La dependencia de las competencias en legislación de las Comunidades Autónomas complica la situación de las empresas VTC que siguen esperando una regulación del sector
El año 2018 el Gobierno aprobó el ya conocido como el decreto Ábalos (Real Decreto Ley 13/2018), que por aquel entonces todavía era ministro de Fomento. Un decreto que prohibía que las VTC a partir del año 2022 siguiesen realizando trayectos urbanos. Con esto se buscaba apoyar a los taxistas que durante ese año realizaron varias protestas. Cuatro años después, tan solo la Comunidad Autónoma de Madrid se ha atrevido a regular a las VTC tras el traspase de competencias de estas y el 14 de junio entrará en vigor la lay que permitirá que estas empresas puedan seguir operando en octubre cuando se acabe el plazo del decreto impuesto por el Gobierno.
Poco o nada se sabe sin embargo del resto de comunidades entre las que se encuentran ciudades tan importantes como Barcelona, Valencia o Sevilla y que en su totalidad, junto a Madrid, dan empleo a 61.700 empleados; y, según la empresa Unauto, VTC se podrían llegar a perder hasta 2.500 millones de euros al año. España tiene entorno a las 20.000 licencias VTC (17.595) en su país, tan solo una tercera parte de de las 64.000 licencias de taxi –que cabe recordar que están congeladas desde hace décadas–, por lo que ahora mismo de no recurrir al mercado negro, solo se encuentra el sector de las VTC disponible en cuánto a concesión de licencias.
Subida de los precios
El principal efecto que veríamos en una calles sin coches sin licencias VTC sería los precios a los que los ciudadanos se desplazarían por las urbes. Y es que serían bastante más elevados. Esto se daría por una reducción en la competencia y por ende una oferta menor ante la gran demanda que tiene este sector en España actualmente.
Por otro lado, el tráfico de estas ciudades aumentará y es que se estima que una gran cantidad de esos clientes harán uso del coche privado, con las consecuencias que esto tendría, como un aumento de la contaminación y como no del tráfico. Además, durante muchos años estas empresas han sido consumidoras frecuentes de coches eléctricos y su desaparición de este sector, no solo frenaría la instauración de estos en las carreteras, sino que además ejercen como un importante exponente de este tipo de vehículo para los posibles compradores.
Barcelona y Valencia: regulación parche
En 2019 estas dos comunidades aprobaron ya ciertas restricciones, como os 15 minutos mínimos de pre contratación, pero no regularon la adjudicación de licencias VTC en trayectos urbanos, por lo que igualmente en octubre estas tampoco podrían seguir circulando. Esta regulación tuvo como consecuencia directa el abandono de la empresa Uber de Barcelona, con lo que provocó el segundo mayor despido colectivo de la historia en Cataluña, con 3.000 afectados.
Actualmente, en caso de no realizar una regulación o implantar restricciones del estilo, provocaría a la comunidad unas pérdidas de 432 millones. En el caso de Valencia, según encuestas una vez más de Unauto VTC, el 81% de los valencianos estaban en contra de a que las autoridades regulasen a favor del taxi limitando los servicios de VTC.
Las VTC toman acciones legales
Ante la falta de soluciones y medidas, las empresas del sector han mandado una carta a la Unión Europea para informar de la situación y tratar de evitar la pérdida de miles de empleos y un servicio que “demandan millones de españoles y ayuda a impulsar una movilidad sostenible”, según palabras de las dos patronales Unauto VTC y Aseval-Madrid.
Los principales sindicatos como CC OO, UGT y SLT apoyan también al sector, demandando a los gobiernos autonómicos que "regulen el sector para evitar una destrucción masiva de empleo y dar a los usuarios la libertad de elegir entre diferentes servicios de movilidad según el momento”, según un comunicado conjunto realizado por las tres organizaciones.
El taxi mientras tanto se moderniza
Ante la posible desaparición de este sector en octubre, los taxistas y sus distintas empresas comienzan a invertir cada vez más fuerte en modernizar sus servicios. La gran mayoría ya cuenta con aplicaciones que permiten desde calcular el precio de tu tarifa gracias a la geolocalización o conocer quien puede ser el conductor de tu taxi al igual que en los coches con licencia VTC. La gran diferencia para los profesionales siempre fue el no tener que estar dando vueltas constantemente.
Esto se verá solucionado, ya que se está trabajando en un sistema global que pueda hacer las labores similares que podíamos ver en empresas como Uber o Cabify. Esto generaría la reducción de importantes costes en combustible y de tiempo en los taxistas, que ya miran con otra cara al sector de las VTC.