“La industria de la moda es un proceso complejo que no va de la tienda al armario”
“La moda de los 80 fue muy atrevida en un momento de revitalizar la moda en España”
Cerca de Ciudad Universitaria en Madrid, en la Avenida Juan de Herrera, se encuentra desde el año 2004 una de las colecciones de indumentaria histórica más famosas del país. El Museo del Traje, dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, recoge la evolución histórica de la moda y vestimenta de los últimos siglos y el desarrollo de los testimonios del patrimonio etnológico representativo de las diferentes culturas de las regiones del país.
Sus objetivos primordiales son mostrar desde una perspectiva antropológica la unidad y diversidad de las manifestaciones culturales en España, analizando sus implicaciones técnicas, sociales, ideológicas y creativas; y potenciar la investigación en el ámbito del patrimonio etnológico, siendo así uno de los centros de referencia nacional e internacional. Justo antes del estallido de la crisis sanitaria, en marzo de 2020, el Museo del Traje cerró sus puertas temporalmente con motivo de la realización de obras y la reconstrucción el recinto, por lo que su actividad no se vio tan perjudicada por la Covid-19 como el resto de museos.
En octubre de 2021 volvieron a abrir su entrada al público, así que se cumple un año desde que estos pueden visitar el nuevo Museo del Traje. Helena López del Hierro, directora del Museo del Traje, asegura que la institución está muy satisfecha de cómo ha ido este primer año. Capital charla con la directora sobre la reapertura del museo, las novedades que el espectador va a encontrar y cómo es la gestión interna de la institución. Además, hablamos de trajes, indumentaria, su historia y cómo transmitimos a través de la moda.
Aniversario de su reapertura
Hace un año, a finales de octubre de 2021, el Museo del Traje reabre sus puertas. Tras año y medio de obras, el museo comenzó su reapertura con más de 500 piezas inéditas, pese a que la pandemia dificultase la reconstrucción y se tuviera que retrasar levemente la inauguración del museo. Aquel día de estreno, según relata Helena López del Hierro, directora del Museo del Traje, acudieron a visitar la colección más de 1000 personas. La directora expresa que ha sido un año muy satisfactorio y con gran ilusión de abrir otra vez con actividades novedosas y un reformulado discurso que querían transmitir en la exposición permanente.
“Nos hemos puesto otra vez las pilas y estamos muy satisfechos. La nueva exposición permanente transmite discursos transversales que acompañan al discurso cronológico”, comenta López del Hierro. Desde el museo insisten en temas y líneas transversales que definen la producción y difusión de la moda durante los siglos XVIII, XIX y XX, siendo un discurso de temática de género que refleja cómo nos relacionamos entre nosotros y también con el entorno físico.
“Insistimos en que la industria de la moda es un proceso complejo que no va de la tienda al armario, hay mucho trabajo detrás”, incide la directora. Además, el museo otorga ahora al visitante una mayor contextualización debido a la experiencia virtual mediante un código QR, gracias al cual el espectador en directo tiene la opción de ampliar el conocimiento de la pieza en exposición.
Diseñadores también de ahora
El Museo también proporciona exposiciones virtuales en las que poder indagar sin necesidad de asistir de manera presencial. Son siete exhibiciones online subidas a la web del museo en las que el usuario recorre la alta costura o la moda de España desde los 60, entre otras. Sumado a la exposición permanente y virtual, el museo exhibe asimismo en formato presencial exposiciones temporales que duran unos meses. La próxima se estrenará este 1 de diciembre bajo el nombre de ‘Antonio Alvarado. Baja costura’.
Antonio Alvarado es un diseñador de moda alicantino nacido en 1954 que, junto a muchos otros, representa la renovación de la moda española tras la Transición. Este proyecto, cuenta su directora, lleva trabajándose cuatro años sobre una figura fundamental de la moda de los años 80, etapa en la que se creó la pasarela Cibeles y la de Gaudí, vinculado además a la movida madrileña. “Une la moda de la calle con la moda de desfile con ironía y un sentido del humor muy pionero en su época”, narra López del Hierro, puntualizando que es un tipo de moda unisex con tejidos reciclables.
“Dejando a un lado que personalmente habrá cosas que me gusten más o menos, la moda de los 80 fue muy atrevida en un momento de revitalizar la moda en España”, afirma López del Hierro. Cabe recordar que nuestro país recientemente salía en aquellos años de una dictadura y la sociedad en general se encontraba en un proceso de reavivación. Por tanto, el museo enseña moda actual que pasará al recuerdo del diseño, siendo de este modo un viaje por la historia de la moda desde el siglo XVIII hasta nuestros tiempos.
La moda en la historia
El Museo exhibe una muestra de indumentaria que abarca un arco cronológico muy extenso a lo largo de los siglos. “Aunque es un museo relativamente reciente, la historia que abarca es mucho más antigua”, dice la directora. La vestimenta cuenta más historias de las que pueda parecer a simple vista. “Cuando se dice que la moda es nuestra segunda piel, es literal”, cita López del Hierro, enfatizando en que la ropa dice mucho de la persona que la lleva puesta. De hecho, hace alusión a que incluso un bebé de unos días ya otorga mucha información solo por cómo le visten sus padres.
“La moda es un lenguaje no verbal con un potente poder”, dice la directora. Además, expresa que la indumentaria tiene una importancia enorme de socialización con la que puedes decidir si incluirte o excluirte. Igual que transmitimos ahora a través de la moda, los trajes antiguos conservan información valiosísima sobre la sociedad de siglos pasados y en la figura femenina se perciben claramente esos cambios. Es más, uno de los objetivos del museo es visibilizar la intensa acción de la moda sobre la mujer. Los trajes femeninos son un escaparte a lo que ha sido la evolución histórica de la mujer.
“La ropa nos cuenta cómo estamos a nivel de género. En el s. XVIII los hombres y mujeres se decoraban igual con los mismos tejidos, maquillaje, tacones y peluca. En el s. XIX se rompe esa “igualdad” porque el hombre pasa a la esfera pública”, narra López del Hierro. En este momento se produce la que se denomina como gran renuncia masculina. La directora relata que esta gran renuncia masculina en la moda da comienzo cuando ellos empiezan a vestir como los oficinistas de hoy y las mujeres son relegadas al plano doméstico.
Es entonces cuando aparecen los grandes vestidos románticos y en un momento dado se observan más mujeres. “A partir de ese instante la vestimenta en los hombres varía poco, aunque la moda masculina ahora está viviendo un repunte interesante”, argumenta López del Hierro, que añade que la moda ahora en España se centra en la moda de autor y en la artesanía como un lujo. Para ésta, la moda es un arte y es parte de la historia, por eso la conservación de las piezas es absolutamente meticulosa.
Los trajes históricos
Una pieza del Museo del Traje es como un cuadro del Museo del Prado: la conservación tiene que ser exquisita. Los trajes e indumentarias del museo no pueden permanecer demasiado tiempo expuestas al público, ni siquiera la exposición permanente. “El Museo del Traje es pionero en exposición permanente de indumentaria histórica”, comenta la directora. Esto se debe al sistema de rotaciones que llevan a cabo desde el Museo para poder exponer de forma constante. “Las piezas son de materiales muy sensibles a la luz, la temperatura y la humedad. Se realiza un marcaje de tiempos en el que cada x tiempo se deja descansar a las piezas”.
La directora describe algunas condiciones de conservación de las muestras: absoluta oscuridad en los almacenes, cuidado con la manipulación y delicadeza extrema con el manejo de las vestiduras. “Hemos desarrollado toda una relectura de cuánto hay que manipular. El equipo realiza un excelente trabajo con cada pieza nueva que llega para exponer. Se las asigna unos dígitos de identificación, similar a nuestro número del DNI, y se trabaja a través de una base de datos. A partir de ahí, el equipo de conservación decide las medidas necesarias para esa pieza, que estas se multiplican por 1000 cuando la pieza va a ser expuesta”, narra López del Hierro.
Son muchas las personas que trabajan detrás de esta institución para que pueda exponerse sin que haya parones o se frene la actividad. De hecho, López del Hierro declara que lo mejor de ocupar el cargo de directora en el Museo es el equipo con el que tiene la oportunidad de trabajar todos los días. Según expresa, el personal de la colección está completamente implicado en un mundo grande que abarca abanicos enormes, desde investigar la vestimenta del siglo XVIII a estudiar la iconografía de las flores de un vestido.
El museo desde dentro
“El Museo del Traje recoge la responsabilidad del antiguo Museo del Pueblo Español”, explica López del Hierro. El Museo del Pueblo Español fue un espacio abierto al público entre 1934 y 1993 que estaba ubicado en el palacio del Marqués de Grimaldi en Madrid. En 1991 se celebró la exposición ‘Moda en Sombras’, ya en la sede de la Ciudad Universitaria. En el catálogo se introdujeron temas como la indumentaria tradicional, el traje en el reinado de Carlos III o la moda e industria entre los años 1880 y 1939, además de aspectos económicos y el uso diario en el traje, la iconografía en el arte textil o la magia y el simbolismo que se encontraban en la indumentaria tradicional.
Recogiendo el guante de este museo, el Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico (CIPE) forma parte del Museo del Traje. Más de 93 000 piezas componen el fondo museográfico que custodia el CIPE donde se engloba la labor coleccionista e investigadora que desde 1932 desarrolló el Museo del Pueblo Español. El Museo exhibe historia a través de los trajes, traducidos no solo en la exposición, sino en la investigación y actividades que realizan, que desde la reapertura también tienen un enfoque innovador que funciona con el público más joven. De hecho, la directora asegura que las actividades dirigidas a escolares y familias se agotan en cuanto las sacan.
“La moda y cómo nos vestimos es un concepto que entendemos todos independientemente de la edad”, concluye López del Hierro. La directora incide en que lo bueno de pertenecer al Museo del Traje es que la temática de los talleres que pueden elaborar es muy amplia que va más allá de la moda, desde sociología a antropología, arte, belleza o funcionamiento de la industria. Se cumple un año desde que el nuevo Museo del Traje de la capital abrió otra vez su entrada y cerca están de cumplir 20 años, en 2024. Un museo que recoge la evolución del ser humano desde algo tan cotidiano como es nuestra ropa.