasa de supervivencia de las empresas medianas.

Barreras de las pymes

Las cifras evidencian que en España existe una barrera clara para que las pymes puedan escalar. Uno de los principales obstáculos es la dificultad para acceder a financiación. A pesar de que en los últimos años se han impulsado diversas iniciativas para facilitar el crédito a las pymes, muchas de ellas siguen encontrando dificultades para obtener los recursos necesarios que les permitan invertir en expansión, innovación o internacionalización.

Además, la burocracia es otro factor que limita el crecimiento. Los trámites administrativos, los costes laborales y la fiscalidad pueden llegar a ser abrumadores para las pequeñas empresas, que no siempre cuentan con los recursos humanos y financieros para hacer frente a estas exigencias.

Por último, la falta de digitalización también es un problema. Aunque la pandemia aceleró la adopción de tecnologías digitales en muchas pymes, todavía existe un gran número de empresas que no han completado este proceso..., fundamental para acceder a nuevos mercados y diversificar las fuentes de ingresos.

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