"La medicina colaborativa conecta hospitales, policlínicos, centros de Atención Primaria, centros sociosanitarios e instituciones sociales, tanto del sector público como del sector privado"
El Covid ha tensionado los sistemas sanitarios, agravando problemas que ya existían antes de 2020 y generando nuevos desafíos al sistema y a las organizaciones sanitarias. Al envejecimiento progresivo de la población, la cronicidad de muchas enfermedades, y, por lo tanto, el crecimiento del consumo de recursos sanitarios, hay que sumar ahora el grave problema de la accesibilidad al sistema por las listas de espera y los diagnósticos tardíos, en gran parte motivados por esas esperas y por la pandemia. Por todo ello, es fundamental ser eficaces, al tiempo que contribuimos a la sostenibilidad a medio y largo plazo de los sistemas sanitarios.
Todos los actores sanitarios hemos de trabajar permanentemente en la búsqueda de nuevas fórmulas que nos permitan ofrecer una buena experiencia del paciente y mejorar la calidad de vida de estos pacientes, sobre todo reduciendo las esperas, acercando los servicios a los pacientes e introduciendo herramientas que facilitan el control en remoto, gracias a la digitalización de servicios. Desarrollar proyectos de I+D+i es clave para la sostenibilidad del sector, y se ha convertido en una herramienta de competitividad y mejora continua.
Es necesario crear soluciones adaptadas a las necesidades reales de los pacientes y de los profesionales, para facilitarles la gestión clínica de cada caso, de manera personalizada. Hay que avanzar hacia modelos predictivos y de telemonitorización apoyados en Inteligencia Artificial (IA) que permitan mejorar la calidad asistencial, la experiencia del paciente, ser más eficientes y, por lo tanto, fomentar la sostenibilidad del sistema.
La participación activa del paciente en el cuidado de su salud y bienestar y en la prevención de la enfermedad también es fundamental para obtener buenos resultados en la salud de la población. Es lo que llamamos el modelo de las 5P: una Medicina preventiva, personalizada, predictiva, poblacional y participativa.
Pero, además, tenemos que apostar por una medicina híbrida, colaborativa y valiosa. Y voy a desarrollar estos conceptos. Una medicina híbrida nos permite combinar la presencia humana con la tecnología y la inteligencia artificial, para mejorar la asistencia a los ciudadanos. Existen ya proyectos desarrollados en los últimos años que han demostrado su efectividad, y es una línea de trabajo que va a seguir expandiéndose.
Además, la medicina colaborativa es la que nos permite la conexión y el intercambio de información entre hospitales, policlínicas, centros de Atención Primaria, centros sociosanitarios e instituciones sociales, tanto del sector público como del privado. El paciente es único, y todas las organizaciones sanitarias tenemos el mismo objetivo: el cuidado de la salud y el bienestar de la población.
Y por último, la medicina de valor, que es la que nos debe motivar a aportar valor a los ciudadanos, porque la sociedad actual es diferente a la de hace 30 o 40 años. Cada vez hay más personas mayores, solas, vulnerables y frágiles, y tenemos que ofrecerles soluciones que faciliten el cuidado de su salud y bienestar, dando la importancia que merece y facilitando en la medida de lo posible la educación para la salud y la prevención, en forma de talleres, charlas de salud y escuelas de pacientes que, además, generan una confianza extra en ellos y sirve de aliciente para su cuidado.
Estar abiertos al cambio, ser flexibles y adaptarse a las necesidades que plantean los ciudadanos es un reto de todas las organizaciones sanitarias, y la tecnología es clave para facilitar esa evolución casi constante, al ritmo de la propia sociedad a la que atendemos. No podemos dar soluciones de hace 40 años.
Y, por supuesto, en todos y cada uno de los procesos y pasos evolutivos siempre tenemos que contar con los profesionales sanitarios, facilitar su formación continua y personalizar las condiciones laborales con flexibilidad e incentivos, para atraer y fidelizar el talento y como forma de combatir la falta de especialistas. Porque, sin duda, el sector salud tiene que acometer grandes e importantes reformas para garantizar su sostenibilidad a largo plazo, y solo de la mano de los profesionales podremos hacer frente a los retos que nos esperan.