Los coches de Chevrolet siguen circulando en España, pero el paso del tiempo hará que veamos menos vehículos con la insignia de una cruz dorada. No es más que la consecuencia de la desaparición de la marca en nuestro país, algo que ocurrió en 2015. Chevrolet no solo se fue de España, sino también de todo el continente europeo, a causa de una caída de ventas que tiene su origen en varias causas.
Fue en los inicios del nuevo milenio cuando la experimentada marca estadounidense puso sus ojos en el mercado europeo. Su objetivo no era muy diferente del que ahora tienen los fabricantes chinos: un catálogo variado, desde pequeños coches urbanos hasta robustos todoterrenos y deportivos.
Así, Chevrolet introdujo modelos como el Aveo, Matiz, Captiva y Cruze, para todos los gustos y para todos los bolsillos. Además, esta entrada se produjo al abrigo de una compañía con solera, que ya estaba en el imaginario colectivo del consumidor europeo y español.
Antes de su partida, en 2015, Chevrolet vendía alrededor de 15.000 coches al año, una cifra que, sin ser mala, tampoco cumplía las expectativas de General Motors (GM), la matriz de Chevrolet. Además, hay que subrayar que el mercado automovilístico español ya se encontraba saturado y que la oferta de Chevy no era ni mucho menos diferencial.
De hecho, ese fue uno de los motivos que frenaron las posibilidades de éxito del fabricante estadounidense. La competencia, además de las muchas marcas ya asentadas en España, se encontraba dentro de la propia General Motors: en aquel momento, Opel pertenecía al conglomerado estadounidense y competía en los mismos segmentos.
De hecho, los modelos de Opel y Chevrolet compartían plataformas y tecnología, hasta incluso el Chevrolet Cruze y el Opel Astra compartían unos cuantos componentes. El resultado fue que la oferta estaba duplicada y, como consecuencia, que los clientes potenciales de Chevrolet eran los mismos que los de Opel.
Desde la dirección de la compañía se observó que mantener las dos marcas en Europa no era sostenible. Por un lado, que existieran Opel y Chevrolet afectaba a la rentabilidad de las dos y también a los esfuerzos de marketing. La decisión estaba clara: quedarse con Opel y retirar a Chevrolet. En 2013, GM anunció que en 2015 sacaría a Chevrolet de Europa, si bien este movimiento formó parte de un nuevo enfoque estratégico.
De esa forma, GM se centró en impulsar Opel en el mercado generalisat y Cadillac en el segmento premium. Irónicamente, General Motors decidió desprenderse de Opel en 2017 y venderla al grupo francés PSA, que posteriormente se integró bajo el paraguas que es ahora el grupo Stellantis, con marcas como Alfa Romeo, Jeep, Fiat, Chrysler, Citroën, Peugeot y la propia Opel.
Aunque Chevrolet ya no se vende directamente en el mercado español, los vehículos de la compañía siguieron. Por ello, la marca mantuvo sus servicios de mantenimiento y reparación. Además, huelga decir que quienes estén interesados en Chevrolet pueden adquirir modelos de segunda mano o importarlos desde Estados Unidos, si bien el proceso es más complejo y costoso.
En resumen, Chevrolet se fue en 2015 a causa de la competencia interna con Opel, que supuso un bajo rendimiento de ventas. Si exceptuamos la irrupción de Tesla, en Europa solo quedan Ford y Jeep como marcas generalistas estadounidenses. No obstante, también se puede mencionar a Cadillac, Dodge y RAM, eso sí, en un segmento de precio superior y con menor presencia.
