Más allá de alargar la vida, el Centro Médico-Quirúrgico Olympia Quirónsalud en Madrid apuesta por dotar de calidad, autonomía y plenitud a cada año ganado. Su enfoque pionero en medicina de la longevidad y salud cerebral coloca a este centro a la vanguardia europea, integrando tecnología, prevención y personalización en una propuesta médica única en España.
En una de las arterias más vibrantes de Madrid, la Torre Caleido alberga un centro médico que representa una revolución silenciosa en la forma en que entendemos la salud: Olympia Quirónsalud. Su propuesta va más allá del paradigma tradicional de curar enfermedades. Aquí, lo esencial es no permitir que aparezcan. Con este enfoque innovador, Olympia se ha consolidado como uno de los centros de referencia en Europa en medicina de la longevidad, abordando el envejecimiento de manera integral y personalizada.
Su filosofía se fundamenta en un principio claro: vivir más sí, pero sobre todo vivir mejor. La longevidad no es un número, es una experiencia de plenitud física, bienestar emocional y agilidad cognitiva. Con esta visión, han desarrollado una propuesta asistencial única que fusiona ciencia médica, alta tecnología, prevención activa y un conocimiento profundo del cuerpo y la mente.
Uno de los pilares de esta transformación es la Unidad de Longevidad, dirigida por la doctora Débora Nuevo. “No se trata solo de curar, sino de anticiparnos a la enfermedad. Prevenir, intervenir sobre el entorno celular, optimizar el cuerpo antes del deterioro”, explica. Su método parte de una afirmación clave: la genética apenas determina entre un 20 % y un 30 % de cómo envejecemos. El 70 % - 80 % restante depende de nuestro estilo de vida, de factores ambientales y epigenéticos.
“La genética explica solo un 30% del envejecimiento. El 70% depende de nuestro estilo de vida” - Dra. Débora Nuevo
La experta identifica tres perfiles principales de pacientes: personas sanas, pero informadas, que desean prevenir, otras que, sin estar enfermas, notan una pérdida de vitalidad, y aquellas con dolencias no resueltas por la medicina convencional. A todos se les ofrece un plan integral, que analiza no solo el sistema hormonal, digestivo, o cardiovascular, sino también aspectos menos convencionales como la microbiota, el ritmo circadiano o el estado emocional.
En este enfoque destaca también la diferenciación por género. “En las mujeres, el deterioro funcional suele acelerarse tras la menopausia. En los hombres, es más progresivo. Ajustar los niveles hormonales mejora la calidad de vida, pero no puede hacerse de forma aislada. Siempre en el marco de un abordaje global”, subraya la especialista.
Olympia Quirónsalud se apoya en tecnologías clínicas avanzadas que refuerzan las intervenciones médicas y los cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, la cámara hiperbárica, que emplea oxígeno puro a alta presión para regenerar tejidos y estimular la secreción de melatonina, mejora el sueño, la energía y la recuperación celular. “Actúa como un Robin Hood celular: lleva oxígeno extra a las zonas que más lo necesitan”, dice la doctora Nuevo.
También cuenta con la crioterapia ‘Ice Lab’, que somete el cuerpo a temperaturas extremas (-110 ºC) durante cortos periodos para activar mecanismos antioxidantes y antiinflamatorios. El frío, explica la doctora, “ayuda a ralentizar el acortamiento telomérico, una señal de envejecimiento celular, por eso decimos que da más vida a tus células”. A esto se suma la ozonoterapia, un tratamiento con beneficios antimicrobianos y antiinflamatorios, útil en afecciones digestivas o infecciones recurrentes.
“En pocos años podremos detectar el Alzheimer con un simple análisis de sangre” - Dr. Rafael Arroyo
Más allá de lo físico, el centro también ha entendido que la mente debe ser cuidada con igual prioridad. Equipos de psicología, especialistas del sueño y entrenadores de hábitos trabajan para asegurar que el bienestar emocional acompañe al físico. “Cuando un paciente se siente bien en su cuerpo, recupera energía, cambia sus rutinas, y su salud mental mejora”, resume la doctora.
El otro gran frente de vanguardia de Olympia es la neurología, y en particular el abordaje precoz de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. El doctor Rafael Arroyo, jefe del Servicio de Neurología, lidera una estrategia radicalmente distinta a la habitual: en lugar de reaccionar, prevenir. “En el Alzheimer, los síntomas aparecen cuando la enfermedad ya está avanzada. Nuestro objetivo es detectar el riesgo muchos años antes, incluso una década antes de que se manifiesten los primeros signos”, explica.
En esta línea, el centro participa en ensayos clínicos pioneros con nuevos fármacos, especialmente anticuerpos monoclonales, capaces de frenar el avance del Alzheimer si se aplican en fases muy tempranas. Están en fase 3 de ensayo, lo que significa que su aprobación es inminente. “Estos medicamentos atacan el beta-amiloide cerebral y pueden cambiar la historia natural de la enfermedad. Pero para que funcionen, hay que aplicarlos antes de que aparezcan los síntomas”, insiste el neurólogo.
Por eso, el futuro de la prevención pasa por biomarcadores en sangre, líquido cefalorraquídeo o neuroimagen que permitan predecir el desarrollo de estas patologías. “Estamos a punto de poder decirle a una persona, con un análisis de sangre, si tiene riesgo de Alzheimer. Eso permitirá intervenir con mucha antelación”, asegura Arroyo.
“Cada vez más personas superan los 100 años y el reto ya no es llegar, sino cómo llegamos” - Dra. Vanesa Pytel
Junto a estos avances farmacológicos, el centro insiste en estrategias no farmacológicas igual de efectivas: ejercicio físico, vida social activa, estimulación cognitiva, sueño reparador y control de los factores de riesgo cardiovascular. “El cerebro necesita entrenamiento, igual que un músculo. Cuanto más se ejercita, más conexiones neuronales se crean, y más tarde aparecen los síntomas”, añade.
Y precisamente entrenar el cerebro es lo que busca la Unidad de Neuromodulación Cerebral no Invasiva, liderada por la neuróloga Vanesa Pytel. Esta unidad utiliza técnicas como la estimulación magnética transcraneal (TMS), la estimulación transcraneal por corriente directa (TDCS) y la realidad virtual terapéutica para mejorar funciones cognitivas y emocionales sin necesidad de fármacos.
“La TMS permite inducir corriente en zonas cerebrales específicas para modular su actividad, y también actúa como biomarcador funcional. Podemos saber cómo reacciona el cerebro al tratamiento, medir su evolución y personalizar el enfoque”, explica Pytel. Por su parte, la TDCS emplea una corriente muy baja aplicada mediante electrodos distribuidos estratégicamente, estimulando áreas concretas para tratar síntomas precisos. La realidad virtual complementa el proceso con actividades cognitivas que refuerzan la plasticidad cerebral.
La misión final es garantizar la autonomía personal. “Cada vez más personas superan los 100 años. El reto ya no es llegar, sino cómo llegamos: siendo autónomos, con lucidez, reconociendo a nuestros seres queridos, decidiendo por nosotros mismos”, concluye Pytel.
Olympia Quirónsalud no representa una clínica al uso. Es un ecosistema médico que fusiona ciencia, tecnología, prevención y humanismo, con un único objetivo: hacer que vivir más signifique también vivir mejor.




