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Las compañías de cruceros han adoptado diferentes estrategias para sacar grandes beneficios de un negocio multimillonario Los cruceros se han convertido en una de las opciones vacacionales más demandadas en todo el mundo. Un viaje programado, en un barco del tamaño de un edificio y con actividades diversas durante los días que el barco navega allende los mares. Es sin duda una actividad para toda la familia, para disfrutar con tu pareja o incluso para organizar despedidas de solteros o viajes con amigos. Su popularidad se debe también a la romantización que los propios viajeros le dan, debido en parte a las películas de Hollywood y a las experiencias de otras personas que en algún momento de sus vidas se atrevieron a viajar en uno de estos monstruos flotantes. A pesar de la pandemia, el negocio de los cruceros ha vuelto con fuerza, y suma varios meses de beneficios al alza. Sin embargo, los precios de los billetes en temporada alta no son especialmente elevados, aunque el coste de mantenimiento del barco supera con creces lo que se le cobra a los clientes. ¿Cómo es posible entonces que este tipo de empresas sigan a flote? Los reyes del mar Hablar de cruceros es hablar de oligopolio. Existen cuatro empresas que controlan el 90% del mercado mundial de cruceros. Las tres primeras son americanas. Se trata de Norwegian, Royal Caribbean y Carnival. Royal Caribbean destaca por sus gigantescos cruceros, de los cuales, la clase Oasis se lleva la palma. Los dos cruceros más grandes del mundo son propiedad de esta empresa: el Symphony of the Seas y el Wonder of the Seas, dos buques hermanos cuyo tonelaje oscila entre las 228.000 y las 236.000 toneladas de peso. Carnival y Royal Caribbean son las dos empresas de cruceros con más empleados, teniendo…